Su novela Toda la verdad de mis mentiras es una de las últimas grandes sensaciones editoriales. Elísabet Benavent nos lleva a lo largo de un placentero viaje vital a plantearnos cuestiones relativas a la convivencia. Todas ellas partiendo de la verdad y sus consecuencias en las relaciones humanas. Sin duda, se trata de una propuesta que no podemos pasar por alto.
Toda la verdad de mis mentiras es tu libro número 19, ¿cómo te enfrentas a cada nuevo proyecto?
A veces surge a partir de los personajes, alrededor de los cuales empieza a girar una historia. Bien porque lo propicia su personalidad, o su profesión. En otras ocasiones es la misma historia la que te va pidiendo un tipo de personaje, y por ahí ya empiezas a rascar y a ir perfilándolos. Te haces preguntas sobre ellos, te creas tu propio mapa mental… Y a partir de ahí te metes a escribir. Muchas veces son ellos los que cogen el mando, intentas tener tu escaleta, pero hay una cosa muy bonita de escribir, que es cuando ya estás dentro del proyecto, la historia manda y tú eres una especie de médium. Esa parte es muy bonita.
¿Cómo ha sido el viaje junto a Coco y sus amigos?
Ha sido muy bonito porque además me lo he pasado muy bien. En mi anterior proyecto también me lo pasé muy bien, pero este, sin ser nada autobiográfico, ha sido muy personal. Recorrí con una autocaravana los mismos sitios por los que ellos viven su historia, lo viví con unos amigos. Hicieron parte del proyecto, porque repartí roles e interactuaban como los personajes unos ratitos al día. Y era casi como ver a los personajes hablar e interactuar entre ellos, y fue muy fácil trasladarlo luego al papel. Por lo que esta novela tiene muchas emociones propias: el olor del mar, esas tardes en la terraza con la copa de vino… Gracias a Dios nuestro viaje fue menos agitado, pero es un proyecto que he vivido con mucha emoción.
Dices que no es autobiográfico, ¿pero te has inspirado en alguna persona real o cercana a la hora de pasarlo al papel?
Hay un personaje que es amigo mío, y además es un papel muy bonito, porque es el personaje al que todos van a desahogarse. Contiene todos los secretos, y propicia ciertas situaciones porque cree que es lo mejor para el grupo, pero luego va tapando todos los secretos. Esa persona ha sido una gozada volcarla al papel, robarle un poco sus expresiones y hacer que sea él, que él mismo se pueda leer… Además ese papel tan bonito que desempeña en el grupo, un hombro en el que llorar, a quien le cuentas todo… Por esa parte sí, pero todos los demás han ido naciendo por la necesidad de la historia. Coco tenía que ser de una determinada manera, Marín tenía que ser de otra manera, necesitamos a un Gus muy pasional, cuyos poemas fueran el hilo conductor de la novela… Pero el personaje de Loren es real cien por cien.
Quizás Loren sea el personaje que más desapercibido pasa en un primer momento, porque la trama de Coco y Marín tiene toda nuestra atención. Pero sin embargo está presente en todas las historias y es quien une, como dices, al grupo. Todos van a buscarlo con sus problemas…
Es como el pegamento del grupo, pero a la misma vez es una persona que intenta no mediar. Da toda la libertad a sus amigos para que solucionen sus problemas. Para mí cumple el papel de mediador. Es un facilitador para la historia.
En la contraportada del libro se pregunta: “¿Puede mantenerse una amistad a pesar de las mentiras?”.
Creo que incluso las mentiras a veces son necesarias. Cuando la verdad no suma, es mejor obviarla. No digo tampoco mentir a cuerpo abierto (risas), pero pienso que cuando la verdad no suma, podemos vivir mejor sin saber. La amistad es otra manera de entender el amor, y tal y como en el amor no hace falta decirlo todo, en la amistad tampoco.
Coco dice en un momento: “Esta vez cargo con el peso de muchas cosas a mis espaldas y sé que la sinceridad, la verdad, no vale siempre y en cualquier formato, a pesar de lo que he aprendido sobre las mentiras”. Lo que me hizo pensar en si no les damos damos demasiada importancia a las verdades. ¿Está sobrevalorada la verdad?
Por ejemplo le daría más importancia a ser natural y honesto, que no es lo mismo que ser sincero, al menos para mí. En los matices hay una gran diferencia. Ser fiel a ti mismo y a los demás, y desde esa posición tapar ciertas verdades que solo van a hacer daño.
La historia se va desarrollando de manera muy natural. Podríamos decir que es la vida pura y dura. Se pasa de momentos muy divertidos a momentos más complicados, casi sin respiro.
Una de las cosas que tiene este género, que hace que el lector también empatice, y que me pasa a mí cuando estoy escribiendo, es que empatizo con los personajes cuando todo es más verosímil; es algo que podría pasar. Pegado a la naturalidad, a la vida de verdad, cómo reaccionamos a las personas. Muchas veces eso también hace difícil llegar a la idea que tú tienes de la historia, tienes que dar más vueltas. Creo que también es muy importante que los libros reflejen la vida que tenemos alrededor. Y sobre todo en este género, que está tan pegado a la actualidad y a la vida de verdad.
El lector puede llegar a tener cierto conflicto con los personajes. Al principio siente más predilección por unos, conforme avanza la narración, cambia a otros, luego vuelve a los del principio… Por no hablar de la identificación que puede crearse. Es importante crear este dilema entre el lector y lo que lee, ¿no?
Hace también que el lector forme parte de la historia. Y con los personajes pasa como cuando conoces a alguien, que quizás de primera no te entra, pero que cuando lo conoces te sorprendes porque no era como esperabas y ahora vas a piñón con él. Habla mucho de los amores platónicos, de idealizar a las parejas y a los amigos. De quitarle un poco de misterio a las cosas, al final todos somos humanos. Los hay que desde el principio dejan ver sus sombras y otros que las dejan ver poco a poco. Creo que al final es como la vida misma.
También pone de manifiesto que creemos que conocemos a la gente que nos rodea, y al final, realmente, no es así…
Y sin embargo yo no entiendo el amor sin ver la cara B. Todos damos unas luces y unas sombras. A Coco lo que le pasa es que parte al principio muy enamorada de una persona que existe pero no existe. Ella en Marín solo ve las luces, y cuando él enseña sus sombras, es cuando Coco se enamora de verdad. Entiende el amor, y lo entiende tan bien, que nos da una lección, a mí me la ha dado, cuando dice: “No, yo te quiero, pero me quiero yo más”. Cuando comprende de verdad el amor, es cuando toma esa decisión.
Me gusta cuando Coco dice eso, porque siempre andamos intentando agradar a los demás, pero nos olvidamos de querernos y de respetarnos a nosotros mismos. Y creo que es algo que debemos tener muy presente siempre.
Este es un viaje personal de Coco hacia ponerse en valor a sí misma. Ella está tan enamorada de ese amor platónico, ese ideal que se ha montado en la cabeza, que ella se ha olvidado. Todo lo piensa en función a Marín, y hasta que no para y dice “me tengo que querer bien yo”, esa relación estaba destinada a fracasar. Pero creo que ese es un viaje que tenemos que hacer todos en nuestras vidas, además no se termina jamás. Tenemos que aprender a querernos a nosotros mismos, a perdonarnos, a aceptarnos… Porque estamos constantemente cometiendo equivocaciones como humanos que somos. Pienso que es un viaje que desde que nos hacemos adultos nos damos más cuenta, y que no termina nunca.
Otro aspecto que destaca en Toda la verdad de mis mentiras es la playlist que vas construyendo a lo largo de sus páginas, ¿tenías pensado las canciones que ibas a añadir o era la historia la que las iba pidiendo?
Yo escribo con una lista de canciones, a la que le voy añadiendo temas a medida que van saliendo. En este caso también recuerdas una canción como la de Full (‘Será mejor’). Recordaba haberla escuchado y que hablaba de la mentira, de la verdad… La busque porque no la recordaba y la necesitaba para ese momento. Hay canciones que se cruzan en el momento que menos esperas, otras que ya tenías pensadas, otras que las estás escuchando en ese momento y que piensas que es la banda sonora perfecta. Para mí la música está muy pegada a la vida y a las emociones, por eso quiero que todos mis libros tengan su banda sonora, porque es también la que tenemos alrededor y cada uno irá añadiendo sus canciones.
Tras más de 1.900.000 ejemplares vendidos, ¿dónde crees que reside el éxito para poder conectar con tanta gente?
No tengo ni idea, si yo soy la primera sorprendida (risas). Por el feedback que tienes en firmas, no creo que sea un fuerte de estos libros, sino del género. Tienen como dos vertientes: beben del soñar, permiten que soñemos, que nos pongamos unos zapatos que no son los nuestros, vivir otras vidas que no son las nuestras, imaginar cómo sería o cómo no sería. Y también habla de sentirnos referenciados, habla de cosas con las que tenemos que lidiar todos los días. Pero insisto en que creo que es una fortaleza del género.
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.