Ha cumplido 16 años en el panorama musical. Es un referente para los grupos que van naciendo y para los que ya llevan un trayecto recorrido. Maga siempre es sinónimo de actualidad, porque su repertorio está construido desde la filosofía de la cercanía con su público, lo cual le confiere familiaridad a su trabajo. Este mes volverá a actuar en Sevilla. La cita será relevante por regresar a sus raíces y presentar su último álbum, Salto Horizontal.
El 9 de noviembre será un día especial para Maga porque presentará Salto Horizontal en sala, y en Sevilla, ¿qué sensaciones tenéis para este día?
La sensación de poder presentar por fin el disco en un espacio, digamos, de intimidad con el público. Ya habíamos tocado algunas de esas canciones en el Interestelar, que fue un concierto maravilloso, con un baño de público y un reencuentro con nuestra ciudad después de mucho tiempo… Muy especial. Pero es cierto que la sala, para presentar material nuevo, tiene una ventaja y es que tú decides el ritmo que lleva el concierto, decides el repertorio desde un punto de vista más narrativo. En un festival vas a hacer que la gente baile y se lo pase bien. Pero en una sala presentas las canciones como en una exposición de cuadros, vas contando una historia, y la gente está allí para verte, y de alguna manera está más receptiva, escucha los temas de otra forma. Hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de hacer esto en Sevilla con el disco nuevo, y ha llegado el momento. ¿Qué esperamos? Pues que la gente disfrute del repertorio, del hecho de que vayamos a tocar todas las canciones del disco, cosa que no ha ocurrido en toda la gira, en un mismo concierto, siempre ha habido alguna que ha bailado. Y tampoco faltarán canciones de toda nuestra trayectoria.
En febrero de 2017 se publicó Salto Horizontal, vuestro último álbum hasta la fecha, ¿cómo ha sido la acogida del público?
Ha sido muy grata. Salió a finales de febrero, empezamos a girar en marzo, y conforme han ido pasando las fechas, nos hemos encontrado con que cada vez más gente cantaba las canciones. El proceso de aprendizaje y celebración de los temas ha sido más rápido que en otras épocas, para regocijo nuestro. En los primeros conciertos ya había gente que cantaba los estribillos de ‘Por las tardes en el frío de las tiendas’ o ‘Báltico‘, que son canciones que utilizamos como adelantos. Creo que ha tenido muy buena acogida en general. La idea cuando hicimos este disco era recuperar un poco ese sello de identidad de los Maga más primigenios. Con melodías más luminosas, ritmos más bailongos, en general, un planteamiento más positivo y optimista de esa música. A la hora de llevarlo al directo ha sido una consecución de factores, empezamos con esa idea cuando comenzamos a componerlas, al llevarlas al estudio subyacía ese espíritu de transmitir luminosidad, y al llevarlo al directo continua. Y creo que la gente lo capta y te lo devuelve de alguna manera. El público es como un termómetro, si tú le das calor, te devuelve calor, incluso más todavía. Tu actitud se retroalimenta en él, y eso es maravilloso. Con este disco está pasando mucho, tanto en salas como en festivales. Hace poco estuvimos en Granada Sound, y fue una fiesta, con canciones que llevan seis meses en la calle. Nos da mucha alegría comprobar que seguimos emocionando a la gente con temas nuevos.
Este verano habéis estado presentes en varios festivales como Interestelar, Granada Sound, Les Arts, así como en diversas propuestas culturales como el homenaje a Vicente Aleixandre o Sofar Sound, ¿cómo habéis vivido estos meses?
Han sido meses de mucho trabajo, mucha actividad. Muy propio del momento en el que se encuentra el grupo. Cuando tienes un disco nuevo, obviamente se genera más actividad alrededor, hay más promo, conciertos, apariciones en medios, etc. Es parte de nuestro trabajo y yo lo vivo con especial alegría, me encanta eso, y lo prefiero a estar pensando qué puedo hacer. Hay veces que la gente no lo ve, piensa que el único trabajo de un grupo es grabar y tocar, y hay muchas cosas que están en la sombra, como los ensayos, la composición, la promoción, etc., que están ahí, son necesarias, son parte de mi vida, y que se disfrutan de otra manera.
Además, habéis ido combinando el formato eléctrico con el acústico, ¿con cuál os sentís más cómodo?
Depende, porque cada uno tiene sus virtudes. A mí me encanta tocar con la banda, me encantan los conciertos eléctricos, potentes, bailongos, que le transmiten mucha energía a la gente, y ésta te lo devuelve bailando, tocando las palmas, cantando a gritos… Los conciertos acústicos tienen otro cariz más íntimo, pero no necesariamente apunta a un concierto tranquilo. Nosotros hemos hecho bastantes conciertos acústicos en este año y medio, y muchas canciones son bailongas, aunque sea con una sola guitarra acústica. También depende de la actitud que tú tomes y el rollo que tú le imprimas a la canción. El acústico tiene una virtud, que a lo mejor no se ve tanto en el eléctrico, y es que tú modelas la canción como si fuera una pieza de arcilla. Si ves que la gente está de una manera, paras la canción, repites el estribillo si quieres, haces que el público cante, cantas a pelo… Ese tipo de cosas que te permite un contexto en el que hay menos volumen, y que es más complicado de llevar cuando estás tocando con tres personas más. O hay una telepatía brutal que muchas veces se da, o simplemente te ciñes un poco más al guión, a una estructura determinada, que aunque tenga sus pequeñas cuotas de improvisación, generalmente está mucho más medido. Sin embargo los acústicos te permiten esa posibilidad de improvisar más y de adaptar la canción a un contexto determinado.
A Aleixandre precisamente le dedicas una canción en este disco, el nombre del grupo nace de una novela de Cortázar, ¿qué importancia tiene la literatura en la vida de Miguel Rivera?
Tanto en mi vida como en la de la banda, la literatura siempre ha estado muy presente, aunque no mucho más que en la de cualquier persona que tenga un mínimo de curiosidad por la cultura. No somos culturetas, ni ratones de biblioteca ni nada parecido. Yo leo igual que escucho música, por gozo, por disfrute y por aprender. Muchas veces nos han querido tildar de grupo literario, en cierto modo, por tener referencia a personajes de libros, o porque nuestra lírica se alimenta de un lenguaje muy literario… Si estás leyendo algo en particular, un estilo, una corriente, un género…, te afectan, te condicionan. Si es una época en la que estoy leyendo más poesía, las letras van a salir más líricas. Sin embargo si estoy leyendo más novela o ensayo, me van a salir letras más cercanas. Siempre bajo el prisma y con el sello que tiene Maga después de dieciséis años haciendo canciones. Creo que es algo que la gente reconoce, que identifica rápidamente, y que gusta. Eso está bien, el haber desarrollado un estilo a partir de tu bagaje como lector y como escritor, es interesante. Sería lamentable que después de tanto tiempo nuestras letras no tuvieran un sello distintivo.
Compañeros de profesión y periodistas especializados se han rendido ante el talento y buen hacer de Maga, así como los seguidores, que cada vez son más, ¿qué crees que habéis aportado a la música para recoger tanto cariño?
A veces uno peca de ser demasiado modesto, y está bien, pero hay que reconocer que después de tanto tiempo, Maga tiene una colección de canciones en la que muchas de ellas se han convertido en generacionales, como ‘Agosto esquimal’, ‘Silencio’ o ‘Diecinueve‘. Son temas que ya se han convertido casi en himnos generacionales. Lo que considero que hemos aportado es la perseverancia y la honestidad. Creo que Maga es un grupo que nunca ha hecho nada impostado, hemos hecho las canciones lo mejor que hemos podido, hemos hecho la gira lo mejor que hemos podido, y a veces habremos sido más brillantes o menos. Pero no hay ni una sola canción de Maga para congratularse con nadie, ni para cumplir expectativas de nadie. Siempre hemos sido honestos con lo que hemos querido, y ya te digo, a veces con más o menos acierto, porque no por tener esa actitud, vas a conseguir que a la gente le encante. Pero sí, hemos sido honestos, hemos sido un grupo auténtico en general. Hay autenticidad en Maga, en la actitud y en las canciones. Y la actitud se traduce en canciones.
En noviembre estaréis en Barcelona cantando junto a Full. El pasado septiembre Javi, su vocalista, cantó un tema con vosotros en el Granada Sound… cantar junto a amigos siempre es bonito, ¿no?
Totalmente, además con Javi tenemos un vínculo muy cercano porque trabajamos en la misma agencia, Global Music 360. A él lo conocí hará un año y medio, o así. Empezamos a labrar amistad cuando hizo esa colaboración con nosotros en la Joy Eslava, cuando anunciamos la vuelta del grupo después de ese parón que tuvimos. Y montamos dos conciertos en esa sala con un montón de amigos invitados, y entre esos amigos estaba Javi, de Full. Me sorprendió la gran voz que tiene, el registro que tiene tan amplio y la actitud profesional que pone encima del escenario. A partir de ahí comenzó una amistad que se ha hecho sólida a día de hoy. Y siempre que podemos colaboramos juntos, aprovechamos cualquier circunstancia para visitar el escenario del otro.
Maga comenzó su andadura en el año 2000, ¿cómo ves en este momento la escena musical sevillana?
En la sevillana particularmente hay dos grupos que me parecen muy interesantes, que son El Imperio del Perro y Mantequilla Fly. Son de dos pelajes completamente diferentes pero, cada uno en su rollo, me parece muy interesante. Creo que la escena independiente de España ahora tiene un componente que no lo tenía cuando nosotros empezamos, como es el de la profesionalización. Pienso que los grupos están más preparados que cuando comenzamos, y todo lo que hay alrededor como agencia de management, las salas, los sellos… Todo está mucho más profesionalizado. Y la gente empieza a tocar y sabe lo que quiere, otra cosa es que le vaya bien o no. Pero sí es cierto que nosotros éramos más amateurs, nos lanzamos a la carretera en nuestros propios coches y a la buena de Dios, a lo que saliera. Ahora los grupos tienen infraestructuras, saben tocar mejor, tienen las cosas más claras, una agencia detrás o simplemente ellos con las redes sociales, que han ayudado mucho a que las bandas sean autónomas y se den a conocer. Me parece una gran virtud que tiene internet para los grupos jóvenes.
Vuestro público a lo largo de este tiempo ha crecido, ha evolucionado, incluso se puede ver a los padres llevando a sus hijos pequeños a vuestros conciertos, compartiendo el amor por Maga a las siguientes generaciones, ¿qué os hace sentir que vuestro público os admire tanto que quiera que sus hijos también os disfrute?
A mí me encanta y es algo que he comentado más de una vez con mis amigos, ver cómo Maga va trascendiendo de generación en generación. Gente que comenzó a seguirnos cuando empezábamos, y tenían nuestra edad o un poco menos, y ahora igual tienen niños de 5 o 6 años. Siguen al grupo, siguen poniendo las canciones… Nos llegan mogollón de mensajes a las redes con fotos y vídeos de niños cantando nuestras canciones. Está guay porque si llegas a la conclusión de que quieres ponerles una música determinada a tus hijos, es porque esa música significa algo para ti, es importante, y lo quieres compartir con ellos. Es parte de la educación que tú les estás dando a tus hijos. La música de Maga o la que sea. Es maravilloso que eduques a tus hijos en el amor por la música, a la literatura… al arte en general. Formar parte de ese corpus educacional de alguna gente me parece halagador.
Además es una forma de que la música de un determinado artista se perpetúe en el tiempo…
Evidentemente. A lo mejor cuando toquemos el día 9 hay un chico de 16 años que no había ni nacido cuando empezamos a tocar. Es maravilloso. Cuando hemos tocado en algún festival y he visto a gente muy joven, me ha enorgullecido. Digamos que eso hace hincapié en la atemporalidad de la música. Si algo transmite, lo hace hoy y dentro de dos siglos. Si queda alguien sobre la faz de la Tierra dentro de dos siglos, a lo mejor escucha una canción de Maga y le transmite algo. Si pasa con Beethoven, porqué no con Maga, con Iván Ferreiro, con Vetusta Morla, etc. Es una de las cosas bonitas que hace la humanidad, frente a las atrocidades de las que también somos capaces.
En enero de 2016, celebrasteis el 15 aniversario de la formación de la banda, ¿en qué momento os encontráis actualmente? ¿Es complicado seguir estando tan presente?
Los grupos, como todo en la vida, tienen ciclos. Sacas una referencia, tienes una campaña promocional, una serie de conciertos, tienes una presencia en los medios, durante un periodo de tiempo y después de eso la vida continua, vienen otros discos detrás, otros grupos… Entonces en esos espacios de tiempo en los que parece que el grupo tiene menos visibilidad, porque no está en la radio todos los días, aprovechas para preparar material nuevo, seguir ensayando, hacer promo, etc. ¿En qué momento estamos? Hemos estado componiendo, preparando cosas nuevas para seguir haciendo ruido, y con vista a los próximos conciertos que se nos presentan. Los aparentes periodos de descanso son realmente momentos para preparar nuevo material, en secreto o en la intimidad.
Fotografía de portada de Óscar Romero.