A estas alturas todo el mundo debería conocer a Mastodonte. Asier Etxeandia y Enrico Barbaro irrumpieron en el panorama musical con su actual proyecto en 2018 con el tema ‘Redención’. Desde entonces no han dejado de evolucionar con su propuesta arriesgada, original, pero sobre todo personal, influenciada por las vivencias de ambos artistas. Los dos dan sentido al arte por su forma de trabajar, pensando en los pequeños detalles; un funcionamiento casi artesanal. Mañana 11 de julio se volverá a levantar el telón para Mastodonte, será en Abre Madrid (IFEMA), tras los meses de confinamiento. Mientras tanto, en Gatrópolis esperamos al 24 de julio, cuando la La transfiguración del Mastodonte desembarque en la Plaza de España de Sevilla, gracias a Singular Fest.
Entrevista de Andrea y Patricia del Zapatero.
Mañana, 11 de julio, tenéis vuestro primer concierto (Abre Madrid), tras el periodo de confinamiento. Y el próximo será el 24 de julio en Sevilla (Singular Fest), ¿cómo afrontáis esta nueva etapa de extraña normalidad?
Enrico Barbaro: Va a ser curioso, pero por lo que he visto, Ifema ha puesto a disposición todas las medidas de seguridad posibles, en el aparcamiento, la entrada, los asientos… Va a ser muy seguro.
Asier Etxeandia: Nosotros estamos muy entusiasmados de hacer el espectáculo ya con público. Ha habido un momento en pleno confinamiento, que he llegado a pensar que quizás no lo volveríamos a hacer, que iba a costar hacerlo como lo hacíamos antes. Pero está super cuidado el espacio, las mesas separadas, está todo muy bien. Tiene una pinta brutal el espacio, es un festivalaco. Un escenario espectacular, sonidazo, pantallas en las que se va a ver todo lo que suceda… Estamos muy felices.
Y nosotras de que vengáis a Sevilla también…
Asier Etxeandia: ¡Bueno, bueno! Lo de la Plaza de España es otro espectáculo, eso va a ser una locura. Tocar allí es impresionante, es uno de los monumentos más flipantes del mundo. Va a ser muy épico. Si nosotros somos épicos, allí va a ser ya…
Estos serán vuestros primeros conciertos con público, pero durante el confinamiento celebrásteis el Día Europeo de la Música con un directo en streaming desde el Teatro Valle-Inclán de Madrid, ¿cómo fue el desarrollo de ese show sin el feedback del público?
Enrico Barbaro: Fue raro, pero nos pusimos las pilas pensando que era una realización televisiva. Se intentaba comunicar lo mismo a la cámara, aunque el público te da el contacto con la mirada, te anima de otra forma. Lo hemos tenido que imaginar detrás de la cámara. Luego hemos tenido la suerte de trabajar con La Caña Brothers, nuestros hermanos, en la parte vídeo, y eso nos ha ayudado mucho.
Asier Etxeandia: Teníamos la sensación de que estábamos grabando una película. Ha sido agotador, lo grabamos en tres días, pero estamos tan contentos con los resultados… Yo me lo pongo de vez en cuando [risas]. No te puedes creer que tengamos esta pedazo de banda, que sonemos así, que tengamos tanto rollo… Estoy orgullosísimo. Somos mi banda favorita.
Es importante que digáis eso, no solo ya porque sea vuestro proyecto, sino porque es verdad que el concepto Mastodonte, tanto por la puesta en escena, como por la música que hacéis, ahora es algo muy difícil de encontrar en el panorama español tan cercado, ¿cómo habéis entrado, por así decirlo?
Asier Etxeandia: Todo el mundo se volvía loco intentando clasificarnos continuamente. Ha sido muy difícil, sabíamos que la forma de hacer esto era creando nuestra propia empresa, sin discográfica detrás, con nuestros ahorros, con nuestro esfuerzo… Era muy difícil de explicar lo que queríamos hacer. Hasta que no vas a un concierto de Mastodonte, o escucha el disco un par de veces, no te das cuenta de la profundidad que tiene, de las aristas que tiene, y de lo que hacemos. Porque precisamente huimos de eso, de que nos cataloguen, de las identidades. Ya solo para sonar en Spotify te piden que te etiquetes. Pero si te digo la verdad, lo que ocurre es que en el momento que van a ver un concierto, la gente entiende el concepto de Mastodonte. Recuerda a muchas cosas que hemos vivido, porque tiene cosas muy icónicas, referentes muy ancestrales, pero tiene un lenguaje nuevo que es nuestro, es nuestra identidad. Y hasta que no lo consumes, no te das cuenta de lo que es. Pero eso creo que es bueno, es difícil que al principio la gente te entienda, pero siempre que no te entienden al principio es bueno.
Enrico Barbaro: Al final no es una propuesta tan marciana. Son canciones, pero lo que no puedes hacer es meter todas en el mismo pack seguramente, porque son muy diferentes. Queríamos, como suelo decir, darle el traje a medida para cada mensaje. Y también porque ya somos de una generación, somos más mayores y hemos visto de todo [risas].
Asier Etxeandia: Hemos pasado por todas las tribus ya, hemos querido ser punkis, mods, hippies, trap… Lo hemos querido ser todo y ya no somos nada. Ahora creemos en la identidad propia de cada uno, y en ir amoldándote según te vaya la vida. Eso es lo que tiene la madurez.
En 2013 trabajáis juntos en la obra de teatro El Intérprete, lo que genera una relación de amistad y trabajo, ¿en qué momento decidís crear Mastodonte?
Asier Etxeandia: Enrico y yo ya hablábamos mucho de que queríamos hacer música juntos. Flipábamos cada vez que improvisábamos algo, antes de cualquier bolo salían cosas, la música que nos unía tenía que ver, nos entendíamos mucho. De toda la banda que allí estaba, era con quien mejor me entendía, y ya inmediatamente dije “¡quiero hacer música con Enrico!”. Decidimos irnos a convivir casi medio año, así como repartido, a una casa a hacer nuestro estudio allí y a ponernos a investigar. Tengo mucha nostalgia de ese proceso, porque es lo más maravilloso del mundo. Cuando ya está parido el niño dices, “bueno, ahora ya se me va…”.
Enrico Barbaro: También lo pasamos mal. Porque veíamos que había cosas que no encajaban entre ellas.
Asier Etxeandia: Esto que me parece tan flipante, ¿será una mierda? [risas].
Enrico Barbaro: Esto es el Mastodonte también. Es el superar el miedo al juicio propio.
Asier Etxeandia: Mastodonte es uno mismo. Fíjate en el concepto, en el discurso. Cuando decíamos, “¿de qué queremos hablar?”. Porque no solo hacemos las canciones, queremos hacer un buen show, ser generosos, crear la catarsis… Todas las disciplinas de las que venimos los dos, la música, la performance… Todo queríamos aunarlo. Queríamos hacer canciones, pero tienes que saber qué contar, cuál era nuestro discurso. Y efectivamente salió. Somos dos grandes mastodontes muy vulnerables, y que enseguida nos podemos ir a la mierda [risas]. Podemos terminar extintos en cualquier momento, pero no, ¡somos auténticos!
Presentasteis Mastodonte en septiembre de 2018 con el tema ‘Redención’ como primera toma de contacto, ¿cómo ha ido la experiencia hasta ahora?
Enrico Barbaro: Ha ido evolucionando. Normalmente, a los que les ha gustado, se han enamorado, no es que les haya gustado una canción. El que entienda la profundidad que tienen las canciones, se queda para siempre. O esa es la sensación que tengo yo.
Asier Etxeandia: Es cierto que tenemos canciones que son largas, que encima pasan por muchos pasajes, requiere de tiempo, tiene algo como de obra completa cada canción, en esta era en la que vivimos del inmediato, de las redes sociales, de todo aquí y ahora, de la falta de paciencia para poder consumir cualquier obra… yo sí siento que todo aquel que le ha dedicado el tiempo suficiente, es cierto que no solo le ha gustado, se ha obsesionado, y eso nos enorgullece mucho. Porque estamos muy orgullosos de la gente que nos sigue. Además son muy diferentes entre sí, que efectivamente no pertenece a ninguna tribu, beben de muchas cosas. Lo que pasa es que el proceso desde que publicamos ‘Redención’ hasta aquí ha sido de muchísimo trabajo. De hacer muchos bolos y como empresa que nos autoproducimos, ha dado mucho trabajo, pero somos muy felices. Haber conseguido llegar a Las Vegas a los Grammy con una nominación por un videoclip que hicimos con nuestro esfuerzo, y con nuestra ida de olla, y creyendo en él a muerte ha sido la hostia.
El concepto de inmediatez de una canción tiene que durar x minutos, para que sea más comercial o más vendible, ¿os ha frustrado o perjudicado a la hora de crear estas canciones que abarcan grandes historias?
Asier Etxeandia: Perjudicar no.
Enrico Barbaro: Y condicionado tampoco. No hay ninguna que baje de los cinco minutos.
Asier Etxeandia: A mí me da rabia. Parece que hay que ser sota, caballo y rey, en el arte sobre todo. Así funcionamos. Me parecía reductivo, absurdo, me da mucha rabia. Me parecía obtuso el hecho de que la gente que se dedica a la música te aconseje: “haz esto de esta manera”, “tiene que durar esto”… para ser algo exclusivamente para vender. Que yo también quiero vender, porque sino no podemos hacer el siguiente disco, pero me refiero a que en el arte no puede haber estos parámetros tan absurdos. Me daba rabia por ellos, pero en ningún momento nos afectó el querer cambiar nuestro objetivo, para nada.
Enrico Barbaro: Si lo que quieres es crear un viaje, necesitas un tiempo, una intro, un momento para decir una cosa, necesitas una pausa… Necesitas el tiempo que haga falta. Esto no significa que nuestra manera de hacer canciones sea larga.
Asier Etxeandia: A lo mejor hacemos una de un minuto, y es porque tiene que ser así.
Enrico Barbaro: Pero seguramente es porque cambia el target, o la capacidad de concentración de la gente. Porque lo que estoy viendo es que hay personas mayores a las que les parece una pasada lo que hacemos, personas de nuestra edad, hay personas como vosotras, hay adolescentes… No es un rango de edad, sino cuánto estás dispuesto a dar para descubrir las cosas, qué curiosidad tienes. Y hay quien no aguanta dos minutos.
Asier Etxeandia: No hay muchos que no aguanten dos minutos. Una vez que uno viene al concierto…
Enrico Barbaro: Pero el tipo de música que dura 2-3 minutos creo que es para un público específico. La utilizan para tenerla de fondo, pero no para viajar.
Asier Etxeandia: Cuando escuchaban las canciones por primera vez decían: “Pero que canción más larga, ¿no?”. Y, ¿qué pasa? ¿que te agobia? [risas].
Enrico Barbaro: El vídeo de ‘Redención’ dura siete minutos, es muy atípico.
Asier Etxeandia: ‘Anatomía de un éxodo’ dura casi 20, pero es lo que hacemos. Somos épicos, es así. Ben-Hur dura cuatro horas y es un peliculón. Y ‘Bohemian Rhapsody’ era larguísima, y es uno de los mejores temas del universo. Cualquiera de Pink Floyd…
‘Bienvenidos a mi casa’ ha sido vuestro último estreno hace unos días. Y es una declaración al amor, a la fiesta, a hacer lo que nos dé la gana, muy en la línea de la filosofía del grupo, ¿no?
Asier Etxeandia: ‘Bienvenidos a mi casa’ no estaba dentro del concepto del álbum, lo que pasa es que venía tanta gente a casa en la época en la que estábamos trabajando en ello…, además gente que curra con nosotros. Empezó todo por un vacile de mi amigo Hugo. Yo soy muy flipado, y me lo creo todo. El caso es que me dijo, “Asier, que sí, que muy bonito el álbum, pero ahora lo que se lleva es el reguetón” [risas]. Claro, me estaba vacilando, pero me quedé pensando y dije, “ahora te vas a fastidiar, te voy a hacer un reguetón, solo para que te calles”. Enrico se llevaba las manos a la cabeza, y le digo, “y ahora imagínate el vídeo, que vienen todos a mi casa, te la okupan, y hacemos una fiesta con un colocón todos, se convierten en zombies, se comen a ellos mismos, y te echan de casa…”. Funcionamos así, era una guasa, hicimos el tema hartos de la risa [risas]. Incluso el estribillo, que se escucha a gente, eran los amigos que venían a casa. La dejamos ahí y nos olvidamos de ella, porque no era serio [risas]. Llegaron las sesiones vermú, que solo hicimos una porque llegó la pandemia, se petó el teatro, y como regalo, para invitar a la gente la hicimos allí. Y fue una hecatombe, la gente se volvió completamente loca, se subía al escenario a bailar, se la sabían en un momento… Pues va a resultar que la mierda esta es buena [risas]. Enrico decidió a hacer los arreglos mejor, y ahora me la pongo todo el rato. Cada vez que la escucho me gusta más.
Mastodonte cuenta con una puesta en escena potente y muy cuidada. Con un vestuario específico y pensado, que todo unido crea una atmósfera que atrapa al espectador, ¿cómo surge?
Asier Etxeandia: Yo no entiendo salir al escenario sin tener un concepto claro, una puesta en escena o un viaje. Aunque sea encriptado, o sean pequeños detalles que hagan que al espectador se le active la imaginación para entender más allá de la canción. Es importante no solo la puesta en escena, sino la energía que hay entre nosotros tocando, lo que transmitimos, una emoción clara. Creo que el objetivo es conmover. Entonces cualquier herramienta es necesaria, tanto el vestuario, como el tiempo entre cada canción, la atmósfera, la iluminación, lo que dices o lo que no, o qué te ocurre cuando estás cantando una canción. Todos interpretamos de alguna forma un estado de ánimo en cada tema, por eso no solo somos músicos, sino intérpretes de nuestra propia música. Es una herramienta más para hacer volar a la gente.
Enrico Barbaro: Es como el sonido, de alguna forma elijes una instrumentación porque te lleva a un lugar. Y a la hora de estar en un escenario estás lanzando un mensaje potente. Nosotros lo hacemos de forma barroca, pero hay quien lo hace de manera minimal. Es un concepto estético que busca llevarte a un sitio mental.
Asier Etxeandia: En vaqueros no vamos a salir nunca, que esté la gente tranquila. Yo me ocupo de eso [risas]. Trabajo mucho con Sara Sánchez de la Morena, que es con quien hago todo el tema de vestuario, lo creamos juntos. Me ayuda mucho el utilizar el vestuario para transmitir una idea, ¿qué representa? Para nosotros es la antigüedad y el peso de la vida como un mastodonte que no nos deja casi ni movernos, y cómo nos vamos liberando de eso. Es muy bonito cómo cada elemento que utilizas en el vestuario significa algo y cuenta la historia de cada canción. Eso es apasionante, nos lo hemos pasado muy bien creando el show.
Y para el que todavía no haya visto a Mastodonte en directo, ¿cómo describiríais vuestro show?
Asier Etxeandia: ¡Épicos!
Enrico Barbaro: A la gente que no lo ha visto le diría que no pierdan la ocasión. Porque no van a volver a ver una cosa así en la Plaza de España…
Asier Etxeandia: …ni en la vida. Creo que es un suceso, aparte de que es un concierto de una enorme calidad musical, porque nos encargamos de que suene siempre de la hostia. Tenemos los mejores técnicos, creemos que es importante que suene muy bien. Nosotros llevamos toda nuestra crew. La iluminación también está muy bien trabajada. Todo el espectáculo lo está para que brille cada segundo y la gente viva una catarsis. Aparte pienso que es macarra, elegante, épico, intenso, emocional, es para celebrar una fiesta, es bailable… Es todo eso y mucho más.
Enrico Barbaro: El nombre del festival es perfecto, Singular. Más singular que Mastodonte no lo vas a encontrar.
A pesar de la corta vida de Mastodonte, uno de vuestros temas ya ha sido canción original de una película, concretamente Sordo, de Alfonso Cortés-Cavanillas.
Asier Etxeandia: Yo estaba en la peli, era el prota. Mientras estábamos creando el disco, yo me estaba preparando para ser Anselmo, además con La Caña Brothers, la productora con la que hacemos todo, está todo muy unido. No me quitaba a Anselmo de la cabeza, y había una canción cuya melodía la tenía en la cabeza desde hacía mucho tiempo. Se la canté a Enrico, a él le encantó y empezamos a montarla. Cada vez que lo pensaba me venía como una especie de monólogo interior después de haber vivido todo ese proceso horroroso que vive Anselmo, que es un infierno. Si ese profesor de escuela, que se encuentra en mitad de la Guerra Civil, si él muriera, ¿cuál sería su monólogo? A mí lo que más me emociona del mundo es la belleza y el perdón. Me pareció muy emocionante. A partir de ahí hicimos la letra, y cuando se la enseñamos a Alfonso Cortés-Cavanillas, le fascinó, y dijo, “ya está, esta es la canción de la película”. Es una canción de la que estamos muy orgullosos.
Fotografía de portada de Son Aoujil.