La 43ª edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva ha llegado a su fin, pero durante su última jornada, ayer 17 de noviembre, se celebró dentro del marco del certamen un encuentro entre creadoras iberoamericanas organizado por la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA).
«Un foro que tiene como objetivo compartir experiencias con cineastas iberoamericanas y andaluzas, una ocasión única abierta al público para conocer otras cinematografías de creadoras invitadas en el Festival«, apuntan fuentes oficiales del evento. Esta interesante propuesta estuvo conducida por la periodista y productora Inés Romero. Y contó con la participación de profesionales de diversos campos del audiovisual, como Lucía Carreras, directora del film Tamara y la Catarina, y presidenta del Jurado Oficial de la edición del festival que acaba de finalizar; Desiree Reyes, productora de Luis, película que ha participado este año en Huelva en Sección Oficial Fuera de Concurso; Alicia Albares, directora del corto Madres de Luna, por el que ayer se alzó con la Carabela de Plata; Macarena Astorga, directora del corto Marta no viene a cenar; María Barragán, directora del corto, La mujer del espejo; y las actrices Assumpta Serna, que actualmente combina su pasión por la actuación con la docencia en la escuela internacional de cine y tv que fundó en 1999; y Luichi Macías, a la que hemos visto en cintas como La voz dormida o Toro, y que recientemente ha participado en La Peste, serie que se estrenará en 2018.
Reyes, de República Dominicana, y Carreras, de México, compartieron con los asistentes la situación actual que se vive en sus países de origen en cuanto al género en el sector audiovisual. La productora recalcó que «que ahora es un momento maravilloso en Dominicana porque se han conjugado varias cosas que permiten a las mujeres como a los hombres participar en la industria que están haciendo desde el trabajo y el talento«. Además apuntó que «no trabajamos desde una diferencia de género, simplemente trabajamos». Y anima a sus compatriotas mujeres a que formaran parte de ello. Por su lado, la directora y presidenta del jurado oficial del certamen, Lucía Carreras, ha destacado que la situación en México está mejorando bastante en este sentido, a pesar de ser un país muy machista. A esto piensa que ha ayudado el que «la cultura se haya hecho desde el ámbito de la mujer«. En los últimos años muchas han ocupado puestos importantes de dirección en las distintas organizaciones y empresas del sector. Aunque señala que todavía queda bastante trabajo por hacer, ya que en las ayudas para el desarrollo de proyectos y los premios recibidos existe aún una relevante brecha entre hombres y mujeres.
La guionista y directora madrileña, Alicia Albares, hizo hincapié en el poco número de mujeres que hay presentes en festivales, sobre todo en los más importantes y en secciones oficiales. «Incluso festivales de renombre en España, que se dan a lo mejor cuenta cuando ya han hecho la sección oficial de que todos son hombres, y hacen una sección de «ellas crean». Una sección paralela sin premios, donde nos meten a todas, una especie de cajón de sastre. Y eso no es«, sentenciaba al respecto. Hacía un llamamiento a la eliminación de etiquetas en relación con el llamado «cine femenino«. «Evidentemente, por ser mujeres tenemos una visión diferente, pero eso no significa que hagamos un cine para mujeres. Podemos dirigir terror, thriller, gore… Podemos hacer todo tipo de cine, se nos tiene que dejar«. Ponía como ejemplo a la realizadora Patty Jenkins, encargada de llevar este año a la gran pantalla a Wonder Woman. «Es una película mainstream, que llega a todo el mundo, que llega a niños, y transmite valores, y al final crea cultura«. Y también a Kathryn Bigelow como la única directora de la historia del cine en haber ganado un premio Oscar. «Es como que está todo oculto. Individualmente no sufrimos discriminación, pero evidentemente la hay. Y es a donde había que llegar«.
«He buscado el porqué, la explicación, sobre todo desde lo que a mí me había pasado, había vivido y sentido. En estas 115 películas, en estas 50 series de televisión, en más de 14 países trabajados… Esa búsqueda por el cine ideal, por el personaje ideal, por el equipo ideal… es absoluta fantasía«, respondía Assumpta Serna al ser preguntada por la problemática que sufren muchas actrices al llegar a cierta edad, por parte de productores. Habló de un momento crucial en la vida de todo ser humano, en el que aparecen muchos interrogantes, y surge una introspección en uno mismo para saber qué quiere aportar a la sociedad en ese instante para poder continuar. De esta búsqueda y de la necesidad de compartir con los demás lo adquirido en su trayectoria, nació en 1999, su escuela de interpretación (Escuela de Cine. Assumpta Serna). «Busqué el camino de la formación, porque me parecía bueno decir estos valores, de transparencia, de integración, de absoluta igualdad, a mis alumnos. Porque me parecía una herramienta para hacer un cine diferente, un cine mejor. Donde desde el proceso fuera ético, cosa que no había encontrado«.