La mensajera del bosque (Editorial Planeta) fue publicada el pasado 20 del presente mes de enero. Anteriormente autoeditada, la novela continúa en la línea en la que la autora mejor se define: “Soy una amante de las historias, una cuentacuentos…«. Maite Rodríguez Ochotorena ha creado una apasionante historia en la que las técnicas del thriller conviven con una relación especial, y aterradora, de las personas con la naturaleza en su estado más puro y rebelde.

Una de las primeras características de La mensajera del bosque es que es un thriller adictivo. Si este género siempre nos ofrece muchas emociones, en tu novela el subidón es contínuo.

Sí, sí, de principio a fin (risas). Es como una gran cuesta arriba. No te deja respiro. Esa es la idea, sí. Me encanta tener en vilo a los lectores (risas). Es un thriller, porque es el género en el que mejor me muevo, pero que tiene esos puntos especiales que la hacen un tanto distinta.

Otra característica es el protagonismo que llega a tener la naturaleza, un elemento fundamental en la novela. Incluso el título ya nos adelanta algo en relación con lo comentado. La naturaleza utiliza a alguien para darnos un toque de atención, decirnos algo…

Eso es, sí. Y además, nada más comenzar, en ese mensaje que hay al principio de la novela, hay una declaración de intenciones. Y la frase que hay en la parte de atrás, en la que se dice que devolvemos a la naturaleza el lugar que le corresponde. Es un poquito de lo que yo quería transmitir, que no puede ser que sigamos por ese camino. Estamos viendo el cambio climático, episodios cada vez más fuertes de cambios de frío, de calor, incendios… No sé qué estamos haciendo pero es preocupante. Y cada vez robándole más espacio a la naturaleza. La estamos atosigando. Es como cuando das caza a una pieza, la acorralas y no tiene manera de escapar. Con la pandemia ha cambiado. Nosotros hemos estado encerrados y hemos visto cómo la naturaleza se asomaba tímidamente a nuestras calles, con animales que nunca hubiéramos imaginado en medio de una avenida, paseándose tranquilamente. Le hemos robado el espacio a la naturaleza, completamente.

En este sentido, en La mensajera del bosque hay un personaje que lo que realmente hace es arrebatarle sus propiedades a la naturaleza para conseguir sus objetivos. 

Sí, efectivamente, así es. Encarna todo esto de lo que estoy hablando, todo lo malo que estamos haciendo. Y para trasladar este mensaje no se me ocurrió mejor manera que crear un personaje de carne y hueso que pudiera hablarle directamente al lector, y con el que este se sintiera muy identificado y con empatía. Estamos hablando de Rhina, que es muy muy especial. No voy a entrar en más detalles porque si no cuento cosas que no debo (risas), pero ella es la mensajera. 

La mensajera del bosque  es una obra muy coral, pero Cris Stoian, la mencionada Rhina y la naturaleza forman la base de la historia.

Sí, son ellas el alma de la novela. Cris Stoian, que es la protagonista, cuando despierta en un lugar desconocido, completamente enferma, amnésica, con el cuerpo cubierto de cicatrices, sin reconocer dónde está, y con esa nota de su hermano diciéndole que no se mueva de donde está, que está en un lugar seguro, y que ya irá él a buscarla… Así arranca la novela, y es ella la que pide seguir adelante pese al miedo que tiene, porque, claro, esas cicatrices la hacen intuir que algo le ha ocurrido muy traumático y que la ha colocado en esa situación. Pero, sin embargo, ella demuestra una fuerza tremenda buscando respuestas a pesar de todo y sea como sea. Y sabiendo en el fondo de su corazón que hay algo que debe proteger. Y ella va a tirar del hilo durante toda la novela. 

¿Cómo surge la idea de crear La mensajera del bosque?

La novela fue publicada el 20 de este mes, pero ya fue autoeditada anteriormente en 2018, en Amazon. Tuvo mucha repercusión, a la gente le encantó, tuvo buenas reseñas… y contactó conmigo Pablo Álvarez, mi agente literario, leyó La mensajera…, le encantó, la presentó a Planeta, y aquí estamos. 

Yo tengo una sensibilidad muy grande y muy marcada con el tema de la naturaleza. Desde pequeñita he pasado mucho tiempo directamente en contacto con ella. Y he desarrollado un amor muy grande. Me entristece tanto todo lo que está pasando que necesitaba plasmarlo en el papel. Así que La mensajera ha sido un desahogo. Y fue por eso que decidí escribir la novela y hacerlo en forma de thriller, porque el suspense me da mucho juego para recrear las emociones. Me parecía el vehículo perfecto para atrapar al lector y para interesarle, porque hoy en día llamar la atención de los lectores es muy complicado. Así, de esa manera surgió.

Se dice de tu obra en general que tiene influencias de grandes de la literatura de misterio como Edgar Allan Poe o Agatha Christie.

Así es. Para escribir La mensajera me he sentido influenciada por autores a los que he seguido a lo largo de mi vida. He leído muchos libros, desde la ciencia ficción hasta la fantasía, Lovecraft, Poe, Agatha Christie, con esa psicología que tiene tan maravillosa, Stephen King, que siempre anda bordeando entre lo real y lo intangible para explicar ciertas cosas (risas). Utilizo todos estos elementos en mis novelas. Esos entornos que crean Lovecraft o Poe, que son tan atosigantes, muy oníricos, me han influenciado sin duda para escribir. En cualquiera de mis novelas, esas escenas lóbregas y oscuras y tan inquietantes, probablemente tengan esas referencias. 

Sobre ti misma has escrito: “Soy una amante de las historias, una cuentacuentos…”. Cuando alguien se presenta de esta manera es que se trata de una autora que vive y siente lo que escribe con pasión.

Pero es que no te imaginas… Yo desde chiquitita iba del colegio a casa con mis compañeras contándoles historias en las que ellas eran las protagonistas, y me las iba inventando por el camino. Imagínate (risas). Yo vivía para eso. Mi imaginación corría que volaba. Es mi mejor vehículo de expresión con el mundo. Mis manos escribiendo comunican mejor que mi cabeza hablando. Es mi herramienta. No podría concebir la vida sin mi imaginación. 

¿Podría ser Ruby, la amiga de la protagonista, Cris Stoian, por su afición por la escritura, un guiño a la propia autora?

Sí. En ese sentido sí. A ella le encanta escribir relatos de terror y, claro, yo lo hago también. Sin ninguna duda. Sí, ¿por qué no? Siempre hay algo de uno mismo en los personajes que creamos. Bien por el mensaje que trasladas a través de ellos  o por sus características. 

Al hilo de esta última pregunta, quienes os dedicáis a la escritura coincidís en que una vez que la obra está en manos de los lectores, su propiedad pasa a ellos. ¿Qué reacciones has tenido en este sentido? ¿Ponen más énfasis los lectores en el tema de la naturaleza o en la historia misma? 

Lo hacen más en el tema de la naturaleza. Y con lo que pasa en Madrid la gente se vuelve loca, queda impactada. Ver esas cosas que ocurren… es un choque brutal. Con eso es con lo que más se queda la gente.