En el marco de la Feria del Libro de Sevilla 2022 se ha celebrado un interesante y, a la vez, intenso encuentro literario que ha girado sobre la figura y la obra de Manuel Chaves Nogales, insigne periodista y escritor sevillano, ejemplo para seguir y voz autorizada a la hora de tratar temas como la ciudad donde nació, el ideal periodístico o, simplemente, ofrecer una visión siempre actual del mundo y de la realidad en la que éste se mueve.
El acto forma parte de una de las muchas actividades que el evento sevillano posee en su rica agenda, Sevilla, inspiración literaria. Y en el mismo, presentado por Eva Díaz Pérez, directora desde julio de 2019 del Centro Andaluz de la Letras, han intervenido la periodista cultural y guionista Marta Maldonado, como moderadora; la también periodista Charo Ramos, entre otras cosas, comisaria y editora del catálogo de la exposición itinerante Chaves Nogales, cuadernos y lugares; Juan Antonio Rodríguez Tous, profesor de Filosofía y escritor y autor del cuadernillo didáctico editado por el Centro Andaluz de las Letras para el Año Chaves de 2020; y Maribel Cintas, biógrafa de Chaves Nogales, quien iluminó a finales de los 90 la figura del recordado escritor, entonces muy olvidado, y autora de Manuel Chaves Nogales. Obra narrativa completa, así como de Obra periodística y de la introducción de títulos como La agonía de Francia, Juan Belmonte, matador de toros, Lo que ha quedado del imperio de los zares, A sangre y fuego o La ciudad.
El legado de Manuel Chaves Nogales. Ese ha sido el título de este encuentro en el que Marta Maldonado presentó al escritor y periodista como un autor que “siempre tuvo a Sevilla como un personaje más de su obra, inspirándole en la misma de forma muy diversa, como sociedad y como ciudad”. “Trató de entenderla -prosigue- y de hacerla entender”.
La Sevilla de sus primeros años
Manuel Chaves Nogales nació en Sevilla el 7 de agosto de 1897, y vivió sus primeros años en la calle Dueñas, en el número 11. Con 17 años se marchó a Londres, donde falleció el 4 de mayo de 1944, a muy temprana edad, enfermo, solo y en el exilio. De familia de gran tradición en la cultura y el periodismo, fue hijo de Manuel Chaves Rey, asimismo periodista y escritor, y miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y cronista oficial de la ciudad, y de la pianista Pilar Nogales Nogales. Su abuelo, José María Chaves Ortiz fue un conocido pintor especializado en el mundo de los toros que realizó el primer cartel ilustrado de la Feria de Sevilla, en 1878. Mientras que su tío José Nogales fue un destacado abogado, además de escritor y periodista; en concreto, fue el primer director del periódico El Liberal de Sevilla.
Maribel Cintas recuerda aquellos primeros años de Manuel Chaves Nogales en su ciudad natal, en una vivienda próxima al Palacio de Dueñas, lindando con la casa de la familia de Antonio Machado, en el seno de una familia medianamente acomodada. Posteriormente se produjo el traslado a otros lugares de Sevilla como la Alameda de Hércules o la calle Jáuregui, “desde cuya azotea ya describiría a la ciudad”. Su atracción por el mundo periodístico se produjo “desde muy joven”. Ello podría ser porque “acompañaba a su padre a las redacciones de los periódicos y a los archivos sevillanos donde realizaba sus investigaciones”. La condición de cronista oficial de su padre, Manuel Chaves Rey, por lo tanto, ofrece muchas razones de su futuro ligado al periodismo y la ciudad donde nació. “Sevilla fue su referente hasta que a los 17 años salió de ella. Estuvo ahí el ambiente en el que se movió, frecuentando el Ateneo, y relacionándose con personajes influyentes en la cultura del momento como Romero Murube, Laffón…, pero nunca estuvo de acuerdo con la visión de estos llamados Paseantes de Sevilla, porque desde muy pequeño fue muy crítico con la ciudad. Él era un periodista; no era un poeta ni un literato, sino alguien que observaba y sacaba conclusiones”. Aun así, la investigadora matiza que “no era duro en la crítica, sino comprensivo”. A él “le interesaban aspectos de la ciudad como los preparativos de la Exposición de 1929, que comenzaron a llevarse a cabo sobre 1911”.
Sevilla y sus figuras
Juan Antonio Rodríguez Tous, siguiendo la trayectoria vital y periodística de Manuel Chaves Nogales, considera que su visión de la ciudad no cambió con su salida de la misma. “Él se sintió un sevillano más en todos los sitios en los que estuvo”, comenta. “Un sevillano -prosigue- en el sentido en que lo fueron Cernuda o Machado; es decir, un transfuga”. “Supo entender muy bien la contradicción entre el discurso oficial y la realidad cotidiana; y le interesa con el tiempo, mucho más, la vida cotidiana”. “”O yo vivo como un armao de la Macarena, como un cofrade, un feriante o un apasionado de El Rocío… lo vivo bien…” El mundo cultural sevillano ha sido siempre un tanto extraño”, afirma. Y lo explica así: “ha sido muy dado a crear grandes figuras pero no a retenerlas. Han escrito páginas muy bellas sobre la ciudad de la que se han tenido que ir”. Al hilo de esto, manifiesta que “uno de los libros suyos que más me gustan por sevillano, por su mirada sevillana, no por el hecho de que hable de Sevilla, es Lo que ha quedado del imperio de los zares. Porque en el exilio ruso entrevistó a las grandes figuras pero sobre todo a las pequeñas víctimas de la Revolución, y se interesó por sus vidas. Y él lo aprendió a hacer en su ciudad, en Sevilla”.
Charo Ramos expresa su admiración por el hecho de que “bajo esa apariencia lírica e inocua de Chaves Nogales, él, desde el primer momento, está introduciendo los temas sociales que luego va a profundizar en el resto de su carrera; temas que trata en El Liberal y en El Noticiero Sevillano, donde trabajó en la ciudad”. “Ahora se está reivindicando más a ese primer Chaves -continúa- al de ese momento inicial en el que él ya estaba detectando la crítica al trabajo infantil, la posición subordinada de la mujer en el contexto de principios del siglo XX, la necesidad de la Reforma Agraria, la necesidad de que Sevilla salga de su ensimismamiento, y un montón de cuestiones que él va a defender de una manera muy activa, y sobre todo a raíz de su acercamiento al ideario republicano de Manuel Azaña, una figura esencial en su carrera. Pero si pensamos en la ciudad, incluso en esa historia de amor hay un mensaje muy poderoso del papel que él considera que ha de tener la mujer en la nueva sociedad que él quiere defender desde su trabajo como periodista”.
“La visión internacional posterior le dotó de una mayor profundidad a su compromiso social”, refiere Charo Ramos sobre ese Manuel Chaves Nogales que viajó por tantos y tantos países. “Esa visión laica y transfuga de Sevilla está ahí”, afirma. “Cuando mejor se ve la evolución -interviene Juan Antonio Rodríguez Tous– quizás sea en sus series sobre la Semana Santa, sobre todo en la segunda, que es fascinante, en plena decadencia de la República. Introduce el desastre en que ésta se está convirtiendo. Siendo una crónica sobre la Semana Santa también lo es sobre un proceso que en ese momento es muy preocupante. Estamos a un año del golpe de estado. Ahí aparecen las dificultades de las hermandades, la evolución que ha impulsado la República, no de estas en sí mismas, sino del festejo, de las tensiones…”.
“Nadie ha explicado mejor Sevilla y sus tradiciones que Chaves Nogales”. Charo Ramos hace referencia a esta afirmación que comienza a tomar fuerza actualmente gracias a los trabajos de investigación que sobre el periodista y escritor se vienen realizando. “Una mirada desposeída del tópico, incisiva, visionaria…”.
Maribel Cintas concluye este encuentro sobre Chaves Nogales definiéndolo según sus propias palabras como “un pequeño burgués liberal”, pero apoyada en su obra La agonía de Francia añade otros elementos básicos de esa autodefinición: “Pequeño burgués liberal, ciudadano de una República Democrática y Parlamentaria, defensor de la Democracia y de la Libertad. Porque en el mundo no hay más”.
“Solo sueño con volver al patinillo de la casa de Sevilla”.
Fotografía de portada de Patandi.