'No cerramos en agosto (Eduard Palomares, 2019)'

Jordi Viassolo podría ser cualquiera de nosotros. Un joven de veinticinco años, que tras gastarse una gran cantidad de dinero (o más bien sus padres) en pagar una formación universitaria, se enfrenta a sus prácticas profesionales. Unas prácticas mal pagadas, en las que no aprendes nada, y que por supuesto no te aseguran un futuro contrato. En definitiva el pan nuestro de cada día en este país que tan poco piensa en los universitarios, y en los empleados en general. Y os preguntaréis, ¿quién es Jordi Viassolo? Pues es el protagonista de la primera novela de Eduard Palomares, que hará lo que sea por ganarse un puesto en la empresa que lo acaba de acoger.

No cerramos en agosto (Libros del Asteroide, 2019) es un reflejo de nuestra sociedad, donde la precariedad laboral está a la orden del día, y donde debemos demostrar el doble o el triple para optar a un puesto de trabajo, que no termina de estar lo bien pagado que debería. Viassolo comenzará un viaje vital, sin él saberlo, en el momento en el que cruza las puertas de Private Eye. La agencia de detectives será el lugar donde pasará el verano, haciendo algo que no tiene que ver con la titulación que estudia, pero que desempeña con toda la profesionalidad y entusiasmo del mundo. 

Él sueña con ser un gran detective, y resolver casos sin respuestas. Pero las expectativas y la vida real no siempre casan. En esas semanas en la que se encuentra desempeñando sus labores, su tranquilidad desaparece cuando un caso aparece en la oficina. Un hombre pide los servicios de Private Eye y de un profesional con una trayectoria sólida, para poder encontrar a su mujer, la cual ha desaparecido, y cree que no pode voluntad propia. Este imprevisto será un soplo de aire fresco para Viassolo, ya que podrá poner en práctica lo aprendido, además de adquirir una experiencia nula hasta la fecha.

No cerramos en agosto (Eduard Palomares, 2019)

Aunque la historia que Eduard Palomares nos propone en No cerramos en agosto pueda parecer sencilla, todo se irá liando cada vez más. Y lo que parece una desaparición voluntaria sin nada que investigar, terminará añadiendo más personajes y tramas al caso. A la misma vez que el protagonista intenta encontrar respuestas a ese rompecabezas, irá planteándose otras cuestiones referentes a su propia vida y su futuro. Ya que todo por lo que pasa ese verano, y una situación que le supera, le hace preguntarse lo que realmente quiere para su vida, e incluso su profesión. Algo que hasta la fecha era un sueño para él. 

Eduard Palomares, tras una larga trayectoria como periodista en El Periódico de Catalunya, ha dado el paso de publicar su primera obra. No cerramos en agosto es amena y divertida. Tiene unos golpes de humor muy naturales que rebajan el tono de la historia, dotándola de frescura. Pero manteniendo la esencia de la novela negra, de la que tan seguidor es su autor. 

Pero No cerramos en agosto no solo es un viaje para su protagonista, sino también para el lector. Éste será testigo de cómo es la Barcelona actual, callejeando por sus lugares más emblemáticos (y los menos), visitando su playa, haciéndose hueco entre tanto turismo masivo o intentando sofocar las altas temperaturas del cada vez más presente cambio climático.

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