'Golpes, algo más que una película quinqui'

Golpes, algo más que una película quinqui

Crítica de la película de Rafael Cobos
Golpes, la ópera prima de Rafael Cobos, es una historia que parte de la reivindicación. La de los que están abajo, lógicamente.

Cuando conoces que Rafael Cobos va a dirigir una película quinqui, te vienen a la cabeza aquellas obras rodadas en la Transición española  a finales de los 70 y comienzos de los 80 por cineastas que crearon un subgénero con José Antonio de la Loma Eloy de la Iglesia como abanderados. Aquellas eran unas historias áridas, crudas, con una enorme carga reivindicativa gestadas en unos años de enorme complejidad. Un país como España, que había salido recientemente de prácticamente 40 años de dictadura franquista, necesitaba sacar por algún lado aquella combinación de frustración y búsqueda de libertad tras una mordaza que parecía que nunca iba a quitarse. Personajes marginales, los quinquis, que sobrevivían en la periferia de las ciudades, fueron los delincuentes más perseguidos por la policía, y las drogas, pero a la vez se convirtieron en inopinadas estrellas de un Séptimo Arte que perdía glamour, pero ganaba realismo. De hecho, muchos de aquellos actores improvisados habían salido de la dureza de las calles. Fueron unos antihéroes que acapararon el protagonismo en las pantallas de los cines españoles.

Dicho lo dicho, pero conociendo la trayectoria como guionista de Rafael Cobos, y formando tándem con Fernando Navarro, es inevitable pensar que el novel director, alter ego de Alberto Rodríguez en esta apasionante vida cinematográfica que lleva, Golpes iba a ofrecernos una visión distinta del cine quinqui, más de autor. 

En una entrevista concedida a Gatrópolis durante la celebración del Festival de Cine Europeo de Sevilla de 2025, Rafael Cobos nos avisaba de este toque personal. Algo distanciado de la aspereza del cine quinqui en cuanto a concepción, Golpes se mantiene fiel al espíritu prosaico que le caracterizó, con personajes perdedores que coquetean con las drogas, que dan palos a los que tienen dinero, que entran y salen de la cárcel de manera habitual y que tienen su modus operandi en la necesidad de sobrevivir en una social que los mira con desprecio y desconfianza. Sin obviar el homenaje a los barrios, cuya esencia se va perdiendo en los tiempos actuales.

Efectivamente, Rafael Cobos da un giro, importante y clave, para hacer de Golpes una película similar pero distinta. Permita el lector esta contradicción. Pero cuando vea, y disfrute, con este épico pero, a la vez, poético viaje a los 80 lo comprobará. 

https://gatropolis.com/cine/luis-tosar-y-jesus-carroza-hermanos-en-golpes-el-debut-como-director-de-rafa-cobos/
Un poema visual

Golpes es una historia que parte de la reivindicación. La de los que están abajo, lógicamente. Pero esta reivindicación nace durante los tiempos procelosos en los que España vivía dividida en dos bandos. Esta es la raíz de la historia de dos hermanos que son opuestos en todo: carácter, pensamiento… hasta en la profesión que han escogido o han podido escoger. Uno es policía, Sabino (como siempre, un impecable Luis Tosar) y otro es un delincuente que acaba de salir de la cárcel, Migueli (un extraordinario Jesús Carroza). Ambos son la imagen de las dos España. Sabino no quiere mirar hacia atrás; prefiere romper con el pasado, y hasta con el presente. Migueli no olvida, no puede, no quiere hacerlo. Su memoria histórica le devuelve constantemente a lo que le ocurrió a su padre. Una víctima más de la ignominia del ser humano, la España cainita. Y al cumplir su pena se mantiene firme en su deseo de buscar los restos de su progenitor. Incluso por encima de las ideas y la profesión de su hermano.

Para ello, Migueli reorganiza la banda para lograr el dinero que necesita para honrar el recuerdo de su padre. Angelita, encarnada por la plausible sorpresa que supone la joven Teresa Garzón, se convierte en la pareja femenina de un nostálgico Migueli, y ambos, muy compenetrados, lucharán por aliviar la carga pesada que suponen sus pasados, criados sin referente familiar, sin el amor de un padre y una madre.

Ahí es donde está ese poema visual que Rafael Cobos escribe con la complicidad de Fernando Navarro llamado Golpes. Para lo cual cuenta con la música de Bronquio (con un guiño estupendo a Triana con el tema ‘Tu Frialdad’), la Dirección de Arte de Gigia Pellegrini, y la fotografía de Sergi Vilanova. Con referencias a un pasado apoyado en imágenes de grabaciones en color sepia de la infancia, la historia de amor de Migueli y Angelita nos traslada al lado amable del cine quinqui, con la lucha interna en la que vive Sabino, anclado en el dolor de su infancia y el sentimiento de la responsabilidad que su condición de policía le otorga y plantea una cuestión: ¿qué está antes, la obligación o el amor fraternal?

Sinopsis

Migueli es un delincuente que sale de prisión en la cambiante España de inicios de los 80. Quiere mirar al futuro, pero, antes, tendrá que sellar heridas del pasado. Para ello necesita mucho dinero y lo necesita rápido. En cuanto llega a Sevilla reúne a su antigua banda, y dan varios palos seguidos: sucursales bancarias, joyerías… e incluso el primer casino de la zona. No van a tenerlo fácil: la policía ha encargado el caso a su propio hermano, Sabino, que conoce muy bien cómo piensan. Pero Migueli no se detendrá. Está dispuesto a llegar hasta el final.

Golpes, algo más que una película quinqui

Ficha de Golpes

País y año de producción: España, 2025.

Duración: 101 minutos.

Dirección: Rafael Cobos.

Guion: Rafael Cobos y Fernando Navarro.

Reparto: Jesús Carroza, Luis Tosar, Teresa Garzón, Cristina Alcázar, Carlos Bernardino, Cristalino, Antonio Estrada, Mafo.

Dirección de fotografía: Sergi Vilanova.

Música: Bronquio.

Producción: Vaca Films.

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