'Enrique Sánchez: “Presumo de tener unos padres que consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; se invierte”'

Lleva varios años “colándose” en nuestros hogares a través de la televisión. Enrique Sánchez se ha convertido en un rostro imprescindible gracias al programa Cómetelo, que emite Canal Sur TV. Hoy nos habla de la publicación de un nuevo libro, Los Postres de Cómetelo (Ediciones Alfar)el tercero que publica el referido programa.

Enrique Sánchez: “Presumo de tener unos padres que consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; se invierte”

Empezaste estudiando Medicina, pero finalmente decidiste dar un giro a tu vida para formarte en la Escuela de Hostelería de Sevilla, ¿cómo se puede explicar un cambio tan radical en cuanto a la vocación?

Realmente no hubo tanto cambio. De hecho, a veces me pregunto porqué empezaría a estudiar Medicina con lo que me ha gustado cocinar desde siempre.

Desde muy pequeño cocinaba en casa, ayudando a mis padres en la cocina. Recuerdo que mi rutina los fines de semana era acompañar a mis padres a la compra, cocinar con ellos por las mañanas y jugar por las tardes. La cocina ha sido desde siempre mi gran hobby. Así que cuando decidí dejar la carrera de Medicina, lo tuve claro: quise convertir mi gran afición en mi profesión.

¿De dónde nace tu pasión por la cocina?

De mis padres. En mi casa se ha cocinado siempre mucho y muy bien. Puedo presumir de tener unos padres que han considerado y consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; sino que se invierte.

Aún hoy toda la familia, con abuelos y nietos, sigue reuniéndose en torno a una mesa en la que la cocina y las buenas recetas son muy protagonistas.

¿Cuándo viste que podrías dedicarte profesionalmente a la cocina?

Me gustaba cocinar mucho, pero nunca lo había visto como una profesión. A principios de los 90 la figura de los cocineros no estaba tan reconocida ni valorada como ahora. Pero fue mi padre quien un día, después de dejar Medicina y mientras cocinaba con él, me sugirió convertir eso que tanto me gustaba en una forma de ganarme la vida. Y así lo hice.

La única condición que me puso mi padre fue la de formarme. Me dijo: “Si quieres ser cocinero… estudia para serlo, fórmate y aprende. Haz que las personas te respeten por lo que eres y sabes”.

Enrique Sánchez: “Presumo de tener unos padres que consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; se invierte”

Una compleja selección

Los Postres de Cómetelo es una extensión del programa que presentas en Canal Sur Televisión, ¿el escribir el libro ha sido por una petición de la audiencia o por tu deseo de perpetuar estas recetas en una obra como esta?

Los Postres de Cómetelo es el tercer libro que publicamos desde el programa, atendiendo a las muchísimas peticiones que recibimos de los espectadores. Aunque tenemos todas las recetas en el blog del programa, siempre nos piden que saquemos un libro donde tenerlas todas juntas; o al menos una representación de estas.

Ahora estamos trabajando en otro libro que me hace mucha ilusión y que recogerá las mejores recetas de guisos, legumbres, caldos, etc. que hemos cocinado en el programa. En definitiva: el buen cuchareo.

¿Cómo ha sido la selección de estos postres tras más de 1.800 emisiones del programa Cómetelo?

Pues no ha sido nada fácil. Afortunadamente está ahí para ayudarme siempre Juan Carlos Rivero, el director de Cómetelo, que es parte importantísima del programa y de estos libros. Entre los dos nos sentamos y vamos eligiendo y descartando recetas. Algo que honestamente nos cuesta mucho porque a todas las recetas les tenemos cariño.

En la contraportada se dice que este libro, Los Postres de Cómetelo, es una guía para que cada cual desarrolle en casa estos postres, ¿crees que todo el mundo tenemos la habilidad de poder elaborar buenos postres? ¿Cuánto hay en ello de esfuerzo y dedicación y cuánto de don natural?

En el mundo de los postres, como en muchas otras cosas de este mundo, puedes moverte desde lo más sencillo hasta lo más complicado. Pero no es el caso de este libro. Hemos hecho las recetas de toda la vida, con ingredientes de toda la vida y con la maquinaria y herramientas necesarias de toda la vida.

No hay que ser un maestro repostero. Todos tenemos un pequeño pastelero dentro; solo es cuestión de formarlo y guiarlo, de ponerse, tener cariño y ganas de cocinar de manera dulce. Con la práctica iremos mejorando, disfrutando y haciendo disfrutar a nuestros comensales.

Enrique Sánchez: “Presumo de tener unos padres que consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; se invierte”

Nueve años de Cómetelo

¿Piensas que al postre se le ha dado tradicionalmente menos importancia que a otros tipos de platos?

Pues en mi caso la respuesta es un NO rotundo. Entre otras cosas porque soy bastante goloso y siempre me gusta terminar con algo dulce. Aunque es cierto que en muchos lugares puedes comprobar como el ritual de la comida pierde fuerza cuando llega al postre. Hay que entender que muchas veces nos pasamos comiendo entradas o picando y llegamos saciados al final. Algo que afortunadamente está cambiando y cada vez los restaurantes notan cómo aumenta el consumo de estos.

El libro se fundamenta en la cocina andaluza. ¿Qué destacarías de ella?

La cocina andaluza tiene muchísimas virtudes: tradición, marinadas y adobos, frituras, recetario según los meses del año o temporadas y un largo etcétera. Pero por encima de todo yo destaco siempre sus materias primas… sus ingredientes. Andalucía tiene, con diferencia, la mejor despensa de la cocina mundial.

Llevas al frente de Cómetelo desde 2010, ¿qué te ha reportado el programa tras nueve años? ¿Cómo ha repercutido en tu manera de entender la cocina?

Al igual que Cómetelo, yo he ido evolucionando durante estos años y, por qué no decirlo, cambiando mi forma de entender la cocina.

Llevamos nueve años rescatando recetas, descubriendo ingredientes y cocinando aquello que se ha comido en esta tierra desde hace muchísimos años. Pero también  nuevas tendencias culinarias de Andalucía. Todo con un denominador común: el producto.

Cuanto más conozco la materia prima que nos da esta tierra, más valoro su cocina y el respeto a los ingredientes. Hacemos cocina de siempre con un único secreto: que no hay secretos.

Has recibido diversos reconocimientos internacionales por tu aportación a la cocina española, ¿qué significa para ti que tu trabajo sea valorado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras?

Realmente uno no cocina ni se pone el delantal todos los días pensando que le puedan dar premios. ¡Pero qué alegría te entra cuando te dan uno!

Los cocineros somos representantes de la despensa y de la cultura gastronómica de un lugar. Al reconocerlo a uno están reconociendo a tu tierra y a toda la gente que trabaja en la huerta, en el mar, en la sierra, en la granja o en los mercados (y muchos más) para que los cocineros podamos encender los fuegos y disfrutar cocinando.

Enrique Sánchez: “Presumo de tener unos padres que consideran que el tiempo empleado en la cocina no se pierde; se invierte”

Profesión y vocación

Todo los que empezamos en una profesión solemos fijarnos en otras personas a las que admiramos. ¿Quién ha sido tu mayor referente en el mundo de la cocina?

Mis referencias las he tenido siempre cerca. Sinceramente no he sido admirador de mediáticos cocineros a los que he querido imitar. Me han influido siempre las personas y compañeros que he tenido cerca.

Si tuviera que elegir uno entre todos los cocineros que he conocido, sería Josu Zubikarai. Él me enseñó muchísimo de cocina y, entre otras cosas, a respetar y admirar por igual una buena fresa o el mejor caviar.

¿Cuál es la mayor enseñanza que has aprendido en esta intensa trayectoria que vienes marcando desde que decidiste dedicarte a la cocina?

Curiosamente cuando vuelvo la vista atrás y veo los más de 20 años que llevo  cocinando, me doy cuenta que mi mejor aprendizaje en este mundo ha sido en valores y personas. Personas que han estado siempre ahí, otras que fallaron, otras que se fueron, otras que te sorprenden y te llaman desde otro continente el día de tu cumpleaños, grandes amigos y también decepciones.

Por encima de las recetas o técnicas culinarias, me quedo también con el aprendizaje de valores como la honradez, la humildad, el compañerismo, la perseverancia, la voluntad o el respeto.

Finalmente, ¿qué conclusión te gustaría que obtuvieran los lectores cuando accedan a tu libro y se pongan manos a la obra?

Que lo disfruten, que prueben, que cambien ingredientes, que adapten las recetas a sus gustos personales, que se atrevan, que no tengan miedo a probar, que presuman de sus elaboraciones, que las compartan con sus seres queridos… Pero sobre todo: ¡Qué sean muy felices; cuánto más… mejor!

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