Presentada como el tercer encuentro del ciclo Sevilla, inspiración literaria, la mesa redonda dedicada a los Machado (Machado, una saga intelectual), organizada en la edición de 2022 de la Feria del Libro de Sevilla, se ha saldado con un gran éxito de participación del público y con una brillante exposición del tema tratado por los contertulios convocados por la organización: el escritor Antonio Rodríguez Almodóvar, quien se encarga en la actualidad de dirigir la transcripción de los manuscritos de los Machado que han sido adquiridos por la Fundación Unicaja; la cineasta Laura Hojman, que estrenó Los días azules en 2020, película documental dedicada a la figura y obra literaria del poeta Antonio Machado; y Victoria León, poetisa y traductora que obtuvo el IX Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado. El acto, auspiciado por el Centro Andaluz de las Letras que dirige la periodista y escritora Eva Díaz Pérez, fue moderado por la también periodista Sara Arguijo.
“Machado sigue estando presente porque, como decía su hermano Manuel, su poesía no tenía edad”. Así introdujo Sara Arguijo la mesa redonda.
Antonio Machado y Manuel Machado. Hermanos que son un referente en la literatura de Sevilla, de España y de su propia saga, en la que tampoco deben ser olvidados otros miembros de la misma, como el padre, Antonio Machado Álvarez, apodado como Demófilo.
En este sentido, Antonio Rodríguez Almodóvar, quien tomó la palabra en primera instancia, manifestó que la de los Machado “se trata de una familia a toda luces excepcional, que creía en una España tolerante, laica y progresista”. El destacado escritor inició su alocución recordando la figura de Antonio Machado Núñez, abuelo de Antonio y de Manuel, que fue un relevante antropólogo, zoólogo y geólogo. “Esta ciudad señala y marca a todos los disidentes”, comentó dándole un tirón de oreja a la capital andaluza en cuanto a su relación de amor y odio con sus hijos. Aquí le hace un hueco al profesor García Calvo, “otro maldito de la ciudad”. Con él tuvo su primer encuentro con la familia Machado, ya que fue la persona que le permitió acceder a Juan de Mairena, “un libro heterodoxo en una Sevilla completamente ortodoxa”, dijo.
Antonio Rodríguez Almodóvar hizo alusión asimismo a las repercusiones que tuvo en la vida de Antonio y de Manuel el golpe de Estado de 1936. Conocido es el camino que ambos tomaron y la realidad a la que tuvieron que hacer frente, especialmente el mayor de los hermanos literatos, afirmando que “nadie puede juzgar el miedo de nadie”, en relación con su destino posterior.
Laura Hojman afirmó que “Antonio Machado siempre ha estado un poco en mi vida, como en la de todos”, aunque su acercamiento a él no había evitado que para ella fuese “un gran desconocido”. Recordó que comenzó a ahondar en la obra y en la vida de Antonio Machado cuando estaba preparando la película documental sobre Rubén Darío, Tierras solares. Ahí valoró positivamente la posibilidad de hacer una película sobre la vida del poeta sevillano. Para bien de la figura de éste y de la cultura nació la aclamada Los días azules. “Antonio Machado es un clásico, que tiene la virtud de hablarnos para entender el presente. Cuando uno lee a Machado entiende muchas cosas que nos pasan ahora”. Dijo de él que fue “un poeta filósofo”. Y advirtió que “Sevilla está en deuda” con los Machado.
Para sorpresa agradable de la cineasta, el éxito de Los días azules no solo se ha visto reflejado en los reconocimientos obtenidos, sino incluso en la repercusión a nivel de acercamiento a Antonio Machado. “Pensaba que le iba a interesar solo a un pequeño grupo de personas y resulta que ahora está en Netflix y ha estado dos semanas entre los más vistos, por encima del reality de Tamara (Falcó)”, comentó entre risas.
De ambos hermanos afirmó que “hay mucha Sevilla tanto en Manuel como en Antonio”. Para la directora de Los días azules, “la Sevilla de Antonio es la imagen de un paraíso perdido, sobre todo el de Soledades, donde siempre vuelve a Dueñas, a quien describe como el Jardín del Edén”. “Al final de su vida, Sevilla llega a representar esa idea de esperanza que tenía”, afirma. Incluso, aludiendo a la nota que su hermano José encontró en un bolsillo de su chaqueta cuando ya había fallecido en Collioure, siente ese espíritu sevillano de Antonio, con estos míticos versos: “Estos días azules y este sol de la infancia”.
Por su parte, la poetisa Victoria León hizo alusión a los planes de estudios de su etapa formativa, donde “ya estaba Machado”. No se trató de una búsqueda voluntaria su descubrimiento de Antonio Machado, reconoció. “Mi contacto tuvo poco mérito: estaba en los planes de estudio”, manifestó. Incluso a Manuel Machado accedió posteriormente cuando estaba estudiando en la Universidad. “Los dos, Antonio y Manuel Machado, han sido influencias fundamentales en mi trayectoria vital y literaria”, aseveró. A Antonio le debe “la hondura, la sutileza, la introspección”, y a Manuel le da las gracias por ayudarle a ahondar en “la búsqueda irreductible de la voz personal por encima de escuelas, esa libertad que para cualquier poeta que se inicia es fundamental. Sin esa búsqueda de la voz propia no es posible llegar a nada verdadero”. En ambos destaca la “pulsión de vida”, los sitúa como la cuna del Modernismo porque “rompen con todo lo que tiene de artificioso, de marmóreo, de preciosista; hacen que la vida estalle por cada costura del poema”.
El encuentro acabó con una rotunda conclusión: “Sevilla tiene una deuda pendiente con los Machado”.
Fotografía de portada de Patandi.