Según informa la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España a través de un comunicado de prensa, Esperanza Roy y Javier Aguirre han sido reconocidos con la Medalla de Oro de la institución. La junta directiva de la misma ha decidido conceder este galardón a dos miembros del sector cinematográfico con muchos años de oficio: la actriz madrileña Esperanza Roy y el cineasta, guionista, productor y director de fotografía vasco Javier Aguirre.
«Me hace muy feliz la Medalla al lado de Javier. Estoy encantada de haberme dedicado a esta profesión de la que he gozado muchísimo y de la que me retiré voluntariamente. Es como un regalo que no esperas que me ha dado la familia del cine», declaró la actriz minutos después de conocer la noticia.
Esperanza Roy ha trabajado en todos los géneros. Desde comedias costumbristas a películas de terror, pasando por obras dramáticas, clásicos y teatro de revista. Con más de 60 películas, varias series de televisión y numerosas funciones de teatro, tiene una de las trayectorias más singulares del cine y la escena española –sus inicios se enmarcan en el ballet, y sus primeros pasos profesionales en el mundo del flamenco, de donde pasó a la revista musical y fue primera vedette–. En 1967 protagonizó una de las primeras película que produjo Elías Querejeta, Si volvemos a vernos, dirigida por Francisco Regueiro, y comenzó su relación con el cine.
Ha rodado, entre otros, con Manolo Summers, José María Forqué, Pedro Lazaga, Antonio Giménez Rico, Carlos Saura, Rafael Gil, Jess Franco, Mariano Ozores, Eloy de la Iglesia, Pedro Masó, José Luis García Sánchez, Dunia Ayaso, Félix Sabroso y Javier Aguirre, su pareja, a cuyas órdenes interpretó Carne apaleada, Vida perra, La monja alférez y Medea 2.
Esta versátil intérprete estrenó por primera vez en España la obra de Darío Fo, Aquí no paga nadie, y protagonizó las dos entregas del musical Por la calle de Alcalá y joyas del teatro clásico como La malquerida, Ítaca y La rebelión de las mujeres.
Javier Aguirre, polifacético
Autor de un cine personal y poco habitual, y también de un cine comercial con varios éxitos de taquilla, Javier Aguirre comenzó a principios de los 60 con cortos experimentales y de vanguardia que fueron premiados en festivales –Pasajes tres (lo viejo, lo nuevo y más) ganó la Concha de Oro al mejor cortometraje del Festival de San Sebastián–.
Realizador, guionista, productor y director de fotografía, al cineasta donostiarra siempre le ha interesado el «anticine», según su propia definición, e indagar en el lenguaje. En su ecléctica filmografía, que supera los 80 títulos, figuran Una vez al año ser hippy no hace daño, Pierna creciente, falda menguante, Soltera y madre en la vida, De profesión sus labores, Esposa de día, amante de noche, En busca del huevo perdido; películas con Los Bravos, Raphael, María Jesús y su acordeón, el grupo Parchís y Martes y Trece; el monólogo Vida perra; y Variaciones 1/113,que reproduce 113 veces, con ligeras alteraciones, el beso entre Javier Bardem e Inés Sastre.
Protagonista de (aguirre), de Antonio Peláez Barceló, documental que se presentó en el Festival de Málaga, su último trabajo estrenado es Sol, trabajo sobre la madrileña Puerta del Sol rodado en dos épocas –de 1967 a 1970 en blanco y negro, y la contemporánea filmada entre 2005 y 2009 en color–.
Es la segunda vez, desde la creación de la Medalla de Oro, que se reconoce conjuntamente a dos profesionales de nuestro cine –en 2015 este premio fue para Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego–.