La escritora y periodista Nieves Herrero presentó el pasado mes de abril Esos días azules (Ediciones B). Se trata de una novela romántica, aunque también podríamos decir que es la radiografía novelada de una historia de amor imposible. En este caso, la realidad vuelve a imponerse a la ficción para crear una historia conmovedora… y tan real como que sus protagonistas fueron dos personajes excelsos en la cultura de nuestro país: Antonio Machado y Pilar de Valderrama.
Y en este sentido podemos afirmar que Nieves Herrero aprovecha perfectamente la oportunidad de sacar a la luz el nombre de la musa de Antonio Machado, la amada con la que compartió su último aliento de vida cuando falleció en el exilio de Colliure en 1939, poco antes de concluir la cruenta Guerra Civil Española. Para ella fueron sus últimos pensamientos y sus versos postreros: «esos días azules y ese sol de la infancia». Los instantes de besos furtivos con su amor prohibido y el recuerdo de su niñez en el Palacio de Dueñas en Sevilla.
Una historia de amor prohibida
En Esos días azules somos testigos de la pasión vivida por Antonio Machado y Pilar de Valderrama gracias a la aportación documental de la nieta de esta. A la vez recorremos una parte importante de la historia de España, que transcurre de manera colateral con el romance («… hablamos de una historia real, con personajes verídicos englobados en una gran familia que siempre luchó por mantener muy alto el listón del arte y la cultura durante los años previos a la Guerra Civil, en los momentos más difíciles y cuando fue más necesario», en palabras de la promotora de esta novela, Alicia Viladomat, nieta de Pilar de Valderrama). Así, nos movemos desde parte de la dictadura de Miguel Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII hasta el final, prácticamente, de la cainita contienda bélica, pasando por la proclamación de la II República. Ilustres personas que enriquecieron la cultura española coinciden en Esos días azules con otras luchadoras incansables de los derechos de las mujeres y con políticos de nuestro país. Desde Unamuno hasta Azaña, pasando por Victoria Kent, Clara Campoamor, Manuel Machado, Valle-Inclán, Alcalá-Zamora, etc.
La musa machadiana
La evocada Guiomar en la obra de Antonio Machado fue Pilar de Valderrama. En sus últimos días de vida quiso confesar lo que tanto le costó ocultar; algo que solo un selecto grupo de amigas, muy íntimo, logró saber en su momento. Esposa de un destacado personaje de la vida pública madrileña, Rafael Martínez, madre de tres hijos, defensora de los derechos de las mujeres, adalid de la cultura española, escritora y poetisa… Pilar de Valderrama prefirió vivir en el sufrimiento de un amor apasionado a señalarse a sí misma y a su familia ante una sociedad patriarcal como la de las primeras décadas del pasado siglo XX, cuando se desarrollan los acontecimientos narrados.
Una obra fundamental
Bien cierto es que Nieves Herrero retrata a España con una óptica fidedigna, y nos ofrece con enorme respeto esta sublime historia de amor que ya no es patrimonio exclusivo de dos personas, sus protagonistas, Pilar de Valderrama y Antonio Machado, sino de todos aquellos que amamos la literatura. Efectivamente, aquel amor fue la semilla de una producción artística de gran valor nacida de la pasión y del dolor de Antonio Machado y de la abnegación de una mujer, de grandes virtudes artísticas, que se vio obligada a vivir la vida que la sociedad de entonces le impuso.
«Si estáis leyendo este libro, es que yo he muerto. No quería llevarme mi gran secreto a la tumba y he dejado por escrito mi última voluntad. Deseo reivindicar que Guiomar existió… Guiomar fui yo». Espléndido inicio de una novela cuyo final le roba el corazón al lector. Es importante destacar que si gran valor posee esta historia oculta durante años, no menos lo tiene el mimo con el que Nieves Herrero trata la historia. Ello sin obviar su acierto a la hora de plasmar cómo los personajes vivieron aquella pasión reprimida: ilusión, desazón, dolor, admiración, inspiración…
Fotografía de portada de Patandi.