Con el recuerdo emotivo de la figura de la presidenta de la Academia de Cine, Yvonne Blake, ausente por motivos de salud, de sobras conocidos, Mariano Barroso, en su calidad de vicepresidente primero, y Nora Navas, en la de vicepresidenta segunda, ofrecieron un buen y moderado discurso en el que sin perder el espíritu reivindicativo de la Academia, loaron al maravilloso mundo del cine y a los muchos profesionales que trabajan alrededor del mismo, no solo como actores o actrices, sino en disciplinas como el montaje, los efectos especiales, el sonido, la dirección, la distribución, etc. Solicitaron el apoyo de las instituciones públicas y políticas, abogaron por una comunicación, últimamente perdida entre las personas, para un mejor y mayor entendimiento, y apostaron por la igualdad de género, la diversidad y el respeto a una manifestación artística muy necesaria en la sociedad, el cine. A continuación, Gatrópolis les ofrece a sus lectores este emotivo y sincero discurso, quizás, lo mejor de la noche de los Premios Goya 2018.
Mariano Barroso, Vicepresidente Primero de la Academia de Cine: “Somos el cine español, una parte de nuestra sociedad, con sus miserias y con sus virtudes”
“Queridos compañeros, amigos, queridas y queridos espectadores. Nora y yo no deberíamos estar hoy aquí sin Yvonne Blake, nuestra presidenta, que está convaleciente. Vamos a hablar en su nombre, aunque no sé si vamos a ser capaces de imitar su acento. Yvonne Blake no solo es presidenta de la Academia de Cine. Representa muchas cosas más: El trabajo minucioso. El trabajo anónimo. El trabajo en la sombra. El reconocimiento internacional. Hay cientos, miles de ‘Yvonne Blakes’ en el cine español. Miles de personas que trabajan en silencio, delante y detrás de las cámaras, sin que ustedes los conozcan. Trabajadores y estudiantes que dan lo mejor de sí mismos, y que no quieren otra cosa que vivir dignamente de su profesión. Exactamente igual que los médicos, profesores, albañiles, jueces o cualquier profesional que contribuye a sostener y potenciar la economía y el desarrollo de nuestro país.
Somos el cine español, una parte de nuestra sociedad, con sus miserias y con sus virtudes. Entre nosotros hay gente de todas las tendencias ideológicas, políticas y sociales. Como todo el mundo, disfrutamos del éxito y aprendemos del fracaso.
Nuestro idioma es el encuentro. Porque juntos somos más. En estos tiempos, en que resulta difícil comunicarse de manera honesta y directa, buscar el encuentro parece extraño. Lo vemos cada día en los periódicos y en los medios, en el lenguaje de nuestros representantes políticos. El desencuentro parece ser la esencia de la comunicación ahora. Pero ese no es el lenguaje del cine. Quienes hacemos películas nos ponemos de acuerdo para perseguir un sueño común.
Este año nuestras películas cuentan historias de personas que no pueden hablar. Pero que probablemente son las personas a quienes más deberíamos escuchar. Esa adolescente de Verónica, paralizada por el miedo a crecer. Ese gigante con corazón de niño de Handia. Esa niña de Verano 1993 que descubre que la muerte es parte de la vida. Ese ‘hombre cualquiera’ de El autor, que no puede vivir sin su pulsión creativa. O esa mujer empeñada en mantener La librería a cualquier precio, a pesar de tenerlo todo en contra. Qué sería de todos ellos si no les diéramos la oportunidad de hablar en una película? Para eso sirve nuestro cine. Para que hablen quienes no tienen voz”.
Palabras de Mariano Barroso y Nora Navas, de la Junta Directiva de la Academia de Cine. pic.twitter.com/iQ6lKwE0de
— Premios Goya (@PremiosGoya) 3 de febrero de 2018
Nora Navas, Vicepresidenta Segunda de la Academia de Cine: “Aquí seguimos, aquí sigue la industria del cine generando riqueza para el Estado”
“Para eso se inventó el cine. No solo se inventó como industria o como negocio. Pero también somos negocio. Un buen negocio. Aquí seguimos un año más –y ya van cuatro–, pasando la barrera de los 100 millones de euros de recaudación, solo con las producciones españolas. Con una recaudación global en nuestras salas en torno a los 600 millones.
Aquí seguimos, aquí sigue la industria del cine generando riqueza para el Estado, recaudando bastante más dinero del que recibe. Y también sigue ahí el IVA, al 21% a pesar de las promesas y anuncios oficiales de que bajaría. La bajada del IVA será una bajada en los precios de las entradas que pagan los espectadores. Somos un colectivo que no quiere llorar y no quiere ningún privilegio. Solo quiere lo que es suyo. Como cualquier otro colectivo.
En estos meses en que tanto se debate sobre el acoso, la desigualdad salarial y el papel de la mujer en la sociedad, desde la Academia reivindicamos a nuestras cineastas y damos un paso hacia adelante por la equidad. Desde hoy y para siempre la Academia de Cine va a ser una referencia en términos de igualdad, respeto y oportunidad. Queremos transmitir a esos y esas adolescentes que hoy van al cine y sueñan con dedicarse a este oficio que no hay límites. Y que no basta con ponerse delante de una cámara. Que también necesitamos directoras, montadoras, guionistas, sonidistas, directoras de fotografía, scripts, compositoras… en igualdad de número que los hombres.
La mayoría de la gente recuerda un premio Oscar cuando lo gana un actor. Pero muy pocos conocen el que ganó Yvonne Blake por vestir a los personajes que tanto nos emocionaron. Por eso queremos demostrar a todas las personas, hombres y mujeres que quieran dedicarse al cine, que la Academia defiende la igualdad profesional de oportunidades. Solo así haremos que nuestra industria deje de perder el talento que aportan las mujeres para llegar más lejos.
Y nadie tiene que sentirse incómodo porque eso ocurra. Porque derrotando la superioridad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos. Todas, juntas.
Este año hemos hecho cine en castellano, cine en catalán, en euskera, en gallego, cine en inglés. Hemos mezclado géneros, nos deshacemos de complejos. El cine español se renueva, como se renueva la Academia. Este año se han incorporado casi 300 nuevos miembros. Nuevas y nuevos directores, actores, productores, un nuevo plantel de cineastas que conecta con nuestro público.
Hemos ido a la raíz: hemos puesto en marcha la integración del cine en el sistema educativo, a través del proyecto ‘Cine y Educación’ y del Portal Educativo del Cine Español.
Nos queda mucho por hacer, mucho por conseguir, pero sabemos cuál es el camino. A dónde queremos llegar. Y no vamos a rendirnos porque somos muchos, muy tozudos y muy resistentes. Y no nos cansamos de soñar. Muchas gracias”.