Cuenta con el aval que le confieren su juventud (nació en Sevilla en 1991), su gran vocación, pues lo suyo le viene desde niña, y una formación gestada en las aulas de la universidad (en la Facultad de Bellas Artes). Hablamos de una joven ilustradora que ha comenzado pisando fuerte una andadura profesional a la que se le augura un brillante horizonte. Ella se llama Sandra Avecilla Gil, y ha hablado para Gatrópolis sobre sus inquietudes y expectativas.
Has declarado que “la ilustración siempre ha estado presente en mi vida desde que tengo uso de razón, y es que cuando era niña me encantaba dibujar”. ¿De dónde te viene esta vocación, por la vía familiar o por algo innato?
Me licencié en Bellas Artes, en Sevilla, hace cuatro años, en la especialidad de Diseño Gráfico y Grabado. Pero, en realidad, me ha encantado dibujar desde que era niña. Creo que nací con un lápiz en la mano porque siempre me ha gustado la creación. A mi padre se le ha dado muy bien dibujar pero nunca se ha dedicado profesionalmente a esto. Conforme fui creciendo, mi interés por el dibujo se fue acentuando, de ahí que decidiera estudiar Bellas Artes. En el último año de carrera me interesé por la ilustración, y a raíz de eso decidí especializarme haciendo otros cursos.
¿Hay algún ilustrador o ilustradora en quien te hayas fijado con mayor interés?
En mi último año de carrera conocí el álbum ilustrado porque un profesor de Diseño Gráfico me habló de Rebecca Draputemer, una ilustradora francesa que me fascinó. Me pareció buenísima. Me enamoré tanto de su trabajo que dije que quería hacer lo mismo que ella. Hoy en día sigue teniendo un papel importante en mi tarea. Pero aparte de la ilustración también me interesa mucho la animación. Walt Disney me fascina, desde que era niña, me encanta. También Pixar. El campo del cine me entusiasma. Antes de centrarme en la ilustración editorial, al acabar Bellas Artes hice un máster en Guión, Diseño y Programación de Videojuegos porque también me atrae el diseño conceptual de personajes, escenarios… aparte que además de la ilustración me fascinan los videojuegos. Es cierto que te puedes dedicar también al concept art, que es diseñar personajes para el cine de animación y para videojuegos. La ilustración abarca muchísimos géneros y técnicas: ilustración editorial, conceptual, de moda, publicitaria…
A veces da la sensación de que en las publicaciones las ilustraciones son un mero complemento de los textos, cuando no debería ser así. ¿Cómo lo ves desde tu punto de vista de ilustradora?
Por desgracia, también creo que el papel del ilustrador está como en un segundo plano. Pero considero que una ilustración es igual de importante que un texto porque esta no tiene que servir solo para adornar, sino incluso para decir en ocasiones más que el mismo texto. La imagen hoy en día tiene muchísima importancia. Vivimos en el mundo de la imagen. Es fundamental educar en lo visual.
¿Por qué momento pasa actualmente la ilustración?
Tengo la sensación de que están surgiendo nuevas editoriales independientes que le dan mucha importancia al álbum ilustrado, para hacerlo como algo más especial. Ahora hay muchos grandes ilustradores; hay una gran competencia y están surgiendo artistas nuevos.
¿Cómo es el proceso de elaboración de las ilustraciones de un trabajo como por ejemplo el del álbum ilustrado de Fran Nuño, Cuentobjetos?
Cuando conocí a Fran, me envió los textos de sus cuentos por medio del director de la editorial Mr. Momo. Me los leí detenidamente y lo primero que hice fue elaborar los bocetos. La comunicación es muy importante, y por eso a la vez que se los mandaba a ambos hablábamos sobre los mismos. Esto es un trabajo en equipo. Me gusta que los demás aporten sus ideas. Y en este caso, aparte de que Fran conoce mejor que nadie sus cuentos, me interesaba ir sabiendo la opinión que tenía sobre los bocetos. Y cuando ya recibía el visto bueno, los pintaba. Siempre tuve mucha libertad y no tuve la necesidad de modificar prácticamente ninguna ilustración.
Hablando de Cuentobjetos, ¿qué ha supuesto para ti trabajar con Fran Nuño?
Me siento orgullosa porque, además, es un hombre con una trayectoria increíble. Ha escrito muchísimos libros. Es un todoterreno. Es librero, escritor, dinamizador cultural, ha ganado un premio en la última Feria del Libro de Sevilla… Me satisface mucho haberme iniciado en el mundo editorial con alguien tan reconocido. Me he sentido muy a gusto trabajando con él. Es muy buena persona.
¿Le has tomado más cariño a alguna ilustración de Cuentobjetos por encina de las demás?
Me gustó mucho la de la portada. Fue el reto más complicado porque cuando hice las ilustraciones de los textos tenía algo en qué apoyarme. Pero para la portada no había nada establecido. Incluso, cuando les consulté ideas a Pepe (de la editorial) y a Fran, me daban conceptos un poco abstractos. Fue bastante complicado sacar una idea. Pero el final me ha gustado mucho. Y fue sobre la base de hacer bocetos, rediseñar el dibujo porque no me convencía, hasta que al final obtuve un resultado que me ha dejado satisfecha. Ha sido la ilustración que más me ha gustado.
También has trabajado para la editorial Babidi-bú, ilustrando Las Sorpresas de la Madre Tierra, de Mar Manzano.
Sí. De momento tengo esos dos trabajos, aunque ahora estoy en otro de la editorial Mr. Momo del que no puedo adelantar nada. La verdad es que no paro. No me puedo quejar. Vamos poquito a poco. Me gustaría asentarme en esta profesión y vivir de la creación, que es lo que me gusta. Mi sueño es poder dedicarme a la ilustración.
Otra de las cosas que he leído de ti es que tu objetivo es “hacer llegar tus ilustraciones al mayor número posible de personas, con el fin de colorear sus vidas y demostrarles lo bonito que es vivir la fantasía”.
Sí. Es que ocurre que la ilustración es otro medio de comunicación más. Tienes que llegar a los demás a través de tus dibujos, y si eres auténtica y transmites lo que sientes de manera sincera, el público lo va a notar y a agradecer. Y los niños, aún más. Son listos y saben cuándo un dibujo les dice cosas y les cuenta historias sin necesidad de leerse el texto, transmitiendo conceptos o haciéndoles volar la imaginación.
Dentro del vértigo que debe de provocar la responsabilidad de hacer un buen trabajo será fundamental que se disfrute durante el proceso creativo, ¿verdad?
Pues sí. Desde niña me ha gustado mucho leer. Y además de dibujar, leía mucho. Siempre he estado como en un mundo de creación, ya fuera de dibujo, como de escritura o de escultura, porque también me gustaba hacer manualidades. Cogía periódicos y hacía muñecos, también con plastilina. Vivir la fantasía es fundamental para mí. Es bueno evadirse a veces de los problemas de este mundo viendo una película, leyendo un libro o escuchando música. Desconectarse un poco de la realidad es necesario. En este sentido no tengo complejos, y me gusta seguir siendo una niña. Tengo 26 años y me flipan Disney, Pixar… y sigo comprando cuentos y álbumes ilustrados. Parece como si los libros de los adultos dejaran de tener color conforme crecen. Creo que es un error. La fantasía hay que vivirla tanto de niño como de adulto. Hay que dejar volar la imaginación. Todos tenemos un niño dentro de nosotros.