Posee un estilo musical y vital muy particular. Este grupo de raíces gallegas, temas cantados en portugués y con su residencia a caballo entre Londres y Madrid ha traído una corriente de aire fresco que agradecemos los amantes a la música. Bifannah se encuentra en pleno proceso de creación del que será su próximo y esperado nuevo trabajo. Sobre todo esto y algunas cosas más ha hablado para Gatrópolis.
Recientemente habéis participado en uno de los festivales referente del panorama nacional como es Monkey Week, ¿cómo ha sido la experiencia?
Muy buena. Ha sido nuestro segundo año consecutivo y las sensaciones son brutales. Más allá de encontrarnos con un montón de bandas amigas y gente de la industria, el público ha llenado los conciertos y nos ha dado una energía que no nos esperábamos a estas alturas, siendo el broche final de la presentación de nuestro primer disco.
Este evento tiene como valor añadido el impulsar una escena musical muy joven y diferente, además de apoyar a la industria a través de sus actividades paralelas y seminarios. ¿Hasta qué punto es importante que haya festivales como este que apoyen al sector desde la base?
El modelo del Monkey Week es el ejemplo de cómo hacer las cosas bien y con mimo. Creemos que el futuro de los festivales va por este modelo de trabajo. Contando con diferentes espacios urbanos, aforos pequeños con encanto y generando puntos de encuentro entre bandas, sellos y público… Es algo mucho más cercano. Puedes estar esperando para ver un concierto y encontrarte con la banda tomando algo antes de salir y charlar. Se acerca la música a la gente y se dignifica mucho más la función de todos los elementos que conforman la industria.
Tras un verano intenso presentando vuestra visión de temas como ‘Vem Quente Que Eu Estou Fervendo‘ y ‘Mudando as Cores da Vida‘, vais a entrar en el estudio para preparar vuestro segundo álbum, ¿qué nos podéis decir sobre él? ¿En qué momento se encuentra?
Las versiones que lanzamos en verano fueron un refresco y un guiño que nos apetecía hacer. Eran canciones que veníamos haciendo desde los inicios. Ahora mismo estamos metidos de cabeza en el nuevo LP. Estamos explorando nuevos caminos, nuevas formas de atacar las canciones y también quitándonos complejos. Creemos que va a ser una evolución de lo que mostramos en Maresia. En menos de dos meses esperamos estar metidos de lleno en el estudio.
¿Será un punto y seguido o un punto y aparte con respecto a vuestro anterior disco?
En algunos aspectos será una coma y en otros un punto y aparte. Una de las cosas que más nos gustaron de Maresia fue dejar todas las puertas abiertas a evolucionar sin traicionarnos a nosotros mismos. Queremos que lo nuevo sea todavía mejor, pero desde un punto de vista diferente, ser más certeros, experimentar cuando queramos y jugar con lo que nos divierta. Ser más orgánicos en general.
Este disco será el sucesor de Maresia, que publicasteis en 2017. Echando la vista atrás, ¿qué creeis os ha reportado este trabajo en referencia a lo musical?
Fue nuestro debut largo y fue un trabajo muy intenso. Básicamente compusimos el disco en 4-5 meses, cada sesión de composición era algo nuevo, casi como conocernos y encontrarnos. Musicalmente nos ha abierto muchas puertas y la posibilidad de llegar a un montón de lugares que nunca habríamos imaginado. Lo cierto es que le tenemos mucho cariño a Maresia.
Vuestro estilo se describe como tropicalismo gallego, ¿cómo nace?
Es una etiqueta que se ha ido distorsionando poco a poco. No consideramos en absoluto que estemos haciendo o creando una referencia musical nueva. Tenemos influencias del movimiento tropicalista brasileiro, pero también otras del folk, del garage, de la psicodelia… Y bueno, sí, somos 100% gallegos.
En vuestro sonido encontramos influencias de los sesenta, toques de garage psicodélico e incluso western, ¿qué referencia tomáis como inspiración a la hora de componer?
Pues muchas, muchísimas. Cada uno de forma individual tiene un imaginario bastante amplio. Buscamos puntos en común y una vez llegamos ahí, retorcemos nuestras referencias. Eso es, desde garage psicodélico, western, música turca, afrobeat, cumbia, folk, hasta electrónica. No nos cerramos a nada, creemos que es la forma de enriquecer nuestra música y ahora mismo componiendo el nuevo disco lo intentamos aplicar más que hace un par de años.
Es llamativo que vuestras canciones sean en portugués, cuando lo esperado sería que fuesen en español o en gallego, ¿por qué tomasteis esta decisión?
Siempre decimos que fue un capricho casual. Por motivos de la vida, Guille (voz y guitarra) vivió cinco años en Oporto, Portugal. A la hora de comenzar el grupo tomamos la decisión de intentar hacerlo en portugués… Probamos y resultó que nos encantaba. La sonoridad es alucinante y líricamente no nos cortaba las alas, así que nos hicimos con la fórmula de cantar en portugués y tan felices que estamos con la decisión.
Bifannah nació en Vigo, y actualmente está afincada entre Madrid y Londres, ¿cómo es el día a día de la banda? ¿cómo se lleva la distancia en un proyecto como este?
Pues intentamos jugarlo a nuestro favor de la manera más natural posible. Ya desde el inicio el grupo estaba a distancia. Intentamos imponernos una disciplina de trabajo, cumplir calendarios y confiar mucho los unos en los otros. El trabajo individual es importante, pero cuando nos juntamos las ideas, los ensayos y los conciertos suben en intensidad y risas. Es una forma de disfrutar el doble y, quizás, de no quemarnos en el local semana a semana. De momento vivimos así, pero tampoco pasaría nada si de repente viviéramos juntos (o sí…) (risas).
Tras dos años desde que comenzara Bifannah, ¿en qué momento os encontráis como grupo?
Realmente decidimos montar Bifannah a principios de 2015 para ver qué podía salir. Así que tras casi tres años, lo cierto es que estamos en un momento bueno, casi inesperado. Con ganas de meternos ya en el estudio y comenzar a girar de nuevo. A veces echamos de menos no tener más tiempo para recrearnos, pero tal y como estamos personal y grupalmente, no queremos bajar el pistón.