Nos encontramos a caballo entre el 50 aniversario de la realización de una fotografía que forma parte de la historia de la música y de la comunicación y de la publicación de un álbum genuino. Efectivamente, el pasado 8 de este mes se cumplieron cinco décadas de la sesión fotográfica que Ian McMillan realizara para la portada del duodécimo álbum de The Beatles. Y el venidero 26 de septiembre, por su parte, celebraremos los 50 años de la publicación de este trabajo de la banda de Liverpool, titulado Abbey Road. La grabación se realizó en Apple Studios, y dio lugar a una de las obras más destacadas de la historia de la música, con temas como ‘Come Together‘ o ‘Something‘, himnos de generaciones de seguidores, versionados en muchas ocasiones por otros artistas.
Una obra sin fecha de caducidad
Paul McCartney llamó a George Martin para que produjera un nuevo álbum. Los cuatro miembros de The Beatles estuvieron dispuestos a dejar a un lado sus diferencias personales para dedicarse a un solo objetivo: «terminar el trabajo de una forma honorable”, en palabras del productor.
Esto es importante, ya que provocó que cada uno compusiera al menos dos canciones de las 17 que forman el álbum (dos caras), salvo Ringo, que solo contribuyó con ‘Carry that weight’. Por lo que es un disco que destaca por su brillantez y variedad musical, en el que cada uno le aporta su peculiar luz e influencia. Anticipaba que este sería su último trabajo como grupo, pese a que fuera el más “peleado”. Let It Be, lanzado en 1970, había sido grabado antes que Abbey Road.
Tanta majestuosidad debía ser representada de una forma adecuada, no se podía quedar en lo que se escuchaba, sino que debía convertirse en un emblema, debía materializar un sonido, una generación. De ahí parece nacer esta portada, como complemento ideal para llegar a lo mítico. El encargado de dicha obra fue, como decimos, Ian Macmillan, quien solamente tuvo alrededor de 15 minutos para captar al grupo en el cruce de Grove End Road con la calle Abbey Road mientras un policía detenía el tráfico. Macmillan tomó otras fotografías en las que se veía a la banda caminando en otro sentido (de derecha a izquierda) o en diferentes posiciones.
Desde el punto de vista técnico, la fotografía de los cantantes cruzando un paso de peatones no guarda ningún misterio. Fue tomada del modo más simple e inesperado. John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison caminando de izquierda a derecha, sin mirar a la cámara; esa fue la única consigna.
Una fotografía mítica
Existen bastantes datos curiosos respecto a la portada: el misterio de por qué Paul McCartney aparece caminando sin zapatos desató miles de teorías de la conspiración por aquel antiguo rumor de que hacía años que había muerto y había sido reemplazado (así que el “impostor” no quería “usar los zapatos del muerto”). En la placa del Wolskwagen (un Escarabajo blanco) estacionado en la calle Abbey Road se leen las letras 28IF, una supuesta “señal” dejada por el grupo indicando la edad que tendría Paul “si no se hubiera muerto”, que en realidad para entonces tenía 27 años. Es característico también que Abbey Road sea el único álbum de edición británica de The Beatles que no tiene ni el nombre de la banda ni el del disco en la portada. El director de Apple Records comentó que no era necesario poner el nombre de la banda, pues ya era la más famosa del mundo. Y no andaba mal encaminado, hasta hoy día, sigue siendo la más famosa de la historia. Paul Cole fue el inesperado invitado de piedra. Era un estadounidense que veraneaba en Londres junto a su mujer. Harto de visitar museos, apareció en Abbey Road inopinadamente en el momento justo en el que a The Beatles les hicieron la foto. Aparece en el lado derecho de la portada.
https://www.youtube.com/watch?v=0tT_8abkuK0
Esta portada de Abbey Road ha inspirado a miles de imitaciones, desde grupos de rock hasta caricaturas, muñecos de juguete y a turistas que viajan desde todas partes del mundo para posar en la misma ubicación que los músicos, en el paso de peatones. Hasta el propio McCartney la parodió en su disco Paul is live (1993), donde se le ve paseando un perro pastor inglés.
Han pasado ya cinco décadas desde que se hizo la toma, y todavía siguen apareciendo anécdotas y reediciones. Y no es para menos. Sin proponérselo, The Beatles plasmaron en una imagen simple pero explícita el momento que estaban atravesando. Una despedida admirable: la síntesis exacta para un álbum perfecto. Inicialmente se iba a llamar Everest, pero pasó a llamarse Abbey Road en honor a la calle donde estaban ubicados los estudios de grabación. El éxito fue tan grande que estos estudios cambiaron su nombre para llamarse de igual manera que la referida calle… y el disco.
Los temas y sus compositores
Como decíamos antes, The Beatles ya no funcionaban como la banda que generó el nacimiento del fenómeno fan, pero aún se reuniría una vez más para crear esta joya llamada Abbey Road. Pero el ambiente en el grupo ya no era el mismo de antaño, por lo que había que medir todo hasta el último detalle. Incluso los padres de los temas que fueron incluidos en el trabajo. Este doble álbum cuenta con estas canciones, cuyos creadores relacionamos a continuación.
John Lennon compuso ‘Come together‘, ‘I Want You (She’s So Heavy)‘, ‘Mean Mr. Mustard‘ y ‘Polythene Pam‘; George Harrison, ‘Something‘ y ‘Here Comes the Sun‘; Paul McCartney, ‘Maxwell’s Silver Hammer‘, ‘Oh! Darling‘, ‘You Never Give Me Your Money‘, ‘She Came In Through the Bathroom Window‘, ‘Golden Slumbers‘, ‘The End‘ y ‘Her Majesty‘; Ringo Starr, ‘Octopus’s Garden‘; mientras que Lennon, McCartney y Harrison dieron vida a ‘Because‘ y ‘Sun King‘, y los cuatro Beatles al tema ‘Carry That Weight‘.