Es su primer poemario. Belén Cuesta vive su propia experiencia editorial con El libro de las distancias y el frío, una obra que supone el punto de partida a su trayectoria creativa: «Lo efímero, un copo de nieve que se desvanece antes de tocar el suelo. Frío y distancia como elementos centrales de una geografía de lo cotidiano, plagada de simbolismos, que transita por ciudades, calles, habitaciones, silencios, anhelos o recuerdos«.
La obra, estructurada en tres partes, puede entenderse como una antología personal donde, además, continente y contenido se fusionan creando un conjunto unitario. Un mundo propio plagado de belleza pero también de incertidumbres donde lo único seguro es el azar. A lo largo del libro, pueden encontrarse homenajes de la autora a los poetas Vicente Aleixandre y Blas de Otero, en los títulos de los poemas El frío no es relieve o Destejiendo nieve, respectivamente.
El libro de las distancias y el frío, como queda dicho, supone el debut de Belén Cuesta, nacida en Madrid en 1980. La autora viene desarrollando dos proyectos poéticos a través de instagram. Uno de ellos, bajo el pseudónimo de @elsa.triolet.enlacoupole, como homenaje a la escritora francesa de origen ruso Elsa Triolet. A través de esta cuenta, la escritora explora la fusión de palabras e imágenes cargadas de realismo para tratar de remover un sentimiento en el lector. Por otro lado, su otro proyecto de instagram @diariodelfrio es una reflexión sobre la destrucción del planeta tierra provocada por la acción del hombre. Bajo el lema “La poética de lo que se destruye. Materia y poesía”, la escritora elabora poemas a partir de textos de divulgación científica sobre los efectos del calentamiento global, el cambio climático o el deshielo de los polos.
Los poemas son acompañados de collages e ilustraciones. Belén Cuesta ha participado en talleres y tertulias poéticas y ha colaborado en varios números de la revista digital Obituario. Además, ha realizado el curso de investigación, escritura y lectura de poesía impartido por los poetas Jordi Doce, Julieta Valero y Marta Agudo. En octubre de 2017, quedó finalista del concurso El Club de los Poetas Vivos, organizado por la revista Zenda con su poema La distancia relativa. El premio fue otorgado por un jurado compuesto por los poetas José Manuel Caballero Bonald, Luis García Montero, Raquel Lanseros, Antonio Lucas y Ana Merino.