Fran Nuño y Enrique Quevedo recuperan con una novela gráfica la película ‘Viaje a la Luna'
Cinefórum 'Las artes escénicas en el cine mudo'
Los lectores asiduos de Gatrópolis estarán al tanto de la inauguración el pasado 8 de febrero del cinefórum Las artes escénicas en el cine mudo, organizado en Sevilla por el Centro de Investigación y Recursos de las Artes Escénicas de Andalucía, sito en la Plaza de Santa Lucía, con cinco sesiones programadas. A la referida cita, de la que ya hablamos en su momento, se unirán las del próximo 11 de abril, 13 de junio, 10 de octubre y 12 de diciembre. Todas, totalmente gratuitas y de entrada libre hasta completar aforo.
La primera película exhibida ha sido Viaje a la Luna, estrenada en 1902 con la firma del polifacético Georges Méliès. A finales del pasado año Fran Nuño y Enrique Quevedo publicaron la novela gráfica Viaje a la Luna, de G. Méliès (editorial Sallybooks). Y aprovechando estos encuentros con el cine que se van a desarrollar en el histórico edificio del CIRAE, ambos han hablado de las dos obras durante una entrevista dirigida por la periodista de esta revista cultural Andrea del Zapatero.
Fotografía Patandi
¿Cómo os llega la película Viaje a la Luna?
Enrique Quevedo: Viaje a la Luna llega a mí a través de mi abuelo, quien tenía un cine en Chiclana. Y allí vi muchísimas películas. En casa tenía cartelas de películas con el programa de las noches de verano, y entre ellas estaba la de Bienvenido Mr. Marshall, muy especial para mí. Y de ahí me surge la pasión por el cine. Y en Sevilla conocí a Paco Ramos, quien potenció mucho más mis conocimientos. Me hace llegar un montón de películas de cine mudo. Y entre ellas estaba Viaje a la Luna.
¿Cómo empezó vuestro particular Viaje a la Luna?
Enrique Quevedo: Muchas veces, Fran y yo hemos hablado de lo que nos gusta Méliès, y se me ocurrió hacer un cómic. Yo vengo del álbum ilustrado y la idea de hacer 14 o 16 dibujos para este campo es distinto a hacerlos para una obra de la envergadura de Viaje a la Luna, de G. Méliès. Empecé. Hice ocho páginas. Y ahí empezó nuestro Viaje a la Luna.
Fran Nuño: Nosotros ya habíamos trabajado en cuatro libros anteriores. El primero salió en 2011, La hora de los relojes, donde nos conocimos. A partir de ahí y hasta 2013 publicamos cuatro libros. Hemos ido a colegios, bibliotecas, ferias del libro, haciendo presentaciones de nuestras obras. Y ahí se crea un vínculo y una amistad. Es una relación que va más allá del trabajo. Después tuvimos un paréntesis de diez años. Cada uno ha seguido trabajando con sus proyectos, con otros autores, con otros ilustradores, pero la amistad ha seguido ahí. Pero no salía ese proyecto que nos uniera de nuevo. Pero Enrique se pone con Viaje a la Luna. Empieza solo. Pero sabe y recuerda que a mí también me gusta mucho Méliès. Me invita a subirme a la nave, nunca mejor dicho, para que los dos hagamos juntos este viaje. Luz Marina se unió también a la expedición (risas). Teníamos ganas de hacer un cómic, algo que nunca habíamos hecho. Cuando me hizo la propuesta no me lo pensé ni un segundo. Le respondí que sí. Vi lo que él ya había hecho. Le puse palabras. Y seguí con el guión. Y hablamos de lo que iba a ser igual que la película y de lo que íbamos a variar.
Viaje a la Luna, de G. Méliès es un libro para todos los públicos
Fran Nuño
Vuestro libro Viaje a la Luna, de G. Méliès es una adaptación libre de la película. ¿Cómo llevasteis este proceso de adaptación?
Fran Nuño: En la película no hay ningún interludio. Algo típico del cine mudo de ir poniendo cada cierto tiempo un texto para que el público vaya leyendo lo que va pasando. Pero se entiende bien lo que ocurre a pesar de eso. En ese aspecto lo hemos tenido fácil. Sabíamos muy bien lo que ocurría en la película. Lo que yo he hecho es “escuchar” lo que estaban hablando los personajes. Y ahí surgen cosas que se me ocurrían a mí, con escenas que no aparecen pero que yo incorporaba.
Llama la atención asimismo el toque de humor y de ironía que le dais a la novela, como algo también añadido. ¿En qué momento decidís hacer esta aportación?
Enrique Quevedo: La ironía la entiendo como algo que siempre tiene que estar de alguna manera. No sé la razón. Si será por ese espíritu de Cádiz, aunque no lo parezca, porque doy una imagen de ser demasiado serio (risas). Ese toque siempre tiene que estar. Al principio me lo planteé como un trabajo para un cómic para niños. Entonces necesitaba que tuviese ese toque de humor para engancharlos. Y salió. Pero no me lo planteé tal cual. Las cosas salen así. Una vez que tenía más o menos claro que íbamos a hacer los personajes como aparecen vestidos y no de paisanos como en el Viaje a la Luna de Méliès, el humor sale de manera natural.
Fran Nuño: Bueno. También vemos la película y se te va dibujando una sonrisa. Si la vemos con los ojos de ahora, nos hace reír más todavía. La vemos como algo más inocente. El humor está presente. Y nosotros hemos escarbado más todavía. Hemos incluido gags que no aparecen en la película. Dura 15 minutos y nos habíamos propuesto hacer un cómic de unas 100 páginas, aproximadamente. Hemos sacado petróleo de cualquier cosita que íbamos viendo para hacer esos momentos de humor (risas).
Fotografía de Patandi
Si vemos la película de Méliès con los ojos de ahora, nos hace reír más todavía, como algo más inocente
Fran Nuño
Gracias a trabajos como vuestro Viaje a la Luna, de G. Méliès podéis acercar el cine al público lector, sobre todo a los niños, que no conocen la película. ¿Qué pensáis de este reto de hacer presente en el siglo XXI una película de 1902?
Fran Nuño: La novela gráfica la vamos a llevar por distintos espacios, muchos de ellos bibliotecas municipales de Sevilla. Nosotros defendemos que este libro es para todos los públicos. Es decir, la editorial la anuncia para niños de a partir de nueve años, que ya son lectores bastante autónomos. Pero también para un público en general, y familiar. El libro salió en octubre y nos han llegado comentarios tanto de niños como de adultos. Y lo compran por igual. Así que igual que lo estamos difundiendo entre este tipo de público, vamos a difundirlo en el infantil, de ocho o nueve años. Seguramente a ellos no les suene la película, ni Georges Méliès. Quizás alguno sí conozca la imagen de la luna con el cohete estrellado en su cara. Y ha habido quien ha dicho que sí. Pero no sabe más. Para ellos va a ser algo nuevo ver la película, porque la vamos a exhibir a la vez que presentamos la novela.
Acabas de mencionar esa imagen icónica del cohete en la cara de la luna. Precisamente, la habéis utilizado para ilustrar la portada de vuestra novela. ¿Lo habéis tenido claro desde el principio?
Enrique Quevedo: Yo sí. Se lo comenté a Fran; también estaba de acuerdo con ello. Y la editorial, sin decir nada, comentó que había que poner la imagen del cohete en el ojo de la luna (risas). No fue muy complicado. Era la imagen que tenía que ir, sin más.