La novela de Víctor Vegas es un relato contado por varios personajes involucrados en distintos conflictos bélicos sucedidos a lo largo de los siglos XX y XXI. Todos ellos están unidos por Big, un mimo que desarrolla una altruista labor desde el humor y el amor. Partiendo del silencio hace felices a los damnificados de la guerra, sobre todo, los niños.
Me llaman Big es una novela escrita desde el punto de vista de los damnificados de la guerra, pero sin rencores. Es como si hubiera otras cosas que contar más relevantes para ellos.
Sí, sí. La estructura que le quería dar a la novela era para que se contara la vida de este personaje, de Big, a través de otras personas, no con su propia voz, o de forma omnisciente, como se suele hacer, sino con la de quienes no necesariamente le conocían o habían mantenido contacto directo. Entiendo lo que dices porque hay dos personajes latinoamericanos, salvadoreño y colombiano (Chava Padilla y Wbeimar Jaramillo) que sufrieron los rigores de la guerra cuando eran niños. Pero la actuación de Big como mimo fue como una luz para ellos. Entiendo lo que dices porque son dos personajes que hablan desde el punto de vista que dices.
Es muy llamativo también el personaje de Big porque sin hablar dice mucho y, sobre todo, da mucho amor desde el silencio.
Sí, es como quedarte en un segundo plano porque él le da más importancia a otras cosas que ser protagonista. Big es uno de esos héroes tipo anónimo que no quieren tener protagonismo. Simplemente hace su trabajo, y nada más.
Big es la abreviatura del nombre de un mimo polaco llamado Zbigniew, aprovechando la coincidencia con el adjetivo inglés big, grande, para darle esa relevancia al personaje.
Hay una parte muy importante en la novela que es cuando a Zbigniew le ponen el nombre artístico Big. Es el momento en que su representante, otro polaco, Pawel Rogozinski, le da un nombre artístico porque ellos se encuentran en Londres y, evidentemente, para los londinenses, los ingleses, es complicado pronunciar el nombre de este personaje, y su amigo le dice que tiene que buscarse un nombre artístico. Y Pawel es el que lo hace. En ese momento le dice, «desde este momento te vas a llamar Big». Es un poco irónico porque el personaje es pequeñito y super delgado. Es una ironía que utiliza Pawel.
Zbigniew es un personaje pequeño físicamente pero grande de corazón.
Sí, correcto, correcto… Me han sorprendido mucho algunos comentarios que me han hecho porque, si viendo que hay una especie de equilibrio en la narración, hay momentos muy duros porque, evidentemente, el gran tema de la novela es la guerra. Entonces, me interesaba equilibrar esos momentos de dureza, de crudeza, muy mórbidos incluso a veces, con algo de humor. Pero a la vez salió algo de ternura del personaje. Y alguien me ha dicho que ese equilibrio sale más de la ternura que del humor. Me llamó mucho la atención eso. No sé cómo lo habrás visto tú…
…Igualmente. Presentas a un personaje que decide salir de su espacio de confort para recorrer el mundo y ofrecer espectáculos de mimo en distintos conflictos bélicos, jugándose la vida.
Correcto, y sobre todo a los niños, que son muy importantes para él.
¿Big es un personaje inspirado en alguien real o es fruto únicamente de la imaginación?
Es fruto totalmente de mi imaginación. Sin embargo, yo soy amante del cine desde que era niño. Y me llamaba mucho la atención el cine mudo: Chaplin, Keaton, El Gordo y El Flaco… Y ese mismo humor, ingenuo, me gusta; es el que tiene o practica Big. Es un humor muy inocente para que llegue más rápido a los niños. Y, por supuesto, hay un gran mimo francés, Marcel Marceau, que murió hace mucho tiempo, pero que con 80 años estuvo en Caracas y tuve la oportunidad de verle. Ofreció un espectáculo que me dejó boquiabierto. De alguna manera, entre Chaplin, Keaton… el resto de actores del cine mudo y Marceau fui construyendo este personaje de Big.
Una de las peores cosas que puede ocurrir en una guerra es que los niños se vean involucrados, como ocurre en la historia que narras en tu novela ¿verdad?
Sí, sí… y más que estén involucrados, es que los adultos los utilicen. Big va de guerra en guerra y quise mostrar cómo viven las víctimas. Él se cuestiona porque no cree que haga gran cosa. Ahí está ese punto de humildad que muestra. Quiere estar en un segundo plano. Big es un personaje que se cuestiona mucho, incluso a la hermosa labor que hace. Porque realmente los que sufren las guerras son los que las padecen. Él es como un visitante, llega y se va. En cambio, los que están en la guerra no se pueden ir. Primero que es algo que no han elegido. Y otra cosa es cuando se utilizan a los niños en la guerra. Quise exponer una visión desde las víctimas; por eso hay pequeñas historias a lo largo de la novela. Justamente escojo a estos dos personajes latinoamericanos, Chava y Wbeimar. Ellos salen de su pequeña historia para acompañar a Big en el resto de la novela. En algún momento se conocen en Estados Unidos, por pura casualidad, y hay como una explosión cuando se enteran de que ambos vivieron una guerra y conocieron a Big; cada uno en su época, porque uno es diez años mayor que otro. La guerra de El Salvador fue en los 80, mientras que el chico de Colombia vivió la guerra en los 90. Ambos, más o menos, con la misma edad, diez años. Ellos descubren que tienen eso en común y que son unas víctimas. Y fueron utilizados por los adultos, sobre todo Wbeimar.
¿Has llevado a cabo algún proceso de documentación para escribir Me llaman Big?
Sí. He llevado a cabo un proceso muy profundo. Y en esa tarea descubrí que en los años 80, en El Salvador, cuando comienza la guerra, bajan la edad de reclutamiento a los 12 años. Estamos hablando de que el estado salvadoreño, que se supone que ha de proteger a su gente, dicta un decreto para el reclutamiento de niños de doce años. Les daban armas y los mandaban a la guerra. Quise elegir siete lugares de los visitados por Big donde se desarrollaron guerras importantes durante los siglos XX y XXI, para mostrar pequeñas historias vividas por las víctimas en los países donde él estuvo.
¿A pesar de su vis cómica, Big es un hombre triste y atormentado? Recuerda mucho a Charlot.
Sí. Por esa afición al cine mudo y a Chaplin, que me parece un genio; fue de los pocos artistas que resistieron el paso del mudo al sonoro. Fue lo contrario que Buster Keaton. Me basé mucho en Charlot para crear a Big. Entre sus características está esa tristeza. Chaplin tiene una película hermosísima, The Kid, donde equilibra el humor con la ternura, igual que Big.
De todas maneras, Big tampoco tiene muchos motivos para ser feliz, porque el mundo en el que vive es demasiado cruel, ¿verdad?
No los tiene, cierto. Él carga una gran culpa a sus espaldas. No quiero dar muchos detalles por los lectores que aún no han leído el libro, pero ese dolor que arrastra le hace flagelarse. Se cuestiona mucho hasta el final. Incluso muestra mucha inseguridad. Pero todo eso lo cambia cuando sube a un escenario. Él se vuelve grande, big, en los escenarios.
¿Qué reacción te gustaría conseguir con tu novela?
Durante toda mi obra me ha preocupado mucho el mundo de los niños. En un encuentro reciente con un grupo de lectores hablé de lo importante que es para mí, y de que los adultos tenemos que protegerlo. Estamos empujándoles a que abandonen precipitadamente su mundo infantil para que entren de lleno en el de los adultos. Me gustaría a través de mi novela, y de toda mi obra en general, transmitir esa idea de protección de los niños, para que vivan su infancia felizmente. Según la calidad de tu infancia serás un adulto u otro.
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.