El 4 de septiembre del pasado 2017, Gatrópolis se hizo eco de la publicación del libro de poemas Lengua de serpientes (Editorial Danke), escrito por la sevillana, residente en Rosario (Argentina), Rocío Muñoz Vergara, y cuya presentación en España se llevó a cabo en enero del actual 2018 en Librería Caótica, en Sevilla.
Ahora, la escritora vuelve a ser noticia por la fundación de la editorial El Salmón, un sello hispanoargentino con sede en Rosario-Santa Fe-Argentina, dirigido por la misma Rocío Muñoz Vergara y por Luis Alberto Steinmann (argentino natural de Misiones).
El Salmón se va a dedicar a publicar literatura en su diversidad genérica y temática, desde cuento hasta poesía, pasando por novela, literatura infantil, dramaturgia… Según un comunicado emitido por la editorial, se trata de una “apuesta por la renovación literaria del siglo XXI y sus diferentes alineamientos conflictuales con respecto a los debates y a la construcción de los discursos que circulan en la contemporaneidad”.
Libros en tres formatos
El Salmón editará en tres soportes: tinta, audio y braille. En cada caso la edición se adaptará a las particularidades de cada uno, para aprovecharlas con el fin de generar sentido artístico y estético. En el formato audio se ofrecerán siempre en la voz de sus propios autores, “lo cual estrecha el vínculo con quienes escuchan y les permite descubrir ritmos, intenciones, fraseos y curvas entonativas que multiplican los sentidos del texto y que también son parte de la intención del autor”, explica la editorial. Se presentarán en un pendrive diseñado especialmente para contener el libro, y con un arte de tapa distinto al elegido para los demás soportes. Se busca “fomentar la voz y el sentido del oído como vías de enriquecimiento de lo literario, por eso cada libro va acompañado de diferentes efectos especiales que aportan forma y sentido”.
La edición braille “potencia –continúa la nota de prensa- la dimensión artística de los relieves y las texturas, y propone un arte de tapa donde se apela fundamentalmente al sentido del tacto. Se contribuye también a la visibilización del sistema braille como forma de lectoescritura habitualmente silenciada entre las personas que ven, y considerada como producto exótico y lejano para una gran parte de la población”. Hasta la fecha es prácticamente imposible encontrar libros en braille en ferias, bibliotecas, eventos culturales y librerías, que son precisamente los circuitos por los que El Salmón mueve sus libros. Por tanto la decisión de publicar en braille no implica solo una forma de no exclusión a las personas ciegas que lo elijan, sino una visibilización de un modo de leer igualmente legítimo. “Por eso –aclara la editorial- es importante señalar que la edición braille no se plantea en ningún caso como una transcripción del original, sino que es en sí misma el original”.
Ninguno de los soportes es subsidiario del otro, por lo que los tres son un mismo libro y se comercializarán de manera independiente. El Salmón insiste especialmente en la descentralización del soporte tinta como indicador único de qué cosa sea un libro. “Con esto se pretende defender y difundir las distintas maneras de acceso a la lectura, sin potenciar ninguna sobre otra y de manera completamente igualitaria”, concluye.
Primeros títulos
En el presente semestre de 2018, El Salmón tiene previsto publicar dos obras. Una, la novela corta, El triángulo, de Cecilia Rodríguez, natural de Rosario, Argentina, (1984). Se trata de su primera novela. Estudió Filosofía en la Universidad Nacional de Rosario, aunque actualmente reside en Capital Federal, donde trabaja en desarrollo de software y estudia la Licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes. Escribe columnas y otros artículos para La Izquierda Diario.
Según Gabriela Cabezón Cámara, “Cecilia Rodríguez se mete fuerte con una trama de sexo, de encuentro, de desencuentro, de descubrimiento de sí, con una prosa veloz, rítmica, una prosa que te agarra y se te mete, como el tercero en cuestión. Una prosa que se anima a contar el deseo de una chica de esas que van a todos lados”.
De la también rosarina Maia Morosano (1986) saldrá Cuentemas del pez barbudo, un libro enmcarcado en el género de literatura infantil. Está ilustrado por la autora, tanto en su edición tinta como en braille, con los dibujos a mano en cada libro en este caso.
Morosano es escritora, docente de Lengua y literatura, performer y gestora cultural. Coordinó la editorial Espiral Calipso junto a Rocío Muñoz, desde 2008 hasta 2016. Desde 2014 es coordinadora del taller de escritura creativa Patas de Cabra. Asímismo, ha organizado en Rosario los ciclos literarios A Cuatro Voces, junto a Federico Rodríguez, Luis Alberto Steinmann y Rocío Muñoz (2015-2016) y Poetas Corrientes, otra vez con Rocío Muñoz (2008-2010). Fue representante de la provincia de Santa Fe de APOA (Asociación de poetas Argentinos) en el período 2014-2015, y con Luciana Fernández lleva adelante La malcriada de tu lengua, un proyecto de presentaciones performáticas de poesía. Desde 2011 hasta 2014 dirigió con Laura Brandazza el bar cultural Bienvenida Casandra. Ha publicado el cuento infantil La princesa gulicondesa (Gobierno de Santa Fe y Área de Diversidad Sexual de la Municipalidad de Rosario, 2016), la novela La puerta (Ombligo Cuadrado, 2016) y los libros de poesía La Malcriada (Ombligo Cuadrado, 2015), Las Gracias y las Horas (La pulga renga, 2013), La reina en mi país (Espiral Calipso, 2009) y Escaleras (Espiral Calipso, 2008).
Patricia Suárez ha escrito sobre Cuentemas del pez barbudo que “para empezar, el libro no es de cuentos o de poemas, sino que a la manera de María Elena Walsh, pionera en el asunto, combina poesías rimadas y cuentos. Los personajes son absolutamente desopilantes y estoy segura de que si se les pone música, algunos serán un hit, como la increíble, disparatada y febril Cucaracha de Chernobyl, o la Bella Hiperactiva, o el Dragón Triste o el Pez Barbudo”. Y sobre su autora, que “quizá nadie mejor para escribir un libro para niños que Maia Morosano, que empezó escribiendo libros desde niña y ya sabrá ella bien qué de pimienta y sal, qué de azúcar y canela hay que echarle a cada uno. Con tantos años de trabajo escribiendo y publicando en la ciudad de Rosario, dando clases a futuros escritores y a escritores ya formados, sabe cómo reírse bajito de sí misma y encontrar esa grieta de la imaginación por la que se cuelan todos los seres vivos de la fantasía”.