Haizea López: “Hija de la lluvia tiene mucho de psicología, misterio, suspense, erotismo y amor”
La escritora nos habla de su nueva novela
Después de una larga trayectoria como escritora en la que estuvo firmando sus libros con un seudónimo masculino, Christian Martins, Haizea López ha publicado este año la novela con la que se podría decir que comienza una nueva y esplendorosa etapa, Hija de la lluvia (Espasa), un inquietante drama rural, familiar y psicológico que tiene como protagonista a Ainize y que se ubica en la localidad de Artziniega. Fantasmas de ayer y de hoy se cruzan en el camino de la joven que ha de regresar desde París a su tierra por la muerte de su padre.
Hija de la lluvia, un título muy llamativo cuyo significado podemos ir conociendo conforme se desarrolla la novela. ¿Dónde está el origen de esta obra tan profunda?
La novela tiene una parte muy importante tanto de psicología, como de misterio y suspense, como de erotismo y amor. Hija de la lluvia es el resultado de mi carrera literaria. O sea, del aprendizaje de todos esos años de formación y de la trayectoria literaria. La suma de todo da como resultado esta novela.
Porque tú comenzaste a escribir siendo muy, muy, joven…
Sí. Yo empecé publicando hace mucho tiempo, porque cuando tenía 16 años escribí mi primera novela larga, que la llevé al colegio y salió publicada, no sé si antes o después de cumplir la mayoría de edad. Y desde entonces no he parado de escribir. Es lo que he hecho siempre, desde siempre. Me di cuenta de que vivir de la literatura era algo muy difícil. Que daba igual lo mucho que te esforzases. En una feria del libro, hablando con varios autores literarios, me propusieron que dejara atrás mi nombre, Haizea López, y buscase un seudónimo más llamativo, y que me centrase en los géneros literarios que quizás en ese momento eran más comerciales que el misterio o el suspense. Y fue como nació Christian Martins, mi seudónimo durante unos seis o siete años de mi vida. Me dio para más de 80 novelas. La gran mayoría era de temática romántica en todas sus vertientes. En el inicio de mi verdadera carrera literaria, ya que hasta entonces sólo me dedicaba a la escritura, tuve que dejar atrás el contacto con los lectores, las firmas, las entrevistas… la comunicación directa con las personas que me leían. Y si siguiese como Christian Martíns, a la sombra, no estaría aquí hablando ahora contigo.
¿No tenías ningún contacto con tus lectores?
Sí lo tenía pero por Instagram, email… Era un contacto muy frío. No daba la cara de ninguna forma. Y en 2020, a raíz de ser madre, empecé a tener muchas dudas de lo que estaba haciendo. Desde 2016, que es desde cuando me dedico a escribir únicamente, me preguntaba la gente a qué me dedicaba. “¿A escribir?, ¿qué escribes?”. Y yo no quería destapar mi seudónimo porque a la vez sentía que ni siquiera me pertenecía. Era como si fuese algo ajeno a mi identidad. Y no sabía qué responder. Y pensaba qué podría responder mi hija cuando le preguntaran a qué se dedica su madre. ¿Cómo le explico que he decidido estar a la sombra de mi trabajo? Y me planteé si me merecía la pena seguir como Christian Martins, o si quería destapar que yo soy Haizea López y estoy detrás de todo ese trabajo, de más de 100 novelas publicadas. Deseaba volver a ser yo.
Fotografía de Andrea del Zapatero
Supongo que dar el paso adelante no fue fácil, ¿verdad?
Así es. Tuve muchas dudas. Me dio mucho miedo. Tuve conversaciones largas con mi familia, mis amigas, incluso con mi psicólogo. Porque yo tenía pánico a que no me fuese bien con el cambio. ¿Y si por dar la cara pierdo mi trabajo, mis seguidores, mis lectores? Y muchas dudas más tarde, aquí está Hija de la lluvia, que tiene todo ese aprendizaje en cuanto a lo romántico que toqué como Christian Martins, esa Haizea López que quería escribir sobre el suspense, la psicología… Es un mix total.
Escribir es lo único que sé hacer. Llevo escribiendo desde muy pequeña
Haizea López sobre su pasión pasión literaria
Demuestras con esto que cuentas que escribir es algo muy especial para ti.
Sería prepotente si dijera que soy buena (risas). Pero sí puedo asegurar que escribir es lo único que sé hacer. Llevo escribiendo desde que era muy pequeña. Con 16 años publiqué mi primera novela, pero la escribí con 12 años, estando en Primaria, y se la llevé a mi profesora. Es lo único que sé hacer.
¿De dónde nace esta vocación por escribir?
Cuando era chiquitina, leía lo que tenía mi madre en casa, porque yo no tenía acceso a más literatura, y prácticamente era de terror y thrillers, y pensaba con 12 años que quería escribir lo que a mí me gustaría leer. Y así nació mi necesidad de escribir historias. Creía que las podía contar y escribirlas.
Retomando tu novela Hija de la lluvia, hablamos de una obra de suspense que reúne muchos ingredientes, con Ainize como una protagonista que pasa mucho miedo…
(Risas). Ainize llega a dudar de sí misma, de su cordura. Y es este juego psicológico realmente la clave. Es decir, ¿qué está ocurriendo de verdad? Existe una maldición en su familia, los Agirregoitia, que va pasando de uno a otro. Hija de la lluvia trata sobre las dudas de la protagonista sobre si lo que sucede es real o está en su imaginación.
Fotografía de Andrea del Zapatero
¿Seguirá la vida de Ainize presente en tu próxima actividad literaria?
Ainize ha contado su historia. De principio a fin. Y no tengo intención de seguir con ella. Por ahora, no. Pero los personajes que tengo en mi mente nunca mueren. Siempre que me preguntan de todas de mis novelas, ¿cuál es mi favorita?, respondo que la última, porque tengo a los personajes aún muy vivos, muy dentro. No porque sea mi historia favorita, sino porque son los que han estado más recientemente conmigo. Y me han acompañado tanto tiempo que me duele despedirme de ellos. Incluso me dicen adiós. Ainize sufre mucho durante la novela, y yo sufro con ella. Empiezo la novela y ella ya me ha contado su historia. Y le digo, aguanta y resiste, que ya llegará tu momento. Vivo con mis personajes su historia al 100%.
Ainize se marchó de su pueblo, a París, hace diez años. Quiere romper con todo lo que ha vivido allí. Pero ha de volver y reencontrarse con su pasado. Muy mala tuvo que ser su experiencia para romper y desaparecer.
Cuando Ainize se marcha, lo hace intentando dejarse a sí misma atrás. Tiene tanto miedo de esa locura familiar, que lo que piensa es que si se va se olvida de todo, de su vida pasada, de quiénes estuvieran en ella… No tiene por qué atraparla la maldición de los Agirregoitia. No hay nada que la ate a Artziniega. Ella duda si la locura es algo hereditaria, genética. O es el entorno lo que la genera. Porque allí viven aislados. Artziniega es un pueblo pequeño, que existe. Sus vecinos son encantadores. Allí han acogido a Hija de la lluvia con un gran amor.