Ha fallecido a los 78 años de edad. La actriz Rosa María Sardà ha concluido su etapa vital causando consternación, principalmente, en el ámbito cultural y en el de la comunicación. Profesional polivalente, hizo cine, televisión, teatro y hasta fue presentadora. 

«Abrió caminos. Todos aprendimos de ella», se ha llegado a decir sobre su persona. Una mujer luchadora que quiso disfrutar con su trabajo pero que siempre optó por situarse en un plano anónimo de la sociedad. Huyó de la fama que le concedió la popularidad propia de su actividad profesional, y así, en paz y alejada del ruido, ha dicho adiós.

Personalidades de la cultura, la comunicación y la política la despiden hoy en olor de multitudes; sí, a pesar de su deseo de pasar inadvertida. Pero su carisma y popularidad la han hecho una persona querida y apreciada.

«Un referente, con el teatro y la comedia en las venas», ha manifestado Andreu Buenafuente. «Querida Rosa. Qué pena que te vayas. Cuánto reímos, y cuánto aprendimos de tu inmenso talento. Qué mujer especial y brillante fuiste. !Hasta Siempre!», ha escrito en redes Javier Cámara.

Así, muchas han sido las alabanzas recibidas desde la sociedad española. Se  ha coincidido unánimemente en destacar la personalidad y la profesionalidad de la artista fallecida, incluso del ámbito de la política, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha destacado su «compromiso social», calificándola como «una de las actrices más queridas y memorables de España», o la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, quien ha reconocido su consternación, a la vez que ha resaltado que «me hacía reír tanto… Siempre he admirado su fuerza, su compromiso y su inconmensurable talento». 

Fotografía de portada de Vanessa Montero