El pasado 11 de mayo veía la luz Abril, el nuevo trabajo discográfico del granadino Arco. Un álbum que desprende luz con cada uno de sus temas, y que pone música y letra a una etapa vital del cantante, la cual comparte ahora con su público. Uno (2016) fue la carta de presentación para su proyecto en solitario, y Abril es un paso más en su consolidación.
En febrero de 2016, cuando te entrevisté por primera vez, acababas de publicar Uno, y me dijiste que te gusta partir desde 0 en los nuevos proyectos. Hace dos años de esto, ahora publicas un nuevo trabajo, Abril. Te has hecho un hueco importante entre el público como solista, ¿qué sensaciones te despierta esta nueva etapa?
Siento que estamos creciendo, y que yo también lo estoy haciendo a nivel personal en muchos aspectos. Si con Uno estaba satisfecho porque era el mejor disco que podía hacer con lo que sabía en aquel momento, ahora lo estoy porque desde entonces he aprendido un montón, y hemos hecho un disco… No me gusta utilizar mejor ni peor, pero sí diría yo que se nota un pequeño paso en cuanto a producción, y en el que he podido trabajar de una forma distinta a como lo hacía antes.
Me imagino que todo este viaje, las giras, los conciertos, los países por los que has estado… han servido para captar influencias para tu nuevo trabajo, ¿qué podemos escuchar en Abril en este sentido?
Más que la influencia de los viajes, yo la cojo de las personas con las que estoy. Hay un cambio interior mío, han pasado cosas muy bonitas en mi vida, y otras no tan bonitas en el entorno familiar, como fallecimientos de seres queridos. Cosas de las que nadie está a salvo y que antes o después te llegan en la vida. Y a raíz de ahí sí que ha habido un cambio en mi interior, que quizás se refleja en las canciones. Cuando te llegan las cosas trágicas, una vez conocido el dolor de cerca, lo que después sale, si sabes orientarlo, es mejor que lo que tenías.
Decías también que querías que el proceso de creación de este fuera más lento y pausado que el anterior, ¿cómo ha sido la etapa compositiva?
Para empezar ha sido el primer disco que he grabado sin estar de gira, he estado más de medio año fuera de los escenarios, y eso ha sido una cosa nueva. También cuando conocí a Tato Latorre, que por medio de Warner es el productor que me recomendaron, escuché sus cosas, me gustaban y tuvimos una reunión. Me dijo: “Tío, lo que hay me gusta mogollón, vamos a trabajar juntos, pero tenemos que empezar desde cero. Olvídate de lo que hay, me traes las canciones a guitarra y voz”, y empezamos ahí. Ha sido muy guay, porque fue desconstruirlo todo para volver a construir de nuevo, tanto también en cuanto a las letras y era la primera vez. Cuando escribía antes una canción era “ahí está para la posteridad”. Y ahora me lo he podido permitir, porque él me dicho que lo hiciéramos así, y para mí ha sido un descubrimiento. Lo que supone volver a una letra tuya, volver a mirarla, a cambiar frases, cambiar trozos enteros, añadirle, intentar reversionarla antes de que saliera… Y es una cosa muy bonita de la que he aprendido mucho.
Una de las cosas que has comentado en otro momento sobre qué es lo que debe tener un artista para calar en el público fue: “creo que debes ser sincero, transmitir que lo que cantas es lo que vives y lo que sientes”. ¿Qué vamos a poder escuchar en este nuevo disco?
Es un disco de amor en el más amplio y puro de los sentidos de la palabra, o así lo entiendo yo. Amor sin exigencias, sin correspondencia, amor gratuito, y eso se refleja en todas las canciones. Es muy autobiográfico, de hecho está dedicado a mi hija. Abril es el nombre de mi segunda hija, y su canción es la que da nombre al disco. A la hora de transmitirlo, en ello estoy trabajando todavía. Es muy difícil, y sobre todo muy agotador, porque cuando de verdad quieres cantar con el alma, significa una inversión de energía muy potente. Para transmitirlo de verdad tienes que creértelo y meterte en la canción cada vez que la cantas. Eso es una técnica, un aprendizaje que estoy en ello todavía, creo que nunca se acaba de aprender. De hecho, en los ensayos para preparar este disco he llorado bastante, cosa que nunca me habían pasado, y es muy bonito.
¿Es complicado abrirse de esa forma al público a través de canciones tan autobiográficas?
Es complicado, hay trucos… Pero son cosas nuevas para mí. Trabajo con una gente de Málaga que se llama Estudio de la Voz, es una academia que es brutal. Las chicas son actrices y logopedas, y me han ayudado a trabajar, incluso antes de la grabación. Un día estábamos cantando una canción, y antes te hacen hablar de todo lo que es la canción. “¿Por qué la has hecho? Cuéntame…”, rollo como un psicólogo. Te tienes que abrir allí y explicarlo todo. Y ahora cuando ya estás preparado te dicen “toma la guitarra y cántala”. En ese momento, cuando lo tienes calentito, es cuando sale lo mejor. Ahora lo difícil es hacerlo siempre encima de un escenario, en eso es en lo que estamos.
En este disco se mezcla el dolor con la alegría por esas circunstancias de las que nos has hablado. Pero aunque se hable de tristeza, estas canciones desprenden optimismo y vida, ¿es necesario que nos lleguen este tipo de propuestas en tiempos como los actuales?
Creo que es necesario que miremos todos más dentro un poquito y que nos demos cuenta de que el mundo es como es. Las cosas no son ni buenas ni malas. El mundo es como es, hay guerras, violencia, historias… y lo que debes hacer es pensar en la actitud que quieres tener ante ello. Y sobre todo si como músico quieres transmitir luz, debes tener tu luz encendida.
Hay un verso en tu tema ‘La fianza de tu amor’ que dice: “No hay tarea más baldía que centrarse en lo que fue”. ¿Crees que gastamos demasiado tiempo y energía en tener en la mente cosas que han pasado, y que no tienen arreglo, en vez de volcarlo todo en vivir y valorar el presente?
Nos centramos demasiado en lo que ha pasado y en lo que pasará, y si te das cuenta es la misma cosa, es la misma tontería. O sea, lo que ha pasado, pasó y no se puede hacer nada más. Y lo que va a pasar es que lo no sabes. Y vivimos, yo el primero, centrados, amargados por lo que ha pasado y con miedo a lo que vendrá o con incertidumbre. Te das cuenta de que no es lógico hacer eso, pero cuesta una historia hacerlo, y así estamos todos, cuesta mucho centrarte en el presente. Pero cuando lo consigues, esos momentos son muy bonitos. Y la creación es uno de ellos, pienso yo.
Quería preguntarte por la portada del disco, que tiene un diseño muy original, ¿de quién es la obra? ¿y fue a partir de una idea que ya tenías pensada o fue todo por parte del diseñador?
El diseñador es Luis Toledo, de La prisa mata, de Madrid. Le dije el nombre, el envié las canciones, y él hizo el collage. Me mandó una prueba, que fue esta, y le dije, “tío, no hagas más”, porque me encantó. Sí tenía la idea de hacerlo con mi rostro retocado, y a mí me gustó mucho. De todas formas, en el disco todo lo que hay, los detalles, los calendarios, todo está ahí por algo. Yo no lo sé porque a Luis hay que pillarlo tranquilo para que te lo cuente todo, pero he descifrado algunas cosas. Luis es una mente privilegiada que está todo el rato pensando cosas. Aunque tú veas muchas flores, barquitos y soles, todo tiene un significado y es referente a una canción.
Comienzas la presentación de Abril el 18 de mayo en Interestelar (Sevilla), y a partir de ahí estarás en otros muchos festivales más, ¿cómo se presenta esta gira?
Estoy en varios de los festivales a los que más ganas tenía de ir, como Interestelar, el Bull o el Río Babel. Y muy bien, para lo tarde que ha salido el disco, que nunca lo había sacado en primavera y el poco tiempo que va a haber para rodarlo, estamos muy contentos de que hayan contado con nosotros para tantos sitios importantes.
¿Tienes pensado cómo van a ser los directos?
Tenemos los acústicos que es lo que estamos haciendo en los Fnac, y van a ser las canciones muy desnudas, intentar emocionar desde lo mínimo, llevárnoslas más atrás todavía. Y en los festivales y en las salas va a ser todo lo contrario. Nos embrutecemos un poquito, intentamos sacar la fuerza que tienen.
¿Qué le pides a esta nueva etapa?
No le pido más de lo que me quiera dar (risas). Soy afortunadísimo por poder dedicarme a esto y, sinceramente, que pase lo que tenga que pasar. Lo intentaremos llevar al mayor número de lugares posibles, intentaremos volver a Latinoamérica, que es una ilusión también que tengo muy grande. Que la familia siga creciendo, y si no, los que estamos nos queremos mucho (risas).