El 25 de agosto de 1975 fue publicado un álbum que cambió la vida artística de Bruce Springsteen y de la música rock en general. Hoy se cumplen, pues, 43 años del nacimiento de una de las obras más relevantes de la historia de la música contemporánea: Born to Run. Fue el tercer trabajo de estudio de aquel joven de New Jersey que apostó fuerte por una vocación que le generó no pocos enfrentamientos con su padre, pero que a la vez le ha erigido no sólo en un excepcional cantautor, sino en uno de los grandes iconos del pasado siglo XX y de las décadas transcurridas del actual XXI.
Columbia Records se anotó el tanto de publicar Born to Run, un álbum grabado entre 1974 y 1975 en los estudios de sonido Record Plant de Nueva York y producido por Mike Appel, Jon Landau y el mismo Bruce Springsteen.
Tras Greetings from Asbury Park, N.J. y The Wild, the Innocent & the E Street Shuffle, Bruce Springsteen se embarcó en un trabajo que supuso su espaldarazo definitivo. El éxito de crítica fue enorme, y la comercialización le sirvió para entrar en el circuito de cantantes de élite. Con Born to Run, Bruce Springsteen comenzó a cimentar su condición de ídolo de masas en unos Estados Unidos que nadaba en la necesidad de crear modelos juveniles en los que mirarse. William Ruhlmann, de Allmusic, escribió sobre este álbum que “llamar Born to Run exagerado es equivocarse; la intención de Springsteen es volar cosas, tanto en el sentido de expandirlas a tamaños colosales como en explotarlas. Si The Wild, the Innocent and the E Street Shuffle fue un accidente milagroso, Born to Run fue una obra maestra intencionada. Declara su propia grandeza con canciones y un sonido a la altura de la promesa de Springsteen…”
No fue fácil para Bruce Springsteen el alumbramiento de Born to Run. No se trataba de grabar un álbum. Tenía que ser el Álbum, con mayúscula. De ahí que fueran muchos los temas preparados que finalmente se quedaron fuera para una posterior aparición. Además, como decimos, Born to Run debía ser el comienzo de un Bruce Springsteen movilizador de masas, de fans que grabarían el nombre del disco en su misma piel, cual tatuaje, para que se convirtiera en un himno, una filosofía de vida, un sentimiento… Generaciones de seguidores de Bruce Springsteen consideran al álbum y a la canción que le da nombre algo más que un trabajo musical.
Para que todo fuese sobre ruedas, la carpeta que tenía que acoger al disco no podía ser cualquier cosa. Aun así, casualidades de la vida, la fotografía, historia viva de la música, surgió de manera espontánea a lo largo de una maratoniana sesión fotográfica (de tres horas y 900 tomas) de la que Bruce Springsteen comenzaba a cansarse. Pero entre la extrema relajación a la que llegó el modelo y la visión artística de Eric Meola nació algo eterno.
En la fotografía, Bruce Springsteen posa con Clarence Clemons, portando una Fender Esquire. El mismo Eric Meola declaró posteriormente que “supimos al instante que esa era la fotografía”.
Al genio de New Jersey le acompañaron en esta andadura de Born to run, Wayne Andre, Roy Bittan,Fender Rhodes, Michael Brecker, Randy Brecker, Ernest Carter, Clarence Clemons, Richard Davis, Charles Calello, Danny Federici, Suki Lahav, David Sanborn, David Sancious, Garry Tallent, Steve Van Zandt y Max Weinberg.
Complicado es publicar un álbum con tantos temas potentes como los de Born to Run. Canciones que por sí mismas sean capaces de sobrevivir al paso del tiempo y poseer tanta vida fuera del mismo disco. Si poderosa es ‘Born to Run’, no menos lo son ‘Thunder Road’, ‘Tenth Avenue Freeze-Out’, ‘Backstreets’ o ‘Jungleland’, con la imperiosa aportación con el saxo del inolvidable Clarence Clemons. Pero tampoco debemos perder de vista al resto de temas, desde ‘Night’ hasta ‘She’s the One’ o ‘Meeting Across the River’. Y es que de Bruce Springsteen, todo es aprovechable. Después vendrían otras dos obras maestras como The River (1980) o Born in the U.S.A. (1984), intercaladas por dos trabajos tan íntimos como imprescindibles, como Darkness on the Edge of Town (1978) y Nebraska (1982), pero de todo ello, seguro, habrá tiempo de hablar.