Dulce hogar
(Pablo Rivero, 2023)
Muchas preguntas deja en el aire Pablo Rivero con su última novela, Dulce hogar (SUMA de letras/Penguin Random House). Preguntas que no logramos responder ni a pesar de leer completamente esta perturbadora y asfixiante historia que teje con la habilidad y parsimonia con la que una araña crea su propia tela. Una inquietante trama nos engulle poco a poco, sin prisas, como quien no quiere la cosa. Y cuando te das cuenta, el desasosiego domina tu mente, y alienta a tus dedos para que pases sus páginas con la rapidez de quien está deseoso por saber que viene detrás de cada una. Y decimos que las cuestiones que nos plantea no podemos responderlas porque el interior del ser humano es tan inaccesible, que ni nosotros mismos somos capaces de saber qué haríamos ante determinadas situaciones. Y es que el autor de No volveré a tener miedo, Penitencia, Las niñas que soñaban con ser vistas o La cría nos dibuja un escenario con variados personajes, cada uno con sus propios misterios y sus propios pecados capitales. Desde los soñadores de una vida mejor como Julia y Rubén hasta el siniestro Tiago, pasando por esos nuevos ricos como Javier y Vanesa, o los desdichados Laura, Cristina o Aníbal.
Dulce hogar es el regreso de Pablo Rivero con una novela que nos pone ante la belleza del buen vivir y la amargura del precio que muchas veces hay que pagar cuando pretendemos estar por encima de nuestras posibilidades. Cuando las falsas apariencias, el egoísmo, la ausencia de respeto hacia las normas establecidas o la propia naturaleza están por encima de cualquier otra cuestión en nuestra escala de valores.
Pablo Rivero se ha lucido con su quinta novela. Dulce hogar es capaz de poner en el escaparate al ser humano luciendo sus propias miserias, a la vez que genera un clima de auténtico terror con una narrativa ágil, resuelta, clara y embaucadora.
Sinopsis
Si juegas con fuego… Puedes arder. Maternidad, cultura del éxito, dinero fácil… ¿Hasta dónde llegarías por construir un hogar perfecto? ¿Existe el hogar perfecto?
Una urbanización de lujo a las afueras de la ciudad. Una ex azafata de vuelo dispuesta a todo por concebir un hijo. Un marido ausente, un vecindario inquietante… Y un atractivo joven que siempre la está observando.
Con un estilo preciso y eficaz, Pablo Rivero construye en Dulce hogar una historia perturbadora con una trama llena de aristas y unos personajes complejos que lo arriesgarán todo. Un thriller inquietante, una crónica social de denuncia sobre la presión hacia las mujeres y los hombres con temas como la maternidad, la cultura del éxito o la falsa felicidad. Una historia demoledora que profundiza además en el miedo, ese que nos obsesiona hasta el punto de convertirse en morbo y que a veces se convierte en terror. Sombría y pasional. Bienvenidos a Dulce hogar.
El autor
Pablo Rivero está licenciado en Comunicación Audiovisual. A su condición de actor unió hace unos años la de escritor. ¡Y qué escritor!
Conocido por interpretar a Toni Alcántara en la serie de TVE Cuéntame cómo pasó, a Pablo Rivero lo hemos podido ver en películas como De tu ventana a la mía, de Paula Ortiz; Proyecto tiempo, de Isabel Coixet; No me pidas que te bese porque te besaré, de Albert Espinosa; o La noche del hermano, de Santiago García de Leániz. En teatro ha participado en montajes como La caída de los dioses, dirigido por Tomaz Pandur; Los hijos se han dormido, de Daniel Veronese; El sirviente, por Mireia Gabilondo, las tres en el Teatro Español; o Fausto, también de Tomaz Pandur, para el CDN, entre otras.
Como novelista hizo su debut con No volveré a tener miedo, un domestic thriller que tuvo una gran acogida entre los lectores y la crítica. Penitencia, su segunda novela, nos adentra en el mundo de la interpretación y la industria que lo rodea, que él conoce muy bien, para dar profundidad a una envolvente trama de puro género. Las niñas que soñaban con ser vistas nos sumerge en una perturbadora historia repleta de intriga. La cría es su cuarta novela, con la que nos desvela los peligros del sharenting. Y ahora vuelve con la abrumadora Dulce hogar.
Fotografía de Romero de Luque