Pocas citas son tan esperadas en verano como Nocturama. El tedioso y apabullante verano se apodera de las calles sevillanas y los planes culturales disminuyen en su inmensa mayoría. Y ya los musicales, ni os cuento. Los festivales inundan las ciudades españolas y las salas se quedan abandonadas hasta el comienzo de temporada. Nocturama es especial. Nos recuerda que ya está aquí ese nuevo inicio, y nos alumbra un poco entre tanto calor con una magia que solo este festival tiene.
Este año posee un aura todavía más particular. Cumplía 15 años, la niña bonita, y qué mejor oportunidad que celebrarlo con un diseño de Julio Serrano, en el que podemos ver a esa niña alternativa y bien acompañada en su fiesta de cumpleaños. Y no es para menos: en los tiempos que corren, que un festival siga cumpliendo años, hay que celebrarlo por todo lo alto. Esta niña bonita estuvo acompañada de las mejores mujeres de nuestro panorama: Caroline de Juan (Morgan), Maika Makowski, Rocío Márquez, Lorena Álvarez, Mourn y María Guadaña (y por comentar, la aparición estelar de una espectacular Pilar Angulo junto a Juano Azagra). Estamos ante uno de los carteles (si no el que más) más feministas de nuestro panorama, pero la cosa no se queda aquí. Nocturama ha demostrado que puede hacerse un cartel con artistas femeninos, y como pocos creen, sin dejar de lado a los mejores de nuestros músicos, como son Los Hermanos Cubero o Juano Azagra.
En un evento de esta índole es muy difícil quedarse con un día o un momento concreto; todos tienen algo que terminan haciendo que esa jornada sea especial. Sobre todo, si se desarrolla en un enclave como es el Casino de la Exposición de Sevilla. Se crea un ambiente que es complicado explicar lo que se respira en Nocturama. Es calma y paz, es un ambiente familiar, juvenil, que está ansioso por crecer, aderezado por una temperatura ideal que rara vez podemos respirar por estas fechas.
Tres jornadas
La apertura de la primera jornada se quedó en las manos de Juano Azagra. En el vocalista de All La Glory encontramos a un artista único, es como el cometa Halley; tienes suerte de coincidir en el momento en el que pasa. Su clara influencia de artistas como Neil Young o Ryan Adams (de quien lleva su mítica Harmony Buck Owens) es palpable tanto en sus composiciones como a la hora de realizar sus propias versiones. Tenemos pocos músicos en Sevilla que destaquen con tantísima brillantez, y aunque ahora su proyecto principal, All la Glory, se haya pasado al castellano, a nosotros siempre nos van a encantar las composiciones de Azagra en inglés. Por su parte, Rocío Márquez es una de las voces más relevantes del flamenco actual, y superó todas las expectativas. Sevilla quería disfrutar del último disco de la onubense, Visto en el Jueves, publicado este mismo año, y vaya si lo hizo. La cantaora es capaz de reunir ante ella a un target muy amplio de seguidores, tanto en lo que respecta a género musical como a la edad. Algo que prueba que cuando la música se siente va más allá de etiquetas. La noche la cerraron las actuaciones de María Guadaña, que presentaba su primer EP, Remedios Paganos; y Los Voluble, un proyecto formado por los hermanos Pedro y Benito Jiménez, y que desde 1996 viene desarrollando diversas obras de experimentación audiovisual, en diferentes formatos y con sonidos que van desde el flamenco al rap. Durante su show, Los Voluble contó con la colaboración de la propia Rocío Márquez, con quien ya ha trabajado en otras ocasiones.
En la misma línea nos encontramos en la noche del viernes. Lorena Álvarez llegaba presentando su último trabajo, Colección de canciones sencillas, publicado a comienzos de 2019;el cuarto de su trayectoria. La asturiana fue la encargada de abrir los conciertos programados para el 30 de agosto, y lo hizo con su personal show, en el que reinterpreta la música más tradicional. Maika Makovski deleitó al público con un concierto en el que únicamente estuvo acompañada por su guitarra y por su piano. Una actuación minimalista en cuanto a su puesta en escena, pero muy grande en cuanto a despliegue artístico. La mallorquina hizo las delicias de todos los que quisieron dejarse llevar por su música y su talento. El trío Mourn fue el encargado de poner el broche de oro a la jornada presentándose en la capital hispalense, donde ha recalado tras una gira por Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón. En Nocturama se pudieron bailar los temas de sus trabajos Sorpresa Familia (2018) y Ha, Ha, Ha (2016).
Sin duda, y después de tantísimas emociones los días previos, el fin del cumpleaños de Nocturama terminó por todo lo alto. Los Hermanos Cubero fue la apuesta más personal, tanto de la jornada, como del festival. Su último trabajo, Quique dibuja la tristeza, está dedicado al fallecimiento de Olga, la mujer del mayor de los hermanos Cubero, Quique. Es un trabajo que rompe los esquemas por su personalidad, su sinceridad y, sobre todo, por el dolor y la esperanza que transmite. Fue la mayor apuesta, puesto que, hasta como ellos mismos matizaron, no son los temas más animados de su discografía. Quizás, por todo ello, fueron de las actuaciones que más encandilaron en el festival.
Por su parte, la relación de Morgan con el público sevillano podría definirse como seria y estable. Entre ambos hay una química que pocas bandas tienen. ‘Planet Earth’ fue la encargada de abrir una actuación que podremos recordar con mucho cariño. Talento y sencillez van a la par en esta banda, donde encontramos en Caroline de Juan una voz embelesante en temas como ‘Sargento de Hierro’ o ‘Volver’, los únicos en español de la banda, y enérgica y vibrante en otros como ‘Another Road’ o ‘Blue Eyes’, ambas canciones de su último trabajo, Air.
Fotografía de portada de Óscar Romero / Nocturama.