Jaume Ripoll: “Hay que intentar que el cine se vea más de lo que se ve, que es bastante poco”
Filmin es la mejor iniciativa cultural digital de España por segundo año consecutivo
En el Festival de Cine de Sevilla de 2022, Filmin estuvo muy presente. Además de estrenar los primeros cinco episodios de la serie Autodefensa, creada por Berta Prieto, Belén Arenys y Miguel Ángel Blanca, el público asistió a las proyecciones de Sonne (Kurdwin Ayub), My Love Affair With Marriage (Signe Baumane), The Eternal Daughter (Johanna Hogg), La gran juventud/Les Amandiers (Valeria Bruni Tedeschi) y Blue Jean (Georgia Oakley), de las que es su distribuidora.
Jaume Ripoll, cofundador y director editorial de Filmin, habla para Gatrópolis de aquella experiencia y de un proyecto tan necesario para el cine y los cinéfilos como es esta plataforma.
¿Cómo nace el proyecto de Filmin?
Hemos celebrado 15 años en 2022. La gestación fue unos meses antes, en 2006. ¿Cómo nace? Pues en el seno de una compañía tradicional de dvd que se dedicaba a vender películas para alquiler y para venta directa. Con la idea de que el mercado de la distribución iba a evolucionar de lo físico a lo digital, lo online, digámoslo así. Y teníamos que estar preparados para ello. Empezamos a trabajar en una plataforma que salvaguardase la identidad que teníamos quienes trabajábamos en Cameo en ese momento.
Muy visionarios, ¿no? Hace quince años…
(Risas). Cuando alguien me pregunta qué nos ha llevado hasta aquí, responde que la obstinación y la convicción. Cuando en un mercado tan adverso y con una competencia tan bestial, si no te lo crees mucho y no hay gente que te apoye, en algún momento del camino acabas cayendo.
Filmin destaca sobre otras plataformas por sus contenidos. Tiene mucho cine independiente, mucho clásico… ¿Tuvisteis clara esta idea desde el principio o ello fue producto de una evolución?
Sí, siempre lo tuvimos claro. Eso no lo hemos cambiado nunca. Ofrecemos el tipo de cine que nos gusta. Además es el que creíamos que tendría un espacio seguro en el mercado. Y también lo teníamos claro en la idea de que hubiera series que acompañaran a las películas. Empezamos muy pronto en España a ofrecer series, con los clásicos de la BBC, siempre supimos que ese era el camino.
Además de la cabida que les dais a esos clásicos del cine o a las películas independientes, también tenéis un espacio reservado a los festivales. ¿Qué tiene que tener una película o un festival para que Filmin forme parte de su oferta?
En cuanto a festivales, en principio tienen cabida todos. Quizás en un pico de la pandemia, por cuestiones de capacidad nuestra tuvimos que decir que no a alguno que quiso participar en Filmin, no teníamos medios para ello. En cuanto a películas, aquellas que nos gusten o creamos que nos van a gustar. No hay nada concreto en este sentido porque tanto la ficción como la no ficción tienen un abanico muy amplio.
Filmin creo que ha sido una plataforma pionera en la proyección de películas de festivales. En la pandemia tuvo una oferta muy importante.
Sí, pero antes de la pandemia ya íbamos por ese camino, con festivales con una parte online y otra presencial. Eran festivales que se anticiparon a la pandemia. Es cierto que esa iniciativa tuvo mayor repercusión durante aquellos días tan complicados en los que teníamos que estar todos en casa. Hubo muchos festivales que tuvieron la generosidad de compartir su programación con la nuestra. Estaremos eternamente agradecidos.
La cuestión no es frustrarte por lo que nos ha visto, sino celebrar lo que estás viendo.
Jaume Ripoll, cofundador y director editorial de Filmin.
En Vanity Fair dijiste algo así como que te da pereza ver Lo que el viento se llevó…
… me perseguirá siempre esa frase (risas). Lo mismo que se dice en la película, juró a Dios que jamás volveré a decir esa frase (risas). No la he visto, y sigo sin verla. Pero no es una cuestión de pose. No voy a fardar de no haber visto una película. Me parece ridículo. Pero me preguntaron por un clásico que no he visto y respondí que Lo que el viento se llevó. Pero porque siempre me ha dado pereza. Y al final, como todos, tenemos que elegir aquello que vemos, y de alguna manera mantener cierto compromiso como espectador con aquello que estamos viendo. Si durase 60 minutos a lo mejor sería más fácil romper esta frase (risas). Pero de momento no tengo planes.
¿Es necesario ser cinéfilo, conocer todo el ámbito de la cinematografía, para sacar adelante un proyecto como Filmin?
Claro. Por supuesto. Si no fuéramos cinéfilos Filmin no sería lo que es. Digo todas las personas que forman parte de la compañía. Eso se nota en cómo programamos, en los títulos que ofrecemos. Eso no significa que todos lo hemos visto todo. Es muy lícito decir que no se ha visto una película determinada. Me moriré sin haber visto muchas que son muy relevantes en la historia del cine. La cuestión no es frustrarte por lo que nos ha visto, sino celebrar lo que estás viendo.
Una frase muy bonita… Filmin ha participado en el proyecto de la serie Autodefensa. En el Festival de Cine de Sevilla fue presentada. ¿Qué nos puedes decir de ella?
Que es una serie extraordinaria. En su audacia narrativa, en la formal, en lo bien interpretada que está, en cómo demuestra que en poco tiempo se pueden contar muchas cosas con gran capacidad para profundizar. Me parece una serie novedosa en el marco nacional. Posiblemente sólo se pueda ver en Filmin. Cuando alguien pregunta cómo me planteo los originals le respondo que Autodefensa es un ejemplo muy claro. Es un ejemplo de darle una libertad absoluta a los creadores, con la confianza de que tienen mucho talento y pericia. Y el resultado es una obra libre, en la duración de los episodios, en el tratamiento de los temas, en el lenguaje que usa. Sólo espero que la gente no perciba que la serie es frívola y autocomplaciente. Es lo contrario. Que nadie se quede en una lectura superficial, en que son personas soltando tacos. La reacción de la sala en su estreno fue la deseada. El público se quedó, la celebró, la jaleó y preguntó mucho después. Nadie se salió del coloquio posterior. Eso dice mucho del entusiasmo que generó.
El Festival de Cine de Sevilla lo cubrís habitualmente online. ¿Cómo se produce ese contacto inicial con los festivales hasta llegar a una colaboración?
España es el país europeo con mayor calidad de festivales. No hay otro, y conozco unos cuantos, sobre todo los principales, que tenga tantos buenos festivales en su territorio. Y eso se debe al entusiasmo de las autonomías, de los ayuntamientos… Pero, sobre todo, al talento de los programadores, de Sevilla, Gijón, Valladolid, de muchos otros. Y han entendido que parte de la programación se pueda ver a través de una plataforma como la nuestra. Y que así también los festivales pueden ganar visibilidad. Lo primero que mueve a un festival es intentar llegar a la audiencia con aquello que crees que es relevante, como comité de programación. Y este hecho lo puedes expandir traspasando la frontera de lo físico. Entendemos que el marco online no es igual que el presencial. Pero aun así se demuestra generosidad y perspicacia por parte de los directores; en este caso José Luis Cienfuegos en Sevilla. Él y su equipo siguen confiando en Filmin como plataforma online, pese a que ya no estamos en pandemia. Ya no hay el argumento de que estoy en casa y por tanto debo ponerlo online. No, no. Sigo poniéndolo así porque creo que hay gente que no puede venir a Sevilla y celebrará una programación radical, única, como ofrece el Festival de Cine de Sevilla.
Incluso a los medios que cubrimos festivales, por falta de tiempo y capacidad para estar en varios sitios a la vez, nos viene muy bien poder ver una película en otro formato.
Cuesta tanto rodar, montar, hacer una película. ¿Por qué nos conformamos con hacer únicamente un pase, dos pases, para que sólo se vean durante cuatro horas aquello que has tardado tantos años en hacer? A veces tengo la sensación que ciertos creadores, productores o agentes de venta se conforman con que su película sea objeto de deseo y sólo se pueda ver en un momento. Como si eso fuera una representación de arte escénica en directo. No es eso. Es una manera de pensar muy del siglo XX la que tienen algunos. Hay que intentar que el cine se vea más de lo que se ve, que es bastante poco.
