Cristian Schleu: “No es habitual en la literatura que dos cocineros colaboren en la investigación de un crimen”
El autor nos habla sobre 'Muerte en tres texturas'
Una de las dos primeras obras del nuevo sello editorial de Planeta, NdeNovela, es Muerte en tres texturas. Cristian Schleu debuta en este campo después de una relevante carrera profesional en el ámbito de la publicidad y de la cocina (en este caso con dos restaurantes que regentó). Lo primero que le viene a la cabeza al lector es que esta obra literaria del escritor barcelonés es algo diferente. Cocina y crímenes, los de un asesino en serie, se alían para dar forma a un intenso thriller del que es imposible despegarse.
Muerte en tres texturas. Para empezar, la portada del libro y el título ya son una invitación para adentrarnos en una trama que acaba atrapándote como lector. ¿Cuánto valor le has concedido a una presentación como esta?
Yo vengo del mundo de la publicidad y la portada es lo más marquetiniano, y la contraportada. Es esa parte que, quizás, menos la sinopsis, junto al título y la frase que va debajo de él, tiene una comunicación más persuasiva, más publicitaria. No es tan narrativa.
A mí en particular no me gusta leer la contraportada, ni incluso la sinopsis, hasta que acabo la lectura del libro. Prefiero mantener el suspense. ¿Cómo lo ves desde tu punto de vista como publicista?
Que es algo normal. Es cuestión de gustos. El otro día hubo alguien que también me hizo ese comentario. Y es verdad que una portada y un título ya deben sugerir lo suficiente como para empezar a leer la obra. Estoy muy contento con la portada de mi libro. Para mí la primera línea de la novela es la portada. Es la que te tiene que enganchar y llevar. Y en tu caso no, pero hay mucha gente que se engancha y cuando gira y lee la sinopsis, dice “pues qué original. Voy a leerlo”. Ello induce a la lectura.
Conociendo tu perfil profesional y formativo se deduce que eres una persona muy inquieta, que pasa de la publicidad a la hostelería, y de ahí a la escritura sin problema alguno. Te da igual que sean campos distintos. Actualmente, ¿dónde te encuentras? ¿Te planteas tras tu debut seguir como escritor?
(Risas). Si me lo piden, sí…
¿Cómo has aprovechado tus conocimientos en estos campos para crear Muerte en tres texturas?
Bueno. He aprendido mucho. Las comparaciones son odiosas pero son inevitables. Vengo del mundo de la publicidad, exceptuando los siete años que estuve como cocinero, pero me ha gustado el proceso hacia la escritura. Es un sueño. No es lo corriente lo que he vivido. Salir con NdeNovela como cabeza de cartel, junto con Lara Serodio, con mi primera novela es un sueño hecho realidad. Soy consciente de que no suele ser así. Justamente, por eso mismo, procuro vivir cada segundo de lo que me está sucediendo. No es otra cosa esto que hacer la promo del libro, explicarle a la gente de qué va, y gestionar un poco las redes sociales. Quiero saborear cada segundo. Es una responsabilidad salir con este sello porque ha confiado en mí. Y en cierto grado también es un poco de inconsciencia, porque quiero disfrutar en toda su medida lo que está pasando. Es todo muy difícil. Pero bienvenida esa inconsciencia porque es lo que me hace saborear el momento. Si estuviera tenso por la situación me saltaría cosas y no las disfrutaría.
Se ve que te encanta escribir…
Sí. Me gusta, me gusta mucho la escritura. Escribiendo esta novela me lo he pasado muy bien. Estoy muy agradecido a la publicidad pero ojalá me pudiera dedicar a la literatura, ojalá. Poco a poco.
Con Philippe y Tsu me gustó mucho la composición de Sherlock Holmes y Watson, de Don Quijote y Sancho Panza
Cristian Schleu
De momento has empezado con buen pie con Muerte en tres texturas. ¿Tu experiencia y formación en la hostelería, en la cocina, han sido decisivas para que el protagonista haya sido un cocinero relevante y la trama girara alrededor de ella?
Sí, sí. Gracias a los realities, dejando la parte propia de su naturaleza, la cocina se ha beneficiado. Ha entrado en muchas casas. Ha introducido términos desconocidos. Y una manera de afrontar la cocina. Antes éramos un país de comer, ahora somos de comer y de cocinar. Nos atrevemos a meternos en la cocina, a probar, a experimentar. Creo que estos programas han ayudado a todo esto. La terminología que uso en la novela a veces es técnica, pero también es necesaria. Y se entiende bien. He escrito con soltura y sin sentirme condicionado a la hora de usar algunas palabras porque ya son conocidas.
Philippe, es el protagonista de Muerte en tres texturas. Es un cocinero francés que reside en Londres, posee una estrella Michelin y regenta el restaurante The White Spoon. Tsu es su mano derecha, un joven japonés que se convierte en el contrapunto de su jefe. Dos formas de ser que se complementan perfectamente. Pero un crimen los saca de la zona de confort. ¿Cómo gestionas esta idea de verse ambos involucrados en la investigación que hace Scotland Yard? De hecho has creado el término Gastrothriller.
Philippe es un personaje enigmático. Pero, curiosamente, al principio el protagonista no iba a ser él, sino Tsu. Iba a ser uno u otro. No pensaba crear los dos. Me debatía entre un perfil o el otro. Y como me gustaban mucho ambos… Uno es cauto, con más miedos, como Philippe. Y el otro, Tsu, con otro tipo de vida, más expeditivo y aventurero, y nacido en plena era digital. Y me planteé unirlos. Pongo a los dos y, además, no será Tsu pero será Tsu. O sea, no será Tsu porque no lo veremos todo a través de sus ojos. Veremos a Tsu a través de los ojos de Philippe. Esto me interesaba más. Y por eso creé a los dos. Se complementan muy bien. Son antagonistas. Pero llega un momento en que parecen uno solo. Son dos apasionados de la cocina. En la vida, Philippe tiene más que perder que Tsu porque tiene muchos campos abiertos. Pero Tsu puede perder lo único que tiene, la cocina. Tsu es cocinero. Sale con su chaquetilla a la calle. Es un cocinero 24 horas al día y siete días a la semana. Me gustaba esta composición de Sherlock Holmes y Watson, de Don Quijote y Sancho Panza.
Y se tienen que enfrentar a un asesino en serie que utiliza a la cocina como instrumento clave…
Sí. Lo hacen porque no les queda otra. Reciben la visita del capitán de Scotland Yard, que justamente es el cuñado de Philippe, al que hace unos años que no ve. Ellos están en la elaboración del menú de degustación de su segunda estrella Michelin, y si ya tenían complicaciones para llevarlo a cabo, se les añade la investigación en un caso tan complicado como éste. La policía anda muy dispersa y perdida, sin ningún tipo de pista sobre el asesino, quien justamente se recrea y le da un toque gastronómico a sus crímenes. Por eso no tiene otra opción que acudir a los cocineros para que ellos aporten un poco de luz.
La cocina es un mundo de apertura mental total
Cristian Schleu
Las localizaciones son muy oportunas y están muy bien expuestas. Quienes conozcan algo, por ejemplo, de Londres, se podrán identificar perfectamente. Te has esmerado mucho en esto, ¿verdad?
Sí. Creo que es básico que el lector se ubique. Y tiene que saber en todo momento quién te habla y desde dónde te habla. Es verdad que estaba bastante obsesionado con esto. Londres es una ciudad que me encanta. Tiene un crisol de culturas a nivel gastronómico y de restauración muy rico. Desde paquistaníes hasta indios, pasando por chinos, japoneses, tailandeses, italianos, franceses… Se come bien allí. y justamente lo que plasma este crisol es un poco lo que existe en la gastronomía. Hay gente de todo el mundo trabajando en la cocina. He trabajado con gente de Bangladesh, de India, con japoneses, filipinos, italianos… La cocina es un mundo de apertura mental total. Y conoces culturas y cunas gastronómicas que te enriquecen muchísimo. Londres es un enclave perfecto por todo esto que digo y por el aura de misterio que respira por la literatura inglesa de misterio y de suspense, y por ser la cuna de Jack el Destripador. Inglaterra es el segundo país con más asesinos en serie.
¿El hecho de que en la investigación de los crímenes tengan un papel tan decisivo dos cocineros le dan a Muerte en tres texturas un carácter destacado de originalidad?
Bueno, evidentemente, hay ahí un poco de deformación profesional. Aparte de que siempre estoy buscando fuentes de inspiración, al unir mis dos grandes pasiones, la cocina y la escritura, sobre todo la novela negra, se da esta circunstancia. Un día iba en moto por Barcelona y al pasar por un restaurante famoso por hacer unos garbanzos espectaculares hubo un accidente. Una ambulancia socorría a una persona tumbada en el suelo, de la que solo le veía las piernas. Y a partir de ahí mi cabeza empezó a derivar en lo peor: fracturas, hemorragias, estómago abierto… Imaginé que esa persona podría haber salido de comer del restaurante y en su interior podrían estar los garbanzos acabados de ingerir. Y vi que ahí podría haber algo. Y me planteé ponerlo en un contexto policiaco, como punto de partida. Y como de sargentos, capitanes, inspectores ya se ha escrito mucho y muy bien en la literatura, opté porque la investigación la llevara un cocinero; no a nivel policial, sino para que él fuese los ojos. No es habitual en la literatura que dos cocineros colaboren en la investigación de un crimen. Y fue cuando me planteé si sería un cocinero o serían dos. Y nació así, con dos perfiles, el de Philippe y el de Tsu.