Quiéreme siempre es el último libro de Nuria Gago y el Premio Azorín de Novela de 2018. Bajo estos datos, ya podemos hacernos un idea de lo que tenemos en las manos. En 2015, Nuria Gago ya publicó su primera obra, Cuando volvamos a casa, en la que también se desenvolvió entre halagos de crítica y público. Por ello, no nos extraña que se haya querido embarcar en esta nueva aventura.
Quiéreme siempre cuenta la historia de Lu, una joven que vuelve de París a Barcelona, su ciudad natal, a llorar la pena que le provoca la ruptura con su novio. A su llegada se encuentra con una emboscada provocada por su madre, quien le ha encontrado un trabajo como enfermera de una anciana: Marina.
Por momentos, la postura de Lu nos puede parecer tediosa. Es una joven que está rota, que no sabe adonde ir, y que ella misma se regodea en su dolor sin poder o querer buscar una solución. Cuesta, pero al final lo hace cuando ve la relación que establece con la anciana. Marina es la dulzura personificada, es la abuela que siempre está detrás tuya, que no pregunta qué te pasa, pero aun así te apoya de forma indiscriminada.
Los puntos más fuertes son varios. En primer lugar, el vínculo que se establece con la música. Salvo para los más melómanos, la música suele pasar sin pena ni gloria para los humanos. Y sin embargo, en este libro se hace fundamental, siendo indispensable en la trama y en la vida de sus protagonistas.
Otro de sus puntos fuertes es la forma en la que está escrita. Tiene tal fluidez, que en apenas una tarde ya te encuentras por casi la mitad del libro. Su contemporaneidad y su lenguaje cotidiano hacen que la trama avance con mucha facilidad. Es curioso la forma que tienen de acabar los capítulos, pues cada uno lo hace con algo que termina enganchándote al siguiente.
Pero, sin duda, lo mejor de todo son los matices que tiene. Las relaciones de Lourdes con todos los personajes de la novela, la forma que tiene de madurar, los distintos hechos que van dándole forma y giros al guión, el amor que desprende por París… es difícil de explicar, y precisamente este debe ser el principal argumento para querer leer Quiéreme siempre. Es un placer degustar este libro con tantos detalles para apreciar.