Contra todo pronóstico, la tercera edición del festival sevillano Interestelar se produjo sin muchos inconvenientes. El parte meteorológico estaba en su contra, pero este imponderable no iba a hacer que la gran fiesta musical de Sevilla se cancelara. Ya en su primera edición no corrió esa misma suerte, e incluso su público no quería verse envuelto en la misma situación.
Fuera como fuere, todo estaba previsto para pasar dos jornadas en las que habría música para todos los públicos, desde rap de la mano de SFDK hasta la versión del indie más puro de Sadness. Lo mejor del festival fue sin duda lo que siempre le ha hecho marcar la diferencia: su intergeneracionalidad. Que un festival tenga como premisa básica ser apto para todo tipo de públicos, incluidos los más pequeños, es un aliciente más para que sea una fecha para marcar en el calendario. Este año contaba con numerosas novedades, entre ellas la carpa Obbio, donde constantemente había DJs pinchando hits para todos los gustos.
Este año hemos tenido el honor de que la edición la abrieran Batracio, Villanueva, L’emperador y Elefantes; estos últimos irradiaron tanta energía que consiguieron que volviera a salir el sol para dar paso a los ritmos tropicales del Diferentes tipos de luz de Carlos Sadness, que comenzó a sonar en el escenario Cruzcampo justo después. Sadness volvía a Interestelar (ya lo haría en la anterior edición) con su particular selva para deleitarnos con las joyas de su último disco, como ‘Kandinski’ o ‘Amor Papaya’ y hacernos partícipes así con lo que puedo considerar la fiesta de la primavera.
Poco después, en este mismo escenario podríamos escuchar a Niños Mutantes. Hacía mucho que no disfrutábamos de la banda granadina, esta vez en formato festival, y donde pudimos deleitarnos de algunos de los temas que andan presentando, como ‘A Galopar’, de su último EP Diez&Medio, creado en homenaje al poeta Rafael Alberti.
Ya el broche a la noche se encargaría de ponerlo Sidecars junto a SFDK y La Casa Azul. Lo cierto es que los de Juancho dieron una vuelta por toda la discografía publicada por Sidecars en la última década, que hicieron vibrar al público a ritmo de ‘Fan de ti’, ‘Amasijo de Huesos’ o ‘Contra las cuerdas’, con la que terminaron el recital de hits.
En cuanto a lo que se pudo ver en el escenario J&B, el listón que dejaron las bandas que por allí pasaron el viernes fue muy alto. La lluvia cesó de caer en el CAAC justo a tiempo para disfrutar de los nuevos temas que Arco iba a presentar en directo delante de un público que tenía ya muchas ganas de encontrarse de nuevo con el artista de Loja. Vino a presentar Abril, su segundo disco, que tan solo cuenta con una semana de vida. También venía a presentar su nuevo trabajo el trío madrileño Sexy Zebras. La Polla es tercer LP, y lo defendió con su particular show y puesta escena, que nunca deja indiferente a nadie. Éstos son habituales de la capital hispalense donde además de poder verlos en varias ocasiones en salas, también visitaron Interestelar el pasado año.
También, a modo personal, me gustaría hacer mención especial a una banda que para muchos, nos mereció la pena la espera. Desde el punto de vista de quien suscribe, y no habla solo por este festival, en concreto, sino porque es incongruente que Rufus T. Firefly venga tocando en un escenario pequeño, pues debería hacerlo en el mayor escenario que haya en el mayor festival que exista en este mundo. De verdad. No se sabe cómo calificar a esta banda porque te llega a lo más profundo con una sinceridad brutal, con una sencillez, un virtuosismo y unos conocimientos… que solamente ella se puede permitir. Es un lujo poder hacer lo que le dé la real gana con su música. Por eso sería más lógico que a Julia Martín, su batería, la música la cuide como se merece, como lo hacen los miembros de su banda, con la ternura y la admiración con la que la miran, y que la música no la maltrate como a las cientos que hay ahí fuera. Nos merecemos las músicas que tenemos, y ella es una de las nuestras.
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.