Tras Niebla en Tánger (finalista Premio Planeta 2017), Cristina López Barrio nos vuelve a atrapar en su tela de araña con una sugerente historia basada en un drama familiar. Rómpete, corazón (Editorial Planeta) es una novela escrita a modo de diario colectivo, como si los personajes anotaran sus recuerdos conforme rememoran los sucesos acaecidos en el seno de la familia. Tragedia que se convierte en un acontecimiento cíclico.
Cristina López Barrio teje su tela de araña con paciencia, como si pretendiera atraparnos en el relato poco a poco. No resulta fácil sumergirse del tirón en la historia. Quizás ello radique en el juego que nos propone de intercambio desordenado de recuerdos por parte de distintos personajes (Aurora, Blanca, Ricardo, Roger, Arturo…), con saltos que se producen en el tiempo, como flashbacks que nos pasean entre el antes y el después de la desaparición de Clara. Y ahí se podría entender ese ir entrando paso a paso en la novela hasta quedarte atrapado en la trama. Una vez ocurre, es difícil escapar.
«Érase una vez quien no quería ser, esa soy yo: Aurora. Qué horror de nombre tengo, parece el de la princesa de un cuento de hadas». La única de las hijas gemelas vivas tras la desaparición de Alba inicia la narración el mismo día en que Clara, la tercera hija de Eduardo y Blanca, revive una década después el drama (un 24 de abril de 2019). Una nueva desaparición remueve los cimientos de la familia.
Con este comienzo Cristina López Barrio nos da la mano para sumergirnos en el mundo de los cuentos de hadas. De hecho, Rómpete, corazón está dedicado a las moiras «que tejen nuestro destino…», una pasión que a lo largo de la obra queda patente, al igual que la que la autora le profesa al cine, sobre todo al clásico, con numerosos y bellos guiños (Rebeca o Cinema Paradiso, por ejemplo):
«–Y entonces, ¿qué pasó?
–Se la llevó. Y nunca más se la volvió a ver.
–¿La mató?
–Quizá, lo que sí pasó fue que la princesa tuvo otra hija, esta vez con el príncipe, y él también se la llevó para cobrarse el precio.
–Qué cruel.
–Así es el cuento, Aurora. Aunque todo sucedió hace muchos, muchos años, aún sucede…».
Como decimos, una combinación entre cuento de hadas y thriller policiaco que nos permite vivir las frustraciones, las pasiones no confesadas y muchos secretos que se mantienen durante años en una familia azotada por su propia historia. ¿El cuento de La bella durmiente se reescribe con los Suerga-Oliveira? Seis personajes se unen inopinadamente por mor del drama y exponen desordenadamente los sucesos acaecidos y sus propios pensamientos, en una muestra clara de sus desquiciadas vidas.
Tampoco William Shakespeare se queda en Rómpete, corazón sin su parte alícuota de protagonismo. Así, el título de la última novela de Cristina López Barrio recoge parte de la frase pronunciada por Hamlet, príncipe de Dinamarca, en la gran obra del escritor británico: «Rómpete, corazón, porque he de refrenar la lengua».
Cabe destacar en este sentido un dato significativo: Blanca Oliveira tuvo sus tres hijas con Eduardo Suerga. Y tras la muerte de este, se casó con su hermano Ricardo. Este hecho nos lleva a recordar la relación que mantuvieron el rey Eduardo IV y su hermano, el posteriormente coronado Ricardo III, por encima del hijo de aquel, el que hubiera sido Eduardo V, cuya proclamación no se produjo jamás por cuestiones que no vienen al caso de Rómpete, corazón… ¿o sí?
Sinopsis
Una inquietante desaparición. Una pasión que siempre vuelve. Una leyenda que atraviesa el tiempo. Blanca Oliveira pronto se arrepentirá de haber regresado al caserón familiar del monte Abantos donde hace trece años desapareció su hija Alba sin dejar rastro. A los pocos meses de instalarse allí con Ricardo, su nuevo marido, y las dos hijas que le quedan, desaparece otra de ellas. La historia se repite: la edad de las niñas, el inspector de policía encargado de resolver el caso, la única pista, una cinta roja hallada en el jardín, la muerte de un caballo, el cuento de hadas relacionado con la historia de la familia que pesa sobre cada uno de sus miembros como una maldición.