Hoy nos hemos encontrado con la noticia luctuosa del adiós de Rafael Sánchez Ferlosio. Nacido en Roma el 4 de diciembre de 1927, su corazón ha dejado de latir en Madrid, a los 91 años de edad.
Recuerdo que el primer contacto con la literatura de Sánchez Ferlosio lo mantuve durante el desaparecido BUP (para quienes no lo sepan, que seguro que los habrá, el Bachillerato Unificado Polivalente). A mis manos llegaron las novelas El Jarama, premio Nadal (1955) e Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), y comencé a conocer a este retratista de personajes y a la riqueza de su obra.
Sánchez Ferlosio fue novelista, ensayista, gramático y lingüista. Fue encuadrado en la llamada Generación del 50, del medio siglo o de los niños de la guerra, con aquellos autores que nacieron sobre los años 20 y que publicaron sobre la referida década de los 50. A ella también han pertenecido Francisco Umbral, Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos,
Juan Goytisolo, Julia Uceda, Juan Marsé, Alfonso Grosso o Jaime Gil de Biedma.
Rafael Sánchez Ferlosio ha dejado una obra relevante en la historia de la literatura en español. Además, su trabajo literario fue reconocido con galardones como el Premio Cervantes (2004) o el Premio Nacional de las Letras Españolas (2009).
Aunque son más conocidas las mencionadas El Jarama e Industrias y andanzas de Alfanhuí, a Sánchez Ferlosio, autor de culto, se le deben también el relato Dientes, pólvora, febrero (1956) o los ensayos El alma y la vergüenza (2000) o La hija de la guerra y la madre de la patria (2002).