'Marcos Chicot: «La lucha entre el bien y el mal forma parte de la naturaleza humana»'

En 2014, Marcos Chicot publicó La Hermandad. Y tras una laboriosa tarea de reescritura de la obra, este año a través de Duomo Ediciones nos ofrece una versión actualizada y corregida pero con la misma trama.

La Hermandad (Marcos Chicot, 2014)

Si bien La Hermandad (Duomo), fue publicada en 2014, tras El asesinato de Pitágoras (2013), en este año se ha reeditado, ¿por qué?

Había algunas cosas que pensaba que se podían contar mejor. Tenía ganas de optimizarla. Siempre leo todas las reseñas de los lectores, estoy ávido de lo que dicen ellos. Y con La Hermandad había veces en que yo estaba de acuerdo en algunas cosas que comentaban sobre ella que no les gustaban tanto. Y tenía esa espinita de pensar que podía haber contado algunas cosas de otra manera, un poco mejor. Y después de El asesinato de Platón, que fueron cuatro años muy duros de trabajo, no quise abordar inmediatamente otro proyecto faraónico, tan exigente, y pensé que era el momento de echarle un vistazo a  La Hermandad, a ver si merecía la pena que me metiera a fondo con ella. Empecé a releerla, a retocarla, y me di cuenta que la estaba retocando muy a fondo, manteniendo la trama, pero la escritura estaba cambiando, contando las cosas de una manera diferente. Me llevó entre dos y tres meses hacer una revisión completa. La trama es la misma pero cada frase está reescrita. La escritura es totalmente diferente.

Y la editorial lo vio con buenos ojos…

Sí. Se lo comenté. Le dije que quería hacer este proceso; realmente lo había hecho por mí. Reconozco que soy un perfeccionista obsesivo. Sé que la mayoría de los escritores prefieren no volver a leer sus obras, pero como soy así me metí y al final le he dedicado unos meses. Y avisé lo que había hecho. Hace unos meses, en Rusia, compraron El asesinato de Pitágoras. Y planteé la posibilidad de que si allí quieren también La Hermandad, que es una pseudo continuación, en vez de enviar la versión anterior, enviásemos esta que tengo ahora, que está mucho más depurada. A la editorial le pareció una idea estupenda, no sólo para otros países, sino también para volverla a sacar en papel. Además, es una reescritura, no una revisión, y se les da la oportunidad a los lectores que me conocen de los asesinatos a los filósofos pero no conocen La Hermandad, de que se acerquen a ella, ya que es mi novela menos conocida. Hemos hecho un cambio de portada, un rediseño, una maquetación nueva…, con todo un equipo de gente implicada, para ofrecer la mejor versión de la novela y para que quienes me conocen por las otras se acerquen a esta otra. 

En La Hermandad presentas dos historias que transcurren en épocas distintas, con 2.500 años de separación: en Cartago, siglo VI a de C., y en Madrid, siglo XXI. 

La Hermandad es una novela un poco especial, menos ortodoxa, pero que a mí me gusta mucho por esa convergencia de épocas diferentes. A pesar de los 2500 años de diferencia son dos historias comunes, que se van enlazando, hasta convertirse en una única historia. El tema de la manipulación la llevo aquí hasta el extremo. Y está su reverso, que es el pensamiento crítico. He querido dar también una vuelta de tuerca al thriller. Es el más rápido, más dinámico, que he escrito. Tiene también un elemento fantástico, que la diferencia de las otras novelas. Hay una serie de elementos atractivos que me gustaban, y que para mí le ha dado sentido al trabajar tanto tiempo en una obra que ya existía. La editorial ha estado de acuerdo con esta propuesta.  

La Hermandad la fuiste creando durante el proceso de distribución de El asesinato de Pitágoras, tu novela anterior, de 2013, ¿verdad?

Bueno, realmente, durante la escritura de El asesinato de Pitágoras. Cuando estaba en la segunda parte de su escritura ya le iba dando vueltas a la idea de La Hermandad. Son dos novelas autoconclusivas. Tienen dos tramas que se cierran dentro de cada novela. De hecho no es necesario ni leerse las dos, ni leerse una en el orden de la otra. Se exponen de forma independiente. Todo antecedente queda explicado en cada novela. E intento siempre en La Hermandad que se desvelen los elementos mínimos de la trama de El asesinato de Pitágoras. Puedes leer La Hermandad y después si quieres puedes ir hacia atrás cronológicamente y leer El asesinato de Pitágoras. No vas a saber ni quién es el antagonista, ni los principales elementos porque los he ocultado en La Hermandad para no estropearte la lectura en el caso de que lo hagas en el orden inverso, empezando por La Hermandad y siguiendo por El asesinato de Pitágoras. Las escribí consecutivamente antes de que se publicaran. 

Marcos Chicot: "Lo malo de la política es cuando se convierte en el arte de la manipulación y no de utilizar el conocimiento"

La lucha entre el bien y el mal, entre los defensores de la Humanidad y los que quieren someterla a sus dictados, no entiende de épocas. Es la misma en el siglo VI que en el siglo XXI.

Sí. Eso forma parte de la naturaleza humana. En mis novelas siempre se ven las dos posibilidades: la de actuar con maldad, con egoísmo, con crueldad, con esos vicios naturales que llevamos dentro, que podemos dejar que salgan o trabajar para que no nos dominen, y su reverso. Tenemos la manipulación y el pensamiento crítico; tenemos el bien y tenemos el mal; tenemos el egoísmo y tenemos el altruismo. Tenemos la justicia que representan otros grandes personajes, sobre todo, estos grandes pensadores de la Humanidad. Ese es el motivo principal por el que los he escogido: Pitágoras, Sócrates, Platón… He cogido a los grandes maestros, no sólo en lo intelectual, sino también en lo moral. En Pitágoras, el primero de todos, vemos que tiene un sueño de una comunidad de naciones gobernadas por principios de solidaridad, de igualdad, de justicia… Su comunidad es una isla de igualdad con respecto a la mujer y a los esclavos, en ese mar de injusticia que era la sociedad griega de entonces. Intento siempre mostrar ambos extremos, también de forma ilustrativa. Por contraste, cada uno de ellos resalta más frente al otro.

Otro tema de envergadura en la trama es la capacidad de seducción que puede tener alguien para «colarse» en el cerebro de los demás hasta el punto de apoderarse de la propia voluntad por medio de la manipulación. De hecho has declarado que «lo malo de la política es cuando se convierte en el arte de la manipulación y no de utilizar el conocimiento». Lo mismo podría decirse de otras facetas de nuestras vidas.

Sí, la manipulación está en todas partes. La posibilidad de que ello ocurra siempre está ahí en el momento en que una persona tenga la capacidad de convencer a otra. Otra cosa es que esa capacidad se utilice bien o mal. En psicología se estudia eso, se sabe en publicidad, se sabe en política… Desgraciadamente, en vez de utilizarse para convencer para un buen fin, sobre todo en política, se suele usar para intereses personales, para arengar a las masas, para desunir en lugar de buscar el trabajo común para construir una sociedad más justa, más solidaria. Lo que prima es la exaltación de lo peor de la naturaleza humana en busca de los peores fines de las pocas personas que son las que ostentan el poder, que son los grandes manipuladores, los demagogos. Todos los pensadores de la actualidad alertaron sobre el peligro de que los sistemas políticos se convirtieran en eso, en que las democracias generaran demagogias. Nos hemos olvidado de aquellas lecciones. Trato sobre esto en mis novelas porque me parece un tema muy importante, del pensamiento crítico para no caer en las redes de la manipulación y evitar que quienes nos gobiernan lo hagan con las peores razones y de la peor manera.

La investigación sobre el potencial del cerebro humano es otro de los pilares de la novela.

Ese es un tema que trato sólo en esta novela. En las demás me quedo en el pasado. Es una cosa que me resultaba atractiva. Poder mostrar el conocimiento actual sobre el cerebro, sobre la mente. Hablar también sobre la manipulación pero de lo que la ciencia conoce hoy respecto del cerebro. Y con ese afán divulgador que tienen todas mis novelas, normalmente sobre historia, filosofía, conocimiento general, en La Hermandad trato, en concreto, la mente, el cerebro, las capacidades de este, si podemos aumentarlas, cuáles son sus límites… Son reflexiones interesantes. Todos tenemos un cerebro. Por tanto es algo que nos atañe a todos. Y cómo se pueden utilizar, bien o mal, el conocimiento y la ciencia en relación con la mente. Es algo que nos interesa y nos debería preocupar también porque es un área que está dando mucho juego. Los avances que se están dando en neurociencia, para la cura de enfermedades y también para saber cómo incrementar las capacidades del cerebro. Si eso va a hacer que sólo haya unas élites que se alejen más, que se conviertan en más élites, se aumente la brecha entre unas capas de la sociedad y otras, y si esos conocimientos se van a poner a disposición de todo el mundo y va a producir una mejora global, más democrática y solidaria. Son cuestiones que están a la vuelta de la esquina. Y es importante que las tratemos desde la perspectiva de la ética, eso que parece que pertenece a los libros y que realmente debería estar presente en cada debate que mantenemos como individuo y como sociedad. ¿Cuál es la mejor manera y qué es lo correcto? Si no nos lo planteamos sólo hasta que surge o cae en manos del poder no suele aprovecharse de la mejor manera.

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