Netflix es una caja de sorpresas. No deja de producir y crear series y películas que, probablemente, se queden para los anales. No sabemos cuál es la fórmula que está utilizando, pero le está saliendo bien en la mayoría de los casos. Uno de los últimos es el de The end of the F***ing World.
La serie en cuestión, inspirada en el cómic homónimo de Charles S. Forsman, cuenta la historia de dos adolescentes, Alyssa y James. Ambos deciden escapar juntos para huir de sus respectivos problemas, enfrentándose así a un conjunto de desdichas, para terminar la temporada con cantidad de interrogantes.
Con tesón y a veces, toques humorísticos, nos muestra la perspectiva de dos jóvenes disconformes con su entorno. Con su consiguiente dilema de pasar de la edad joven, a la adulta. A esto, habría que sumar los distintos problemas psicológicos que tienen los protagonistas, desde una perspectiva conciliadora y justificante de su situación. También, como detonante del por qué llegan a ese momento en sus vidas.
Quizás lo más interesante de toda la serie, que también se nos muestra en el cómic, es la exposición de los distintos puntos de vista de cada personaje (Jessica Barden como Alyssa y Alex Lawther como James). Por así decirlo, los capítulos fluyen gracias a los pensamientos de ellos, que se van contraponiendo en las diferentes escenas. A veces coinciden, y otras no. Pero gracias a ello nos ayuda a adentrarnos en el incomprendido mundo de ambos. Además de esto, los diferentes elementos como la escenografía o la banda sonora (compuesta por Graham Coxon, guitarrista de la banda de britpop Blur). Por momentos, podríamos imaginar que estamos viendo la versión moderna de Fargo, de los hermanos Coen.
En The end of the F***ing World el inconformismo, la (in)sensatez por momentos y la tragicomedia están servidas.
https://www.youtube.com/watch?v=81fLzYjxVPI