'Ayanta Barilli: “La línea conductora de Sí no amaneciera es el amor entre un padre y su hija”'

Ayanta Barilli: “La línea conductora de Sí no amaneciera es el amor entre un padre y su hija”

La escritora nos habla sobre 'Si no amaneciera'

Si no amaneciera es la nueva novela de la escritora Ayanta Barilli. Una obra dedicada a su padre y al padre de sus hijos.
Durante el confinamiento, Ayanta Barilli alternó la escritura de Una mujer y dos gatos con Si no amaneciera (Editorial Planeta). La primera, iniciada posteriormente, acabó siendo publicada antes. Desde hace un mes se puede disfrutar de Si no amaneciera, cuya aparición se produjo pocos días después del fallecimiento de su padre, Fernando Sánchez Dragó, a quien se la ha dedicado junto a Luis, el padre de sus hijos. En 2018 fue finalista del Premio Planeta con Un mar violeta oscuro. Muchas cosas han pasado desde entonces en su vida.
Si no amaneciera es una novela que cautiva y se cuela muy hondo porque en ella el lector puede identificarse, al tratar temas muy cercanos, como por ejemplo, la relación entre un padre y su hija, ¿verdad?

Claro. Yo escribo siempre intentando atrapar las emociones que a mí me suceden. Y estas son las mismas que las tuyas, o las de cualquiera de nosotros. Hay grandes temas y esta novela aborda uno universal, que es precisamente el de las relaciones de una hija con su padre. Y eso abarca un mundo entero. Empecé a escribir la novela porque sentí un pellizco en el corazón. Pensé que se avecinaba enfrentarme a la pérdida de mi padre, como de hecho ha ocurrido; justo al terminar el libro. Comencé a escribirlo con ese estado de ánimo y con la idea de regalárselo a él.

La pérdida de un padre supone un golpe emocional muy fuerte. No hablamos de cualquier cosa… Es llamativo que en Si no amaneciera se trata la relación entre una hija y su padre, cuando lo habitual es que sea la figura de una madre la que centre la atención. 

Yo creo que está cambiando todo muy rápidamente. Estos roles del padre, de la madre…,  por supuesto que madre no hay más que una, pero padre tampoco hay más de uno. Igual ahora hay un acercamiento al concepto de paternidad de nuevas generaciones completamente diferente al que teníamos. Y me apetecía mucho, y tienes razón en lo que dices, que se ha escrito muy poco sobre las relaciones paternas; es decir, entre padres e hijos. Y quería abordar este tema. Además, he tenido la mala suerte por un lado y la buena por otro de que a mí se me murió mi madre cuando yo tenía nueve años. Entonces, realmente, mi padre me acogió y me crió en sus brazos, y fue todo para mí, padre, madre, libro, gato… Fue un todo. Entonces quería verdaderamente entrar a fondo a través de una historia de ficción, porque así es, pero con una sensación que es totalmente autobiográfica, que pertenece a Ayanta, a mi persona, que es la de este amor de una hija hacia su padre. Y de todo lo que significa una paternidad vivida plenamente, como es el caso de Manuel, el personaje protagonista.

Ayanta Barilli: “La línea conductora de Sí no amaneciera es el amor entre un padre y su hija”

Fotografía de Andrea del Zapatero

Así rompes el tópico que establece que las relaciones de complicidad e intimidad sólo se dan con las madres y no con los padres… 

Es que creo que es una falacia. Evidentemente, en las familias hay relaciones de todo tipo, buenas, malas, regulares, con muchísimas aristas… Y son muy complejas pero muy hondas. No me lo creo. Me parece una mentira que realmente los padres se han mantenido siempre al margen. Habrán tenido más dificultades por cuestiones culturales y sociales, pero por supuesto que ha habido grandes relaciones entre hijos y padres, varones me refiero. 

En el caso de la novela, la relación entre Anita y Manuel es un tanto peculiar. Se aman pero mantienen un pulso constante. Incluso hasta última hora.

Sí. Hasta última hora, incluso. La línea conductora de la novela es el amor entre este padre y esta hija. Pero ella se encuentra en ese momento de impasse en el que nota que en el padre hay un desapego progresivo. En realidad, es algo que he observado mucho en mis mayores. Cuando ya se acerca el final de todo ese ciclo vital, vas abandonando cosas. Vas teniendo menos deseos. Te importan menos las cosas. Estás menos presente. Es como si uno fuera soltando lastre para irse, para volar a otro lado. Y eso desde el punto de vista del hijo o de la hija, de quien está todavía en la lucha de conseguir cosas, Anita lo ve como diciendo que ella está ahí, que vuelva él a ser el que fue. Y el padre ya está en otra. Eso lo he reconocido en mi vida y con preocupación, porque sé que es el principio del adiós. Por eso esta novela se desarrolla en 24 horas, que son una unidad de tiempo cualquiera, que podrían ser 100 años. Y que son de hecho 100 años, porque se cuenta un siglo de historia.

Cita textual:

Empecé a escribir la novela porque sentí un pellizco en el corazón; que se avecinaba enfrentarme a la pérdida de mi padre

Ayanta Barilli sobre el proceso de escritura de 'Si no amaneciera'
La novela es un extraordinario homenaje al cine.

Sí. Es otro de mis grandes amores. Soy una enamorada de la literatura y del cine. Me parecen vasos comunicantes. Igual que los escritores han influenciado mucho al cine con sus obras literarias, en este punto el Séptimo Arte, con su potencia y su fuerza, está influenciando a los escritores en su manera de escribir. De hecho, si uno se fija en las novelas de los últimos lustros, se utiliza una manera de contar que tiene que ver con el lenguaje de los guiones. Es decir, el flashback, que no se siga una cronología, esas idas y venidas en el tiempo, que da una sensación cinematográfica. Por eso, cuando lees una novela de ahora se dice, “se podría llevar al cine”. Bueno, es que el cine y la literatura están trenzados.

Parece que Si no amaneciera es una película dentro de una novela. Sólo falta escuchar la música de Cinema Paradiso mientras la lees.

(Risas). Sí. Tiene mucho de ese tipo de cine, de Cinema Paradiso. O el cine italiano en general. Soy medio española, medio italiana. Me he criado en Italia. De hecho, eso me empuja mucho en la manera de entender las cosas. Esa proliferación de personajes secundarios, que es muy del Neorrealismo italiano. Son personajes que tienen vida propia, y de los que se podría escribir un spin off. O la presencia de una serie de elementos que en principio son inanimados, como las zapatillas rojas de ballet o la muñeca Mu, o escenarios como el estadio de fútbol, o la casa de La Huerta, que es un personaje fundamental.

Ayanta Barilli: “La línea conductora de Sí no amaneciera es el amor entre un padre y su hija”
Ayanta Barilli: “La línea conductora de Sí no amaneciera es el amor entre un padre y su hija”

Fotografías de Andrea del Zapatero

En relación con los personajes secundarios, es verdad que tienen mucha fuerza. Incluso, Manuel vive rodeado de un grupo de mujeres que lo marcan, como su madre, Lila, o Clarita, o su propia hija, Anita, o Ingrid…

Es un gineceo. Él se cría con su madre, sin padre. Y acaba viviendo entre mujeres. Los personajes secundarios me divierten muchísimo. A menudo tienes una idea de los protagonistas, pero no de toda la fauna que hay alrededor. Estos personajes van apareciendo. Y ese proceso de creación en directo es muy curioso. De pronto el tío Clito es un zapatero viejito…, al que yo he visto en algún lugar. Podría ser un zapatero que trabaja en una zapatería cerca de mi casa. Y de pronto le observo y se cuela en la novela. Lo contrato sin que lo sepa (risas). Es curioso cómo van apareciendo. La presencia de Ingrid, que es un personaje secundario pero principal, no estaba prevista. De hecho, era una camarera que aparecía sin nombre y de pronto adquiere un mayor protagonismo. Y creía que no iba a aparecer más. Son personajes que cobran vida y van queriendo más espacio y acaban por tener más que cualquier personaje secundario.

Lila y Mariavalda son personajes que sufren los efectos de la guerra con la pérdida de familiares. La primera con la Guerra Civil Española y la segunda con la II Guerra Mundial. Viven esperando lo que nunca va a volver.

Es un drama que se repite históricamente. En las guerras hay desaparecidos. Son heridas que se quedan abiertas. Al desaparecido lo esperas siempre. Y aquí hay varios. Hay hijos, padres, maridos… que ya no tienen ni nombre. En España hay muchas familias con desaparecidos. En la mía hay un desaparecido, mi abuelo. Se le esperó, se le esperó… y nunca jamás volvió. Y eso es un agujero en el alma.

Cita textual:

La línea conductora de la novela es el amor entre un padre y su hija

Ayanta Barilli sobre 'Si no amaneciera'
Escribiste Si no amaneciera a la vez que Una mujer y dos gatos, durante el confinamiento…

La etapa de confinamiento y post confinamiento la acabé escribiendo dos libros. Si no amaneciera lo escribía por la mañana y Una mujer y dos gatos por la noche. Fue curioso para mí este experimento. Acabé Una mujer y dos gatos y seguí escribiendo Si no amaneciera, que es más largo, mientras publiqué el anterior. Son dos libros que no tienen nada que ver, ni en el estilo ni en su concepto, ni en la estructura. Por la mañana era una escribiendo Si no amaneciera y por la tarde otra con Una mujer y dos gatos

Casi al final de la novela te das cuenta de por qué el título Si no amaneciera

Sí, y al mismo tiempo que lo descubre el lector, lo fue descubriendo la escritora. Porque hice camino al andar. Me costó entender la escritura. Me di cuenta de que eran 24 horas cuando ya llevaba media novela. No lo había pensado anteriormente. Empecé a escribir y llega un momento a la mitad en que me di cuenta… A veces es así. Es remover un caldero mágico. A menudo escribes al dictado. Es como si el libro ya estuviera escrito. Aunque cuesta mucho trabajo escribirlo. Pero realmente está ya. Tienes que ponerte a pico y pala para sacarlo. Es algo que está dentro de ti. Tienes que ponerte a trabajar para que salga. Y en ese momento que apuntas apareció el título, Si no amaneciera, y es igual que el de una película de Charles Boyer y Olivia de Havilland. Siendo muy aficionada al cine no la había visto. Y pensé que la novela tenía que llamarse así. Y fue como un flechazo. Encontrar el título de una novela es muy difícil. Y apareció con tal fuerza, me gustó tanto que busqué si ya existía y comprobé que era el de esta película, que no tiene nada que ver con la novela. Me encantó por la sincronía, porque es un libro en el que se hace un trabajo sobre el cine y Manuel está viviendo su propia película, y yo como escritora estoy haciendo literatura sobre el cine. Que hubiera una película llamada así lo entendí como un buen augurio. 

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