Gatrópolis ha entrevistado a Raúl Bernal, cofundador junto a Natalia Muñoz, de Dolorosa. Una banda granadina que al lado de Antonio Lomas, Fran Ocete, Chesco Ruiz y Carlos Marqués han encontrado el equilibrio y la consolidación como grupo. Hoy, Dolorosa publica su segundo disco, Un gran presentimiento, una mirada hacia su interior que refleja la evolución natural de la banda y de sus componentes.
Hoy se publica vuestro segundo álbum, Un gran presentimiento. ¿qué vamos a encontrar en él?
Vais a encontrar una nueva colección de canciones que vienen de un trabajo de más de dos años. Representa una consolidación de la banda. Hemos trabajado con muchas ganas y mucha humildad. Lo hemos deseado mucho, y queremos que eso se transmita aparte de que a la gente le guste las canciones. Y que se vea también el cariño que le hemos puesto.
Dolorosa sirve de altavoz a través de vuestras letras para el treintañero medio por los mensajes que transmitís en ellas. Donde habláis de la situación por la que pasan muchos jóvenes de hoy. Pero en este disco, lejos de ser una crítica a la política, es más una reflexión íntima, ¿qué opinas sobre esto?
Creo que ya sabemos todos cómo está el ambiente, y quizás en el anterior lo veíamos todo con una visión más general. Pero en este disco hemos mirado más dentro de nosotros, y sigue estando esa crítica flotando, sigue estando la protesta en las canciones. Pero es un poco como nos sentimos nosotros, nuestro estado vital con lo que pasa a nuestro alrededor. Somos treintañeros medios y hablamos de cosas que a nosotros y a personas de nuestra generación nos pasan.
A pesar de hablar sobre estos asuntos nada halagüeños, tiene un título muy positivo. Al final siempre nos queda la esperanza para seguir luchando, ¿no?
Sí, al final tiene que estar presente. Porque esto es una lucha constante, y nadie se mete a pelear si la batalla está perdida. Entonces siempre hay un poso de positivismo muy importante. Nosotros cada vez, creo, somos más optimistas en todo. Es la única manera de hacer las cosas con ganas e ilusión y pelear porque todo sea mejor. Es la única manera de ir construyendo el camino, y el título del disco refleja eso. Tenemos un presentimiento, una intuición de que todo puede ser mejor. El anterior disco era como un deseo de que el mañara fuera bueno, y este es un gran presentimiento.
¿Qué diferencias encontramos entre ambos discos?
Una evolución natural. En lo musical porque somos más y está todo más afianzado, estamos más dentro que hace dos o tres años. Y en lo personal hemos madurado, hemos crecido, hemos desechado unos pensamientos y adoptado otros. No ha sido algo forzado, ha sido siempre natural, y las canciones mandaban sobre nosotros.
Háblanos sobre el proceso de creación del disco, ¿cómo ha sido su producción y su grabación?
El proceso ha sido largo entre que se compuso la primera canción y terminamos de masterizar el álbum. Yo hago las canciones en casa, con la guitarra, y acto seguido, a la primera persona a la que se las paso es a Natalia (vocalista del grupo). Si ella se siente cómoda y la canción pasa ese filtro, empezamos a trabajar en ella. El disco anterior se trabajó más en el local porque surgió de esa manera. Y este lo he trabajado más en casa, se ha pensado mucho más, se han maquetado las canciones allí, y cuando teníamos el punto de partida claro de hacia dónde se quería ir en cuanto a producción, empezamos a trabajarlo desde ese punto en el local. Ha sido un trabajo más individualista, que luego se ha convertido en más común, quizás al revés que en el anterior. Pero al final hemos conseguido que cada uno se sienta cómodo con las canciones de este disco, y no se ha dejado nada al azar.
Dolorosa comenzó su andadura hace casi cinco años, y desde ese momento obtuvo una gran acogida por la escena granadina, tanto por público como por crítica especializada. ¿cómo os sentís al respecto?
Sorprendidos porque nunca había sido habitual en nuestras carreras fuera de la banda. Esto surgió sin ningún tipo de pretensión, simplemente por querer hacer canciones y disfrutarlas. Ha sido un proceso natural y chulo. La gente le cogió cariño al proyecto, los medios también, muchos de ellos sin que nosotros llamásemos a su puerta, y quisieron hablar con nosotros y preguntar hacía dónde iba esto… Estamos contentos porque transmitimos lo que queremos transmitir que no es otra cosa que humildad y buen hacer.
Desde los inicios de Dolorosa habéis mostrado una inclinación por el minimalismo afrancesado, la canción italiana, la América fronteriza o la lírica del bolero, ¿de dónde surgen estas influencias?
Nosotros somos amantes de la música, de las canciones, tenemos pocos prejuicios a la hora de escucharla. Somos igual de amantes de Cecilia que de Dylan, para nosotros están en el mismo puesto de importancia. También somos del sur y el gen cultural está ahí, está la copla, la canción mediterránea… Para nosotros el bolero es un género maravilloso, y la canción italiana es igual de válida como puede serlo la 9ª de Beethoven o el último disco de Dylan. Al final son canciones que te tienen que emocionar.
El 18 de octubre es la primera fecha de presentación de este trabajo, en Madrid. Luego le seguirán Córdoba y Granada, ¿qué habéis preparado para la próxima gira?
Estamos trabajando mucho en el local para que los directos sean lo más fieles posible al disco. Estamos intentando que todo lo que suena en el disco, suene en directo, y suenen las canciones tal cual las hemos hecho. Lo que diferencia a un disco de un directo es que surgen cosas. El álbum siempre va a ser el mismo, pero en los directos siempre surge algo, está la emoción, está el feeling, la comunicación entre músicos y con el público… Y eso es una cosa chula porque cada día se da algo nuevo. Tenemos muchas ganas de salir, de conocer a la gente que va a venir a los conciertos, y pasarlo bien.
Fotografía de portada de Fabián García