“No está en las librerías con el objetivo de vender muchos ejemplares”, afirma sin complejos Irene Maza Rodríguez (Sevilla, 1992), sobre la obra que acaba de publicar, Renata renace, su primera novela. Consciente de la precariedad laboral en el sector de la cultura, la joven escritora reconoce que tiene que trabajar a turno partido en un empleo que le supone un esfuerzo físico importante, y que la literatura le sirve para evadirse de su día tras día, aunque no descarta poder dedicarse a ello profesionalmente en un futuro próximo. “Esta novela marca un antes y un después en mi vida, un antes en el que solo escribía para mí y un después en el que voy a aprender, a mejorar y a continuar con la escritura”, nos cuenta sosteniendo un gin tonic y recibiendo un beso en la mejilla de uno de sus mejores amigos.
El pasado 21 de abril, Irene Maza estuvo presentando su libro en un conocido bar del centro de Sevilla, arropada por sus familiares y demás personas de su círculo más cercano. Nacida en el seno de una familia trabajadora, la autora comenta que solía pedir antologías poéticas a los Reyes Magos cuando era pequeña, y confiesa que sólo podía dormirse escuchando las cintas de Gloria Fuertes. Comenzó a desarrollar sus capacidades artísticas estudiando un bachillerato especializado en artes escénicas, y más tarde se matriculó en el Grado de Filosofía de la Universidad de Sevilla. No obstante, abandonó la carrera el primer año debido a que sus circunstancias personales la llevaron a buscar un empleo. “Nunca he concebido la escritura como un hobby, sino como una herramienta salvadora que ha interferido en mi vida en los momentos más desoladores”, se sincera. Su primera novela, autopublicada con el soporte de la editorial Punto Didot, sigue los pasos de Renata, una joven del sur que, tras sufrir una serie de inesperados contratiempos, decide romper con su rutina desobedeciendo sus obligaciones y haciendo una escapada a la ciudad. Allí conoce a Martín, un chico asturiano que le aportará una nueva visión de la realidad. Ante la curiosidad de los asistentes al evento, Irene Maza insiste en la idea de que la novela no es autobiográfica, a pesar de los evidentes lazos comunes que tiene con la protagonista: “Me veo reflejada en el personaje de Renata, pero la historia de amor es totalmente ficticia.”
Renata renace empezó siendo un sueño de su autora, que decidió hacer del mismo un cuento, para posteriormente acabar convirtiéndolo en una novela. Irene Maza reconoce que rara vez se sienta a escribir, y que normalmente se deja llevar por la inspiración y lo hace de forma impulsiva: “Esta novela la escribí en los borradores de Gmail de mi teléfono móvil, de camino al trabajo y mientras paseaba a mi perra”. Satisfecha por la acogida que está teniendo su primer libro, pretende seguir publicando y su intención es aventurarse ahora con un poemario, mientras sigue acudiendo a diversos cursos para mejorar su técnica. Tan sonriente como nerviosa, Irene Maza definió el día de la presentación de su libro como el más feliz de su vida y sostiene que publicar su primera novela es “un sueño hecho realidad”. El libro puede adquirirse en formato físico o digital a través de El jardín de los curiosos y en un listado de librerías de España que se pueden encontrar en su perfil de Instagram, red social que también utiliza para desahogarse publicando escritos breves. Pronto podrá adquirirse también en formato digital en Casa del Libro y en El Corte Inglés.
Fotografía de portada de Miguel de Paredes.