Muchos fueron los que después de leer la primera novela de Pedro Zuazua, En mi casa no entra un gato (Duomo Ediciones), le preguntaron cuándo iba a publicar la segunda parte de las aventuras de Mia. E incluso cuándo adoptaría a un segundo gato. Y aunque el periodista se ha hecho de rogar algunos años, finalmente no solo ha caído en la tentación de aumentar la familia, sino que ha recogido el día a día de sus dos criaturas.
Días para ser gato (Duomo Ediciones) sigue la línea de su predecesora. Es una recopilación de textos en los que Zuazua nos narra la vida al lado de dos gatos. Nos habla desde el momento en el que decidió adoptar a Atún (y el largo proceso de adopción), pasando por las vacaciones en Oviedo, los miedos como padre gatuno o el confinamiento por la pandemia. Las aventuras de Mia y Atún, y la manera de Pedro de contarlas, provocan que el lector no pueda parar de sonreír en cada página. Bien por lo gracioso de las situaciones, o porque quien lee esas líneas se siente muy identificado con todas esas ocurrencias gatunas, al haberlo vivido en su propia casa. La preocupación excesiva por “cualquier tontería” que les ocurre, el que te despierten de madrugada con una nueva pelea (o simplemente para que les des de comer), el sentirte mal por dejarlos solos o que hagan de la casa su propio reino, es algo que en esta redacción conocemos muy bien.
Pedro Zuazua nos anima en Días para ser gato a eso, a ser gatos. A observarlos y a empaparnos de su personalidad y de su manera de moverse por la vida. A estos ya puedes regalarles el rascador más moderno o el juguete más bonito, que al final se divertirán con una caja, un coletero que pillen por casa o una pelota de papel de aluminio. Seres que saben disfrutar de las pequeñas cosas, y que dan un amor incondicional que no se encuentra en nadie.
El autor, que ya En mi casa no entra un gato nos regaló episodios entre Mia y su abuela, vuelve a guardarle un espacio destacado entre las páginas de Días para ser gato. En este caso desde el recuerdo y la admiración, ya que su madre falleció en marzo del 2021. No llegó a conocer a Atún de manera presencial, pero aseguraba que era su favorito de todos los animales de la familia. Zuazua nos presenta a una mujer con una gran personalidad, de ideas claras y adelantada a su tiempo. Es por ello que el homenaje que éste le hace sea realmente emotivo.
Mia y Atún se han convertido en unas estrellas en Instagram. Los que les seguimos desde sus comienzos en la red social, los consideramos parte de nuestra familia gatuna, por el cariño que les tenemos. Solo podemos decirle a Pedrín que no deje de regalarnos momentos tan divertidos, que nos alegran el día, y que nos hacen querer aún más a nuestros gatos. Y quién sabe, si como dice el dicho, “no hay dos sin tres”, y conseguimos tener una trilogía.