La joven cantautora sevillana María Yfeu ha estrenado recientemente su álbum debut, Santo Amaro, un trabajo muy personal que ha querido ofrecer al público en general con la intención, como ella misma dice, de que sea “escuchado”. Gatrópolis invita a sus lectores a que lo disfruten como merece una obra como esta.
Has estrenado recientemente tu primer LP, Santo Amaro. ¿Cómo te sientes ahora después de ver el resultado de tu creación?
Contenta de que por fin esté fuera y de que el trabajo tenga frutos tan bonitos.
En el álbum mezclas jazz, rock progresivo, pop psicodélico… ¿Esta propuesta musical es fruto de una necesidad creativa personal?
Es una consecuencia más bien de la variedad de influencias y de las diferentes músicas que escucho y aprendo. He intentado respetar una especie de orden cronológico en cuanto a las composiciones y no volverme loca por meter todo lo que me gusta en un mismo disco, pero a la vez la fusión de estos géneros me resultaba muy atractiva y siempre me interesa ese punto de unión que tienen las músicas, el poder acercarlas y que se generen experiencias sonoras diferentes a cuando están en su estado más tradicional digamos.
‘Someday’ y ‘Me Vio Llorar’ fueron los adelantos de Santo Amaro. Pero ¿hay algún tema con el que te identifiques más?
Creo que el tema en el que más me reflejo es ‘Media Luz’.
‘Lust and Love’ ha sido presentado con un videoclip dirigido por Ana Wedfry. ¿Por qué has elegido este tema y cómo ha sido su producción?
Es un tema que se aleja un poco de los demás estructuralmente. Precisamente porque este tiene una forma más usual y el resto son temas muy asimétricos y para nada presentan una estructura de pop al uso. Su producción fue de las más sencillas en cuanto a que estaba bastante definido desde un principio, por sí mismo y en esencia, fue como si tuviera su sonido contenido y no hubiera que buscar más allá. Lo elegí porque es el más simbólico de lo que es una canción, los demás son desorden y sacar como último adelanto el tema “bonito“ me parecía, de alguna manera, algo romántico que hacer.
Santo Amaro ha sido calificado como un trabajo discográfico que ha crecido a la vez que tú lo has hecho personal y artísticamemente. Supongo que ofrece los distintos cambios que se han ido produciendo en ti durante varios años. ¿Verdad?
Desde luego. También la pandemia hizo que el proceso se alargase más de la cuenta y por eso mismo representa muchos cambios. También luché por conservar lo que era antes de todos esos cambios por el paso del tiempo, así que ha terminado siendo un disco símbolo de una época de aprendizaje y crecimiento.
Lucas de Mulder, a la guitarra, y Julio Martín, a los teclados, te acompañan en tus directos, en los que la comunión entre los tres es fundamental para transmitir verdad al público. ¿Cómo surge esta colaboración y cómo está yendo?
Pues nos va genial. También vienen Mario Carrión a la batería y Sergio Fernández al bajo. Son los mismos músicos que grabaron el disco así que lo entienden a la perfección y es muy bonita esa conversación que se va generando.
En Palencia comenzó la promoción de Santo Amaro (18 de febrero). 15 ciudades la acogerán hasta llegar a Sevilla, tu tierra, el 31 de marzo, y acabar en Madrid, 6 de abril. ¿Qué te gustaría recoger del público cuando esta experiencia llegue a su fin?
Escucha. Este es un disco hecho para la escucha. Es un disco cuidado y trabajado. Me gusta (ya lo voy viendo en los conciertos) que la gente aprecie los matices y las zonas más sucias o agresivas así como las más cálidas y delicadas. Hay de las dos cosas aquí y la escucha es lo que te hace encontrarlo.
Para concluir, ¿qué futuro le espera a esta estrenada obra que has creado?
No lo sé, y realmente, no pensé nunca en eso mientras lo hacía. El primer disco quería que fuese un sitio acogedor para mí al que volver y en el que, sobre todo, hubiera mucha música que quisiera escuchar y revivir. En eso pensé.