«Yo recibí esta novela (Martin Eden) de mi guionista (Maurizio Braucci) cuando tenía 20 años, y fue como un regalo». Así comienza su alocución Pietro Marcello, un realizador italiano, natural de Caserta (2 de julio de 1976), que presentó el pasado 2 de septiembre en el Festival de Cine de Venecia su película Martin Eden. Durante estos días ha estado en Sevilla continuando su promoción.

Al comienzo, Pietro Marcello se refiere a la novela que escribiera Jack London a principios del siglo pasado (1909), Martin Eden, y que ha sido adaptada al cine por él mismo y el mencionado Maurizio Braucci, a quien considera «como un hermano». Se trata de una nueva adaptación a la gran pantalla de este clásico de la literatura universal.
No obstante, Pietro Marcello advierte que «no somos fanáticos del proceso de la transposición de una novela al cine, de pasarla a una película». Ello obedece a su escepticismo en cuanto a los buenos resultados que este proceso pueda generar, incluso cuando se trata de una gran obra como Martin Eden. «Creemos que la escritura es una obra incompleta en el cine porque hay que trasladarla a la película. Ha habido en la historia del cine guiones que parecían funcionar, que eran buenas obras escritas y que luego no han sido buenas películas», afirma.

Aun así, el de Caserta no tuvo inconvenientes a la hora de participar en la producción de esta adaptación de la novela de Jack London junto a Beppe Caschetto, Thomas Ordonneau, Michael Weber y Viola Fügen, así como de dirigir el filme. Aunque hay que subrayar que hablamos de una libre adaptación la que ha realizado el equipo de este Martin Eden que nos llega ahora. Ello ha sido posible a la experiencia de Pietro Marcello con el género documental. «Es difícil ser productor y autor», comenta, pero «eso me dejó la libertad -prosigue- de hacer un cine más popular con un cine experimental, gracias, también, al documental: la costumbre de enfrentarme a lo imprevisible y conseguir solucionar los problemas a los que te encuentras en el set».
Una historia universal
Martin Eden es una película dramática de romance histórico italiano-francés. Fue seleccionada para el León de Oro en el 76º Festival Internacional de Cine de Venecia, donde Luca Marinelli obtuvo la Copa Volpi al Mejor Actor. La novela de Jack London está ambientada en 1909 en Auckland, Estados Unidos. Pero Pietro Marcello ofrece su visión sobre el mito Martin Eden y sobre lo que esta novela supone como patrimonio de la humanidad. «No soy americano», aclara. «No conozco la cultura americana -continúa-. No tenemos su literatura… pero tenemos a Pasolini, tenemos el Mediterráneo. No es el Atlántico, no es el Pacífico… Y para mí la manera mejor era trasladar a Martin Eden al Sur, a Nápoles. Y creo que Martin Eden es una historia universal que se puede adaptar a cualquier lugar». Y es que para el realizador italiano, la obra de London es «el rescate de una cultura, y mi deseo era cruzar el siglo XX y traer la historia a mi tierra».

Por este motivo considera que Martin Eden es «una evolución natural de mi cine». Reconoce que para su producción tenía un gran presupuesto que necesitaba gestionarlo, y cree que esta película la ha rodado igual que el resto de su obra. «Ya que soy operador de cámara», explica, «también controlo lo que hago y a veces evitaba cámaras para darle más ritmo a la producción, más velocidad, y también a la edición, la parte más noble de la película». Para el director de Caserta, «Martin Eden está en todas partes; es un personaje que va de un lado a otro en busca de su fortuna personal». Al final de todo «es un arquetipo», concluye.
El reparto
En el elenco de actores de Martin Eden están, además del referido Luca Marinelli, Carlo Cecchi, Jessica Cressy, Vincenzo Nemolato, Marco Leonardi, Denise Sardisco o Carmen Pommella. Sobre el actor principal del filme, Pietro Marcello comenta que «pensé en Luca Marinelli desde el principio, desde que escribí el guion». Ello lo fundamenta en el hecho de que «necesitaba un actor sólido, capaz de cruzar esta parábola». «Con Luca fue un trabajo más introspectivo, de traerlo a mi mundo«, aclara. La sincronización entre dirección y actor fue perfecta, hasta el punto de que «no necesité decirle nada; fue más una relación moral. Él no es un maniquí. Era importante llevarlo a mi mundo».
Pietro Marcello concluye que cuando se publicó Martin Eden fue «una profecía del siglo XX. Podemos pensar que es una figura ingenua, que traiciona a la clase social a la que pertenece y acaba siendo víctima de su individualismo y de su desilusión. Por eso no es un héroe positivo, sino negativo».
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.