En 2019 Manuel Ríos San Martín publicó La huella del mal (Editorial Planeta). Ahora se encuentra promocionando una nueva novela que responde al sugerente título Donde haya tinieblas.
Una frase atribuida a San Francisco de Asís es el perfecto colofón de una obra en la que el autor madrileño vuelve a atrapar al lector con el dinamismo de una narración ágil, eléctrica, con capítulos breves pero de una intensidad que no da lugar a la relajación.
La desaparición de una joven modelo rusa hace saltar las alarmas. Los inspectores de policía Nuria Pieldelobo y Juan Martínez son los encargados de descubrir lo que ha ocurrido.
Donde haya tinieblas ofrece una historia que entretiene al puro estilo de novela negra pero posee las características propias de una obra de Manuel Ríos San Martín, muy al estilo de La huella del mal. Abre varias puertas al debate, tratando temas colaterales como el uso de las redes sociales o la maldad del ser humano. En esta ocasión enriquece la trama con cuestiones en boga en la sociedad actual, y en la de siempre, como las relaciones entre hombres y mujeres, las diferencias entre generaciones, la religión y la dicotomía entre el perdón y la venganza.
En este ambiente policial de búsqueda de la verdad podemos vivir la relación especial que existe entre los mencionados Pieldelobo y Martínez; una mujer y un hombre de generaciones, gustos, formación y actitudes diferentes ante la vida. Ella no llega a los 30 años; él ya supera los 50. Esta distancia que hay entre ambos origina constantes discusiones en el transcurso de la investigación. Ni siquiera en el origen del caso se ponen de acuerdo. Ella considera que se trata de una red de prostitución de lujo y él entiende que obedece a rituales religiosos de algún grupo o de alguien que actúa de manera individual.
Otra peculiaridad de Donde haya tinieblas es la similitud con una road movie. Los dos policías están constantemente en carretera corriendo de un lado para otro, empujados por el devenir de la investigación, recorriendo España según se suceden los hechos. La acción prácticamente se desarrolla in itinere.
Sinopsis
Sólo un asesino en serie en tiempos de Instagram hará que dos policías se pongan de acuerdo: él, un boomer chapado a la antigua; ella, una milenial con ganas de cambiar el mundo.
Una modelo de diecisiete años a la que le falta el ombligo desaparece en Madrid. Los inspectores Martínez y Pieldelobo se hacen cargo de la investigación, pero chocan desde el primer momento. Él es un padre cincuentón y caótico, tierno pero mordaz y un tanto anticuado; ella, una milenial combativa, inteligente y feminista.
Mientras recorren por España lugares misteriosos y templos en apariencia tranquilos, surgen dos hipótesis para desenmascarar a un asesino en serie: o la mafia rusa está detrás de una red de prostitución de lujo o hay un psicópata religioso que pretende enmendarle la plana al mismo Dios.