Miguel Hernández es uno de nuestros escritores sobre los que más se ha escrito. Su obra poética y su desafortunado destino han marcado la historia de este célebre oriolano. Carles Esquembre nos cuenta en su novela gráfica, Las tres heridas de Miguel Hernández (Planeta Cómic), su trayectoria vital y profesional de una manera original. Nos acerca una figura todavía desconocida para muchos más allá de sus poemas.
Fue uno de los miembros más importantes de la Generación del 27. Nació y se crió en Orihuela, en un ambiente rural, muy vinculado al campo, ya que su familia se dedicaba al cuidado de ganado. Su pueblo le influenció enormemente en su vida y en su forma de entenderla, así como en su obra. Durante sus años de infancia y juventud estuvo condicionado por una educación religiosa, siendo el protegido del canónigo Almarcha. Y fue muy amigo de Ramón Sijé, al que le unía las inquietudes literarias. Ya en Madrid coincidió con otros artistas, con los que entabló también amistad como Vicente Aleixandre, Rafael Alberti o Teresa León.
Carles Esquembre divide su obra en tres partes: La de la vida. 1925-1930; La del amor. 1930-1935; y La de la muerte. 1935-1939. A través de ellas nos va llevando por los momentos o los hechos más relevantes de la vida de Miguel Hernández. Desde su infancia y juventud en su Orihuela natal, hasta su muerte con treinta y un años en la enfermería de la cárcel de Alicante. Pasando por una montaña rusa de vivencias, relaciones, amistades, afinidades políticas, amores o muerte.
En Las tres heridas de Miguel Hernández, Esquembre con un estilo propio, nos acerca los aspectos más desconocidos del poeta alicantino. Presentándonos al hombre que dio origen a uno de los escritores más admirados de nuestra poesía y nuestra historia. Porque todo artista no sería el mismo sin el contexto vivido.