Gatrópolis ha disfrutado de una amena conversación con Javier Ruescas, Lola Rodríguez y Andrea Compton. Son los creadores de Esencial (Random Cómics), una novela gráfica que se sumerge de manera atractiva en la actualidad de los jóvenes. Hablamos de un recomendable trabajo que sigue subiendo el nivel de un género literario que se encuentra en pleno auge.
¿Cómo surge trabajar juntos?
Javier Ruescas: Surge un poco por Andrea y por mí, pero sobre todo por ella, que quería hacer una novela gráfica o un cómic. Empieza a tener ideas que se van yendo a un público diferente al que pensaba que iba a ir. Le dije que me molaba la idea, y que si quería, trabajaría con ella. Y que fuera algo más dirigido al público que nos sigue y un tema que nos tocase de una manera especial. Le propuse a Andrea hablar con Lola para que dibujase y también para que nos ayudara con la historia. En un principio pensábamos que solo iba a dibujar, pero enseguida vimos que para hacer una novela gráfica, igual no es lo habitual para los que saben del tema, pero además de que Lola sabe de narrativa, de videojuegos, de cómic, cine… Entendimos al momento que íbamos a aportar mucho más trabajando los tres a la vez, que solo nosotros dos, diciéndole lo que tenía que dibujar.
Lola Rodríguez: Creo que si hubiésemos sabido más sobre cómic o hubiésemos tenido más experiencia, yo no hubiera estado tan involucrada en la historia, también es verdad que no es lo normal.
Andrea Compton: También era más bonito. Era la primera vez de los tres, y al final queríamos que la novela fuera de los tres aunque Lola se pegara la paliza de dibujar. Que estuviera escrito por todos.
Javier Ruescas: Yo admiro mucho a los que guionizan y luego dibujan, porque a la hora de pensar las escenas o lo que pasaba, teníamos muy presente lo que ella nos explicaba. Como la narrativa está tan ligada a lo visual, me cuesta mucho imaginarme a mí escribiendo un guion, y que la otra persona interprete lo que estoy visualizando. O lo que estoy escribiendo sea lo que debe ser y que no haya libertad por parte del dibujante.
¿Cómo se fue desarrollando la historia? ¿Fuisteis aportando ideas de manera individual? ¿Nació de una idea común…?
Andrea: Creo que todo fue un conjunto. Teníamos que crear el inicio, que era quiénes iban a ser los protagonistas y cuál era el desarrollo de todo esto. Nació un poco de los tres, nos juntábamos una vez por semana e íbamos perfilando la personalidad e inquietudes de cada personaje, pero todo de manera natural. Luego hubo muchos momentos en los que pensábamos que no estaba funcionando, no sabíamos cómo el personaje había llegado hasta ahí; luego cuando Lola dibujaba había más sin sentidos (risas)… Al principio es más bonito, y luego van surgiendo las complicaciones, pero fue algo natural y de los tres.
Javier: Se trata más de resolver preguntas todo el rato, después de crear a las tres chicas en nuestras cabezas. Al final es como se construyen las historias: ¿qué es lo que pasa? ¿qué creen que buscan? ¿qué buscan realmente? ¿quiénes creen que son? ¿quiénes son realmente? ¿quiénes les gustaría ser? Y a partir de ahí ir construyendo el mundo, y este mundo tenía mucho que ver con lo que Lola dibujaba y con el estilo y el universo de Esencial.
Lola: Sí, además teníamos muchas referencias. Al principio estábamos resolviendo preguntas como dice Javier, hilándolo todo. Y una vez que me puse a dibujarlo había más preguntas que contestar. Porque había cosas en las que no habíamos pensado.
Andrea: La fase de la estética me encantaba, era ¿y cómo va a ser Esencial? Estábamos obsesionados con que se pareciera a Instagram, a Coachella… Todas esas referencias era lo más, porque era crear un mundo…
Javier: Todo lo que teníamos en la cabeza, Lola lo llevaba luego mejor al papel. La manera de pintar a las chicas, las escenas, los gestos… Incluso en un borrador que nos mandase, ya nos parecía definitivo. Estamos convencidos de que la editora al ver los borradores se pensaba que era el dibujo final. Lo monigotes de palo de Lola tienen mucho éxito en Instagram (risas). Ha sido un trabajo de alguien que no tenía ni idea de cómo hacer este trabajo. Por mucho que yo haya escrito novelas, ella haya ilustrado un montón y ella sepa un montón del tema audiovisual… Para cuando nos pusimos a montar esta historia éramos unos novatos.
Lola: Hemos aprendido mucho a qué hacer y qué no hacer.
Javier: Se nota esa inocencia, pero también está la base de una historia, que si bien se ha tenido que limitar a un número de páginas que nos dio la editorial, es redonda, es fuerte. Y sobre todo tiene una serie de mensajes que queríamos compartir con los lectores, muy claros como la sororidad y el feminismo. Son unas intenciones de que ellas crezcan, no hay esa obsesión por el amor romántico. Queríamos que hubiera una serie de cosas, y están en la novela.
Esencial se publicó en abril, ¿qué feedback os está llegando por parte del público?
Lola: Muy bueno. Además como se lee súper rápido…
Javier: Es una manera de entrar en el mundo de los cómics. Lo está leyendo también mucho chaval joven y chicas de 12-13 años que a lo mejor nunca han leído un cómic o una novela gráfica y que ahora se adentran con Esencial.
Andrea: A mí me llegan unos mensajes preciosos. De hecho el otro día por Instagram me escribió un chico una parrafada sobre Esencial, que me pareció súper bonita. Le contesté y le dije: “Chico, se me ha caído una lágrima de esas cosas que me dices”. Como tú estás pensando en sacarlo y en todo lo que tiene, no piensas en cuánto le puede gustar a otra persona o si le hace pensar. Entonces cuando te llega el mensaje, dices: “¡Ah, era esto por lo que al final se ha hecho!”. Que le guste a alguien, que le haga reflexionar y que te dé feedback, creo que es lo más importante. A mí me llegan muchos mensajes, y por el que me llegó el otro día, le di un besito a la pantalla (risas).
Javier: Además es un libro muy extrapolable, no tienes que ser de España para entenderlo. Ahora el cómic llega a Latinoamérica, se ha publicado en junio en México y en varios países. Y pensamos que también va a llegar muy bien allí, porque es un lenguaje internacional, es una manera de entender el mundo, ya es global. Entonces creemos que puede gustar a cualquier persona de cualquier país.
Hablaba Javier de los mensajes que envía Esencial al lector. Uno de ellos es el aprender a quererse uno mismo tal como es y no estar todo el tiempo intentando agradar a lo demás. Hoy en día este es un mensaje muy claro que hay que mandar, sobre todo a esa juventud que con las redes sociales vive una realidad paralela e irreal.
Andrea: Creo que siempre está bien recordarlo. Ahora están las redes sociales, pero antes vivíamos con revistas, con la tele, había un canal o tres donde te decían cómo vestir, cómo ser, qué cuerpo tener… Es un mensaje que jamás debe dejar de darse, siempre va a haber una lucha. Y para nosotros era una parte esencial de Esencial el contar eso. En este caso, con las redes sociales queda el ser tú mismo. En el caso de Julia, con el tema del físico. Con Liv también, en ser tú mismo y liberarte, tienes que estar con quien quieras. Y con Maggie igual, libérate, el mundo no es así de pequeño, es muy grande y puedes encontrar amigos…
Javier: Es un mensaje que intentamos que esté dentro de nuestras historias, ya sea en formato novela, vídeo, relato o dibujo. Ahora no hay razón para sentirte solo, para creer que lo que haces o te gusta está mal, porque siempre podrás encontrar una tribu. Internet ayuda a eso. Aunque también tiene sus peligros y que hay que saber manejar, pero también te da la oportunidad de encontrar a mucha gente que le gusta lo mismo que a ti, que te hace sentir especial, que no te rechaza. En parte también es eso, necesitas un equipo, personas a tu alrededor que te recuerde que eres perfecto y extraordinario tal como eres. Por supuesto, esto tiene que nacer de ti, esas ganas de convertirte en quien quieres ser, de estar contento con quien eres. Pero rodearte de gente así de estupenda como son para ellas las otras dos amigas, es fundamental para ratificar eso. Y eso está muy presente en Esencial.
Para la gente que se dedica a la comunicación, como es vuestro caso, y que sois referentes para muchísima gente en distintos aspectos, es muy importante el mensaje que se debe mandar, ¿cómo vivís esto vosotros en vuestro día a día?
Javier: Yo lo tengo clarísimo, al final hay una responsabilidad por mi parte hacia la gente que me lee. Eso no significa que deje de ser quien soy cuando entre en redes sociales, pero sí que soy muy consciente de que mis mensajes pueden llegar a un público, o bien tengo la oportunidad de aclarar lo que quiero decir en un determinado momento, o si no sé los círculos en los que puedo hablar según de qué tema y en qué nivel de profundidad. Entiendo dónde están las redes sociales, que se puede malinterpretar las cosas, pero soy consciente de que tengo una responsabilidad y de que mi público es joven. Es más moldeable la forma que tiene de pensar, por supuesto tiene un montón de inputs desde todos lados, pero quiero que el mío sea lo más sincero posible y tener muy claro el mensaje antes de compartirlo.
Andrea: Estoy totalmente de acuerdo. Creo que todo el mundo que tiene un medio de comunicación o una ventana, puede ser redes sociales, radio…, tiene que ser responsable cien por cien del mensaje que emite. Tampoco tienes que estar histérico con que todo lo que digas tiene que estar bien y no te puedes equivocar, porque muchas veces el medio es una persona, y esa persona de equivoca 40.000 veces a la semana. Pero sí equivocarte lo menos posible e ir aprendiendo cada vez más. Tenemos una responsabilidad, pero que tampoco nos la dejen toda, porque no es así.
Algo que está muy a la orden del día es el criticar y cuestionar todo lo que se comenta en internet desde el anonimato que dan las redes sociales, ¿cómo gestionáis esto?
Javier: Por mi parte bien. No tengo los mismos números que Andrea en mis redes. Estoy muy contento porque la comunidad que se ha formado a mi alrededor es muy positiva, creativa, respetuosa. De los que no son respetuosos ya me encargo yo de bloquearlos. También la gente que me sigue me avisa cuando alguien está faltando al respeto, y se lo agradezco mucho porque al final es lo que quiero, generar una comunidad de personas que a lo mejor en sus círculos se sienten aisladas, porque leen o porque son creativas, y no se les entiende en su ámbito, o porque tienen una tendencia sexual distinta. Si de repente, en mi canal se sienten cómodas con gente que piensan como ellas, ya me doy por satisfecho. Es lo que comentaba antes, soy muy consciente de lo que cuento y cómo lo cuento, y creo que eso estas personas lo respetan mucho, tanto si son temas de mi vida personal o de mi vida profesional. Saben manejar esos mensajes.
Andrea: En mi caso, creo que en la comunidad que me sigue hay gente muy divertida, a la que le gustan las mismas cosas que a mí, que son las series, las películas, el fanatismo… Entonces la gente que me viene cabreada es gente que no me sigue, que le ha gustado el final de Juego de Tronos y a mí no (risas). Por lo que el mayor insulto que puedo recibir es “sí, va a ir a tu casa el director de Juego de Tronos a decirte el final que tú quieres”. Y me parto de risa y sigo con mi vida. Pero la gente que me sigue está igual de mal de la cabeza que yo, en el buen sentido. Mi comunidad me encanta.
Javier: Al final es eso, no la gente que sigue, sino a la que llegas sin pretenderlo, que te conoce de soslayo, que ha leído o visto algo tuyo, como un vídeo que se ha hecho viral, y no te define por completo o dentro de tu contexto tiene sentido, pero si solo leen eso, cuesta más que sepa quién eres.
Andrea: O simplemente gente que odia a los influencer. A mí me pasó. Estoy trabajando en Masterchef, y anunciaron que iba a hacer vídeos. Entonces llegaron los típicos mensajes: “¿y por qué no trabaja en algo de verdad?” “¿y esta idiota quién es?”. Realmente lo lees y te entra una pequeña risa de decir, “que le hayas dedicado un tweet a esto, me parece divertidísimo”. Es gente que siente ese impulso, de poner esa tontería, pero ya está.
Javier: Al final lo bonito es que sea por Masterchef, por un vídeo o un libro. La gente te conoce, se te acerca y a lo mejor simplemente te agradece el rato que le has hecho pasar en una semana de exámenes o agobiada por algo de la familia. Eso ya te compensa.
Andrea: Eso sí es verdad que es en nuestro ámbito. Javi habla de libros y de cultura en general, yo de cosas más frikis. Quizás las chicas que se dedican a belleza y estilo de vida, el 50% de los comentarios que reciben al día es para poner en cuestión lo que dicen y muchos haters, seguro. Pero porque a algunas personas, ver que a una mujer le va bien, y encima es mona, que tiene unos hijos monísimos…, les da algo al corazón y lo llevan muy mal, y como lo llevan mal, tienen que insultar. Si le hicieras esta pregunta a alguien que se dedique a belleza, la respuesta será muy diferente. Pero nosotros tenemos mucha, mucha suerte.
¿Creéis que el público en general sabe qué es ser influencer? ¿Se tiene claro el concepto?
Andrea: Pienso que es ignorancia, creo que es dedicarle tiempo a ver qué hace esa persona. Vuelvo a hacer referencia a Masterchef, que estoy todas las semanas con eso (risas). Igual que el que graba el programa, pone el sonido, edita, y luego hace las piezas para el anuncio de la tele, los episodios… Trabaja igual que yo, ¿entonces por qué esa persona tiene derecho a tener trabajo y yo no? Es un enrabietado porque tiene redes sociales y no entiende que hay algunos que trabajan de eso y él no. Pues porque es su pasión, le dedica tiempo, tiene creatividad… Hay mucha comunicación detrás de ello.
Javier: Y eso no quita que la gente que no se dedica a las redes no sea creativa o tenga un talento increíble. Pero creo que es más ignorancia, y también, en parte, de sorpresa de darse cuenta que hay gente que disfruta con lo que hace en su día a día y que está muy lejos de lo que siempre se ha concebido como trabajo habitual de la oficina, con horario cerrado… Y aunque no vayamos a la oficina ni tengamos ese horario cerrado, nos pasamos muchas horas delante del ordenador, editando, subiendo vídeos, contestando, creando comunidad… No le quito valor, ni de lejos, al revés admiro mucho a otras profesiones porque para eso están. Pero valoro mucho incluso las que no entiendo, no me atrevo, quizás por pudor de ignorancia, a meterme con otras profesiones que a primeras dices, “vaya ridiculez”. Pero que a poco que te pongas a investigar te das cuenta que hay mucho tiempo de trabajo, de formación, de luchar contra un montón de problemas. Al final es hasta qué punto quieres conocer eso o hasta qué punto quieres seguir metiéndote con eso. A veces es más cómodo gritarle a los demás en vez de gritarte a ti mismo que tienes que despertar y hacer cosas que te gusten.
¿Qué os gustaría que se consiguiera con Esencial?
Javier: Que lleguen los mensajes. Cuando hemos valorado los mensajes que hemos dejado en la novela, ha sido después de terminarla, es lo habitual. Nosotros queríamos contar las historias de estas chicas que se enfrentan a un mundo nuevo, y al final gracias a su amistad salen adelante y se descubren a sí mismas. Es algo muy ambiguo, pero cuando has terminado la historia, hay un montón de pequeños mensajes que nosotros ni siquiera nos hemos dado cuenta de que estaban ahí. Y llegan al lector en el momento en el que los lee, y tiene una perspectiva determinada cuando los está leyendo. Sobre todo quiero que la disfrute, que la comparta, y que si le lleva por el camino de luchar por querer ser uno mismo, ya estaré satisfecho ¡Y que admire mucho los dibujos! (risas). Que aunque los lea en 20 minutos, que le dedique una hora más a admirarlos.
Fotografía de portada de Andrea del Zapatero.