Alegría tristeza, la película de Ibon Cormenzana ha sido presentada en el 15 Festival de Cine Europeo de Sevilla, y ha tenido un brillante preestreno en el Teatro Lope de Vega.
Según la clínica médica, la alexitimia designa la incapacidad de hacer corresponder las acciones con las emociones, así como también otras características sintomáticas que se asocian a ella. El drama personal que vive Marcos, interpretado por Roberto Álamo, viene provocado por un estrés postraumático que sufre como consecuencia de un impactante accidente ocurrido en su familia. La alexitimia es el hilo conductor de las acciones del protagonista.
En este sentido, Ibon Cormenzana explica que “aunque no esté reconocido, se dice que la alexitimia afecta al diez por ciento de la población”. “En su día, después de producir durante tiempo, en mi última película hace once años me nacieron todos los miedos a dirigir, en cuanto a saber si era realmente bueno, si mis trabajos no iban realmente bien en taquilla… Me dediqué a producir, y en estos diez años me han pasado cosas en la vida, buenas y malas, que dieron lugar a que en un momento determinado naciera la necesidad de quitarme estos miedos. También como buen vasco, me cuesta mucho transmitir mis emociones, y tenía la inquietud de expresar cosas que llevaba dentro”, aclara sobre el origen de Alegría tristeza. Por eso, utilizó el cine como herramienta para “a través de un personaje incapaz de transmitir sus emociones, conseguir emocionar al público”.
Marcos Huguet
Roberto Álamo comenta sobre su papel en Alegría tristeza que “me reconozco como alguien bastante blandito por dentro, bastante emocional, con lo cual este era un reto importante”. Así, entiende que “parte de la empatía que el espectador pueda sentir con el personaje tiene que ver conmigo, como actor, pero también con los compañeros y el director, porque toda la empatía que le falta a él, la ponen ellos, el psiquiatra, mi hija, la psicóloga… La mirada hacia el personaje de Marcos es lo que llega a emocionar”.
Andrés Gertrudix interpreta el papel de un interno del centro de salud mental. Un papel notablemente complejo, porque como él mismo reconoce, parte del deseo de querer hacerlo desde “el máximo rigor. Mi intención no era otra que expresar realmente aquello por lo que pasan estas personas, buscar los síntomas de la patología, y a partir de ahí, crear. Mi personaje es el antagonista del personaje de Roberto”. “Cuando haces un personaje tan extremo -prosigue- eres consciente de que por muy contento que te quedes con el resultado, es algo muy subjetivo, porque todos tenemos unas ideas muy diferentes de la enfermedad”. Para meterse mejor en su interpretación admite que “trabajamos con alguien que era bipolar y tenía trazas de esquizofrenia, por lo que intentamos ser lo más fieles al problema”.
Conflicto profesional
Manuela Vellés es una joven psicóloga que se sumerge intensamente en el caso de Marcos, hasta el punto de enfrentarse a su jefe por disparidad de criterios a la hora de encararlo. La actriz reconoce que situaciones como las vividas por su personaje le son conocidas. “Ese conflicto me resulta muy cercano, como mujer joven. Me imaginaba a un profesor mayor y cómo asomar la cabeza para ser escuchada. Mi personaje tiene criterios distintos, por formación, por edad… y personalmente me he encontrado con situaciones así”. En cuanto a su papel, reconoce que es reconfortante, ya que “es un personaje bonito, porque le brinda su ayuda a alguien que no puede expresar sus emociones”. Su superior está encarnado por el siempre eficaz Pedro Casablanc, quien afirma que “entre nosotros existe un enfrentamiento de poder entre jefe y subordinada”. Incluso, en su caso, “también con problemas emocionales y carencias para transmitir”, concluye.
Pero entre tantos artistas consagrados hay que destacar la impactante actuación de la niña Claudia Placer en el papel de Lola, la sufrida hija de Marcos Huguet. “Mi personaje es el de una niña luchadora, que confía mucho en sí misma y está toda la película peleando para conseguir que su padre sienta”. Aprovecha para agradecer el apoyo recibido de su director, Ibon Cormenzana. “Desde el casting me ayudó mucho. Disfruté mucho haciéndolo y me puse muy contenta cuando me cogió”. En cuanto a las dificultades de su papel explica que “consiguió entrar muy bien en el personaje, de manera rápida”, admitiendo que “he aprendido mucho en este rodaje y con mis compañeros”. “Ha sido una experiencia única”, concluye.
En definitiva, Alegría tristeza, por su temática y su capacidad para atrapar al espectador, va a ser una de las grandes novedades de la temporada en el cine español. De momento, en el Festival de Cine Europeo de Cine ya ha levantado pasiones.