Juan Tranche: “Las gladiadoras luchaban por su vida y contra las rígidas costumbres de todo un imperio”
El escritor nos habla de su nueva novela
Gladiadoras (Editorial Planeta) es una novela histórica, y como tal presenta personajes y situaciones ligados a la realidad pero combinados con la ficción. Juan Tranche ha publicado su segundo libro, acercándonos al contexto de aquellas heroínas anónimas que luchaban por su libertad en un mundo gobernado por y para los hombres. Pero como buen thriller que es el que nos presenta el escritor, éste es una obra cargada de emoción, suspense e intriga. Porque no sólo son las vicisitudes de estas luchadoras de la arena las que ocupan un lugar relevante, sino otras tramas que le añaden asimismo brillantez.
Gladiadoras permite dar visibilidad a las mujeres en un mundo prácticamente de hombres, de las que poco se ha hablado a lo largo de la historia. Pero por el buen tacto con el que has tratado el tema, lo entiendo como que también supone un homenaje por su valentía, tenacidad y capacidad de sufrimiento. ¿Cómo lo ves?
Pues la verdad es que te agradezco mucho que me lo digas porque esa era la idea. Lo que quería era hacer una novela que de alguna manera hiciera justicia al hecho de que ellas siempre han estado ahí. Nunca nadie había hablado de ellas. Todos en algún momento hemos oído hablar de los gladiadores, de estos hombres que de alguna manera muy aguerrida luchaban en la arena. Pero es que ellas también lo hicieron. Con una diferencia, además, abismal: no sólo luchaban por su vida, que no es tema baladí, sino que también lo hicieron contra las fuertes y rígidas costumbres de todo un imperio. Por eso entendí que era de justicia contar en una novela cómo fueron estas mujeres, qué clase de vida llevaron. Y lo he intentado hacer con el máximo respeto posible y, siempre con el trato más humano hacia la figura del gladiador. Te agradezco que lo digas porque lo siento así.
Al hilo de la pregunta anterior, tengo entendido que eran tan desconocidas las gladiadoras que ni siquiera existía en Roma el término gladiatrix, ¿es así?
Efectivamente, el término gladiatrix es posterior. Fíjate si su presencia era poca. Y si algo no tenía nombre en el mundo romano era porque tenía poca visibilidad. El nombre gladiatrix se pone justo después de que las luchas de las mujeres gladiadoras se habían prohibido. Creo que el primer término con que se referían a ellas apareció como unos 200 o 300 años después. Así que en la época no tenían un nombre. Probablemente fuera una mulier que se dedicara a la gladiatura, o mulier presidiaria o mulier provocator, pero no tenía un nombre como gladiatrix como hoy en día nos referimos a ellas.
Hablamos de una novela histórica, donde la ficción es un elemento tan importante que le confiere a la obra emoción, suspense e intriga dignos de ser destacados.
Bueno. He intentado contar tres novelas en una. Obviamente la historia de las gladiadoras, que es la parte más histórica, pero con la idea de que fuese muy ágil, que prácticamente no te dieses cuenta de que estabas leyendo, sin abrumarte con datos. Es una novela contemporánea ambientada en la Antigua Roma. En segundo lugar quería abordar un thriller. Los lectores van a tener que descubrir qué les está pasando a unas prostitutas que están siendo violentamente agredidas, violadas, asesinadas. ¿Quién y por qué hace esto? Y por si esto fuera poco, quería contar también una de las relaciones sexuales más famosas de la antigüedad. El amor está muy presente en toda la novela. Pero quería contar la relación entre Adriano y Antinoo. ¿Y cómo lo vive la emperatriz, Vibia Sabina? Son tres tramas, muchos ingredientes, que he intentado meterlos en la coctelera de la novela. Estoy muy orgulloso del resultado. Y las críticas y las reseñas que me están llegando son de que se lee muy rápido, con facilidad, y siempre con el deseo de querer saber más. Ese es el objetivo que todo autor busca.
Roma siempre está ahí, nunca pasa de moda
Juan Tranche
La novela también destaca el derecho a elegir de las mujeres. Se ve que ya había ciertos movimientos entonces en este sentido.
Entonces no se usaban las palabras de hoy en día con la que denominamos al machismo, al feminismo… Para ellos eran totalmente desconocidas. Estoy convencido de que dentro de dos mil años nos juzgarán con palabras que ahora nos son completamente ajenas. Pero al final, siempre hay que tirar un poco de los datos históricos, y sabemos que en la época de Adriano, la mujer empieza, no a tener más derechos, pero sí una serie de privilegios. Fíjate que las que eran mujeres libres ni siquiera eran libres realmente. No podían elegir ni con quién querían casarse. Pero esto varió un poquito a partir de la época de Adriano. Por tanto, siempre tiene que haber una semilla que sea el germen que potencie todo esto. Y yo lo he idealizado con dos personajes como Valeria y su hermana Domicia. Ellas se van a rebelar contra todo este sistema y este mundo gobernado por hombres.
Llevas dos décadas dedicándole mucho tiempo a la investigación sobre la antigua Roma. En 2021 publicaste Spiculus, dos gladiadores enfrentados a muerte en la Roma de Nerón. ¿Por qué te atrae tanto el mundo romano?
De todas las culturas que hemos tenido en el pasado, si hay alguna a la que más nos parecemos es a Roma. Tenemos la idiosincrasia, el humor, gran parte de nuestras leyes y casi todo procede de aquel mundo. Roma siempre está ahí, nunca pasa de moda. Y, además, siempre nos ofrece algo. Siempre hay algún personaje. Y en este caso aparecen las mujeres gladiadoras, de las que nunca se había contado nada. Siempre hay un tema que se convierte en una joya para un novelista. Siempre está rodeado de misterio, intriga, y para alguien a quien le gusta escribir y el mundo romano, habitualmente éste te ofrece algo que no te da ninguna otra cultura ni civilización. Me interesa mucho el mundo romano. Trataré de seguir contando historias y acercarlas a todos los públicos. Que todo el mundo pueda leerlas.
Supongo que no habrá sido fácil obtener información sobre las mujeres gladiadoras. Aunque al final de la obra adviertes qué y quiénes forman parte de la ficción y de la historia. Es muy importante resaltar esto. De hecho, justificas que en Halicarnaso hay un relieve en el que se ve a dos mujeres luchando, Achilia y Amazona ¿verdad?
Las pruebas arqueológicas son las más claras. Tenemos el relieve de Halicarnaso. Es una placa de mármol. Es curioso porque no hay ningún combate masculino que se homenajee de esta manera. Y eso demuestra que el de Achilia y Amazona debió de ser un combate especial, sublime. Debió de ser en la época el duelo del siglo o el de la eternidad. Pues esa es la prueba más determinante. Y sobre eso he querido hacer ficción, sobre cómo pudo ser la vida de esas gladiadoras desde el papel de una mujer libre a una mujer esclava. Y eso ha sido gracias a ese relieve y a la inspiración que me ha dado. Y hay otro relieve también de mármol en el que uno de los personajes de la novela, el magister de Ostia, Hostiliano, que se jacta de ser el primero en ofrecer lucha de mujeres en el anfiteatro. Por tanto, teníamos ahí dos pruebas. Estas dos me parecían muy interesantes para volcar mi imaginación y mi parte de novelista en torno a cómo pudo ser la figura de todas estas mujeres.
Claro, y si era difícil encontrar gladiadoras, más lo sería saber algo de las lanistas, como Flavia Lycia…
Eso es algo que descubrí cuando estaba investigando sobre las dos mujeres gladiadoras. Que al final no sólo son gladiadoras. Hubo mujeres alrededor del espectáculo del anfiteatro. Las lanistas, los lanistas, eran los dueños de las escuelas de gladiadores. Ahí se entrenaban, dormían, vivían… Y mi sorpresa fue descubrir que hay dos mujeres documentadas, una en Occidente, que se encontró su epitafio, y otra es Flavia Lycia, que es otro personaje de la novela. Es valiente, no deja que nadie, por el hecho de ser mujer, venga a decirle qué y cómo lo tiene que hacer. Está llamando mucho la atención porque es fiel así misma. Yo quería mezclar personajes de ficción con otros reales. Y si eran mujeres, más aún. Esta es una novela en la que hablamos de la situación y de cómo eran en la Antigua Roma. Descubrir a Flavia Lycia como lanista me vino de maravilla (risas).