En la tarde-noche de ayer fue inaugurada una nueva edición de la Feria del Libro de Sevilla. En la carpa central de la Plaza Nueva, la escritora gaditana Elvira Lindo ofreció el pregón con el que la gran cita cultural del libro inició un nuevo capítulo. Y fueron las palabras de la autora andaluza las que han servido para escribir estas primeras líneas.
Elvira Lindo, que el pasado año publicó su última obra, 30 maneras de quitarse el sombrero (Seix Barral), realizó una exposición amena, no exenta de momentos de humor e incluso atreviéndose a cantar parte de la copla a la que dio lugar el poema de Federico García Lorca, Los cuatro muleros. Bajo el título «La Literatura, alma y refugio», Elvira Lindo tiró de recuerdos personales, explicando sus orígenes como autora: «Me hice escritora para que me escucharan, porque siendo la pequeña de la familia, a mis padres no les quedaba tiempo, ni ganas tampoco. Me hice escritora, no de golpe, sino poquito a poco, después de haber tenido unas cuantas vidas antes». Explicó que «ahora, cuando ya puedo decir que lo soy, he descubierto que la esencia de lo que hago está en prestar atención a lo que escucho, y veo y que mi oficio consiste en saber contarlo».
La musicalidad de las palabras
Elvira Lindo ha hecho hincapié en las deficiencias que generalmente ha habido a la hora de enseñar y transmitir la Literatura, cuando realmente «está más cerca de nosotros de lo que a menudo creemos». Por eso, apuesta por aprovechar la capacidad de aprendizaje de los niños y lo que según Federico García Lorca es «la fuerza educativa del folclore», quien «lejos de despreciar el arte popular, se sirvió de él».
Precisamente, Elvira Lindo ha tenido como referente en su intervención al autor granadino, quien según ella, entendió que «la palabra escrita ha de sonar como si estuviera creada para ser cantada o recitada»; también a la poesía de Antonio Machado, «quien no tenía miedo a que sus palabras fueran las mismas que las del pueblo», o incluso a la música de Manuel de Falla; todo ello como elemento clave para difundir el arte literario.
«Hay que leer en voz alta», ha dicho. «La Literatura que no pasa la prueba de ser leída en voz alta -ha afirmado-, y llenar el aire de imágenes, no es valiosa». En esta línea ha reconocido que ella misma hace ese ejercicio cuando escribe, «para ver cómo suenan las palabras».
Hay que disfrutar de las artes «sin vergüenza ni complejos», ha afirmado. «Somos víctimas del miedo al ridículo que se nos impone en cuanto nos vamos haciendo adultos, y transmitimos luego a los niños ese temor a expresar con propiedad sus emociones, que es al fin y al cabo el objetivo principal de lo artístico».
«¿Dónde está el duende?», se cuestionó Elvira Lindo: «en el conocimiento musical del poeta, en el oído que hace que una palabra de uso diario pueda por el arte de la sintaxis convertirse en un término mucho más hondo».
El valor de la palabra
Avisa la autora que tenemos el «deber insoslayable de darles a nuestros estudiantes el dominio de la Lengua», porque, efectivamente, «las palabras son armas para defenderse en la vida; hablar bien abre puertas laborales, pero también las del corazón». Así, Elvira Lindo advierte que «animar a la lectura no es darle un libro a un niño y abandonarlo a su suerte». Y considera que «el adulto ignora que la mayor herencia que una madre y un padre pueden dejar a un hijo es saber expresarse».
La escritora, quien afirmó que «la Literatura se riega como se riegan las plantas», hace un llamamiento a los libreros, a los maestros, a los padres, a las madres, a la clase política, para que «no hagamos de menos a aquello que mañana necesitará un niño de adulto».
Un guiño a Portugal
Elvira Lindo, quien pasa temporadas en Lisboa («una ciudad para deambular con el espíritu despierto»), quiso aprovechar la hermandad de este año de la Feria del Libro de Sevilla con Portugal, para exaltar al país vecino. También a su lengua, a sus calles, a su gente, a su cultura. Y, por supuesto, a su Literatura y a su música: «Yo amo la música de ese idioma», ha dicho.
La fiesta del libro
La presidenta de la Asociación Feria del Libro de Sevilla, Esperanza Alcaide, quiso agradecer la presencia del delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz; y de Joao Queirós, cónsul de Portugal. Asimismo, en la presentación del acto inaugural de la Feria del Libro de Sevilla 2019 y de la autora del pregón, Elvira Lindo, destacó el esfuerzo «de los libreros y las libreras, tanto mental, económico como físico, porque hacemos posible junto a todo el sector del libro, editoriales, distribuidora, autores… esta celebración de la cultura; más concretamente de la lectura, que es nuestra forma de estar en el mundo».