'Sal con alguien que no lea (Charles Warnke y Laura Ferrero, 2019)'

Alfaguara publicaba en marzo de este mismo año el relato de Charles Warnke y el de Laura Ferrero bajo el título de Sal con alguien que no lea. Y ambos escritos a su vez están ilustrados por María Hergueta.

En su contraportada reza que este pequeño libro está destinado a todos los amantes de los libros y del amor. Sal con alguien que no lea se divide en dos partes; por un lado está ‘Sal con una chica que no lea’, firmado por Warnke; y por otro encontramos ‘Miedo’, de Ferrero. Ambos tienen como trasfondo la literatura y en cómo ésta puede interferir en nuestras vidas. Haciendo que nos hagamos determinadas ilusiones o expectativas, así como que tengamos una manera de expresarnos según los libros que leamos, y la importancia que les damos.

Sal con alguien que no lea (Charles Warnke y Laura Ferrero, 2019)

Para que nos hagamos una idea, en el relato escrito por Charles Warnke se dice: No hay nada peor que una chica que lee. La chica que lee se empeña en que la narrativa de su historia sea magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios resulten entretenidos y en que se use una tipografía bien legible. Una chica que lee posee un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una necesidad”. ‘Sal con una chica que no lea’ se publicó por primera vez en la revista digital Thought Catalog, en enero de 2011. El texto se convirtió en todo un fenómeno viral en internet, siendo compartido en redes sociales en miles de ocasiones por los usuarios.

Laura Ferrero por su parte nos regala ‘Miedo’, un relato titulado así por el poema homónimo del estadounidense Raymond Carver. La escritora y periodista catalana nos presenta a una pareja que mide su relación con el tempo las historias que lee, haciendo alusiones constantemente a su literatura favorita, como el poema anteriormente nombrado. Su chica protagonista dice lo siguiente: “Los libros sí salvan la vida. Son las huellas, los pasos. Esas luces que señalan los carriles adicionales de las autopistas, pero soy yo -quién si no- la que tiene que conducir el coche. Porque leí el poema de nuevo. Tengo que llamarlo, me dije. Sentí el miedo y fue como aprender a nadar de nuevo”.

Sal con alguien que no lea (Charles Warnke y Laura Ferrero, 2019)

La literatura nos acompaña en nuestro camino vital, pero quizás es mejor no tener nuestras expectativas a la altura de nuestras novelas y nuestros poemas favoritos. Porque la realidad difícilmente suele responder igual que a esos personajes a los que tanto admiramos. Aunque en el reflejo de esas personas ficticias podemos decidir qué nos gustaría y qué no para nosotros.

También es cierto que la vida es corta y las relaciones complejas, ¿y qué otra cosa hay mejor que ponerle un poco de literatura al asunto?

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