'Violeta Salama: “La religión para mí es una herramienta que todos tenemos para sobrevivir”'

Tras muchos años en el mundo del cine, Violeta Salama estrena película. Su ópera prima Alegría, por fin, es una realidad, después de superar los habituales contratiempos que un proyecto como este conlleva. Con Melilla como escenario protagonista, el filme nos ofrece una historia conducida por mujeres y con el tema de la diversidad cultural y religiosa como motor de la misma.

Violeta Salama: “La religión para mí es una herramienta que todos tenemos para sobrevivir”
Fotografía de Andrea del Zapatero

¿Cómo te sientes al ver que Alegría es ya una realidad y está lista para ser disfrutada por los espectadores?

Estoy muy emocionada. Pero no sólo por eso. La verdad es que es la primera peli, y ves que ya está hecha, que ha superado la pandemia, que se puede estrenar… Pero la emoción viene dada también porque estrenar la película en Sevilla es muy bonito, ya que la mitad del equipo es sevillano. Y te da la opción de que el primer estreno sea con mucha gente del equipo. Ves que ahora es real este estreno de la película. 

¿Qué sensaciones te ha transmitido quien ya ha visto la película?

Claro, los amigos son los amigos (risas). Eso es lo bueno de estrenar ante amigos. De momento todo ha sido muy positivo. El pase que hicimos en México también salió muy bien. Me gustó mucho ver que la peli es más universal de lo que pensaba. Allí es como que la gente también sentía la historia como algo propio. Emigrantes hay en todas partes. Esto me gustó mucho porque no me había planteado nunca eso. Mi idea era hacer una película muy personal. Y te das cuenta que cuando tocas las cosas de lo personal éstas se convierten en universal. Al final, todos tenemos esa misma sensación.

Alegría ha supuesto una gran inversión de tiempo porque se trata de un proyecto complicado que te ha llevado varios años hacerla una realidad. ¿Ha habido cambios en la película desde que la empezaste hasta su conclusión?

Sí, muchos. Es una peli que al final crece contigo.  He estado casi siete u ocho años con el guión. Pero también porque yo quería hacer la película de una forma muy concreta, que hablara de Melilla, que fuera muy coral… Quería que la peli fuera más grandecita, no de presupuesto, pero me hacían falta cuatro mujeres, sus tramas… Al ser tu primera peli genera inseguridad a los productores y a la gente que pone el dinero. Era una peli arriesgada. Me ha costado más tiempo sacarla adelante pero tengo la satisfacción de que la historia está contada. Tenía una apuesta muy clara. Estaba tan segura de lo que quería contar, y con un equipo tan amigo… Llevo 15 años en la profesión y he tenido la suerte de contar con un equipo técnico formado por gente que es como mi familia. 

Naciste en Granada pero te criaste en Melilla, una ciudad que es una de las protagonistas de Alegría.

Nací en Granada porque es la ciudad hacia la que va la gente de Melilla a estudiar. Mis padres, aun siendo de Melilla, se conocieron en Granada. Volvimos a Melilla y allí estuve hasta los doce años. He regresado allí para visitar a mi abuela, hasta que murió hace dos años.

Como decimos, Melilla se nos aparece como una de las protagonistas de la película, donde la mujer posee una gran presencia. De hecho el título, Alegría, hace referencia al personaje principal, interpretado por Cecilia Suárez. Y en la historia aparece la diversidad cultural y religiosa. ¿Son esos los tres pilares de la obra?

Sí. La identidad es algo que me atrae mucho. Esa necesidad de pertenecer a un grupo. Porque es una contradicción con la que me he movido mucho. Cuando estudiaba en Madrid y decía que soy judía me preguntaban, “pero ¿de dónde?”. Y me sorprendía la pregunta, y respondía “¡de España!”. “Pero, ¿de dónde?”. “Pues ¡de España!”… La gente me transmitía esa percepción de sorpresa que genera lo desconocido. Me he dado cuenta de que había un vacío informativo. No pretendía cultivar a nadie pero sí decir que esta realidad existe en Melilla. Y en España. Toda esta comunidad judía convive con nosotros igual que la musulmana, que cada vez es mayor. Es normal. España es un país laico, con muchas religiones. 

Violeta Salama: “La religión para mí es una herramienta que todos tenemos para sobrevivir”

Tocar el tema de la diversidad religiosa no es un asunto fácil, ¿verdad?

Así es. Mi idea principal era respetar a mi familia. No he pretendido hacer una película ni para criticar a mi familia cristiana ni para criticar a mi familia judía. Al revés. Lo que he hecho es mostrar de alguna forma todas las opciones que hay. En una familia nadie siente la religión de la misma manera. Nos han educado a todos igual, y luego cada uno la vive de la forma que necesita. La religión para mí es una herramienta que todos tenemos para sobrevivir. Y esa herramienta cada uno la usa como necesite. No podemos pensar que todos somos iguales ante la religión. Ni tampoco podemos exigir a nadie según nuestro entender. Y eso es lo que he intentado expresar en la película. Siempre desde el respeto y sin juzgar a nadie. 

Al final concluimos que todos podemos vivir juntos si respetamos las creencias de los demás.

Me he esforzado mucho para que no se vieran ritos religiosos. Quería que se viese la parte espiritual de la religión. La parte que cada uno lleva dentro. No la parte que hacemos para los demás, la ritual, de ver a un judío rezando. Eso lo hemos visto muchas veces en el cine. Quería enseñar la otra parte, la de lo que nos afecta a nosotros como persona y en relación con los demás. Esa religión que llevamos dentro. 

El guión de Alegría lo has escrito con Isa Sánchez. ¿Cómo ha sido esa compenetración a la hora de expresar el fondo de la película?

Era muy complicado. Era delicada la situación en que pongo a Isa. Yo llevaba siete años con el guión de la película y me hacía falta una persona que me ayudara a estructurarlo. Sabía muy bien lo que yo quería contar. Pero no sabía cómo contárselo a un productor para que me diese el dinero para hacer la película (risas). Tenía en mi cabeza la película, pero tenía que convencer a alguien que no conoce Melilla, ni a estas mujeres. Entonces Isa hizo ese trabajo magníficamente. Ordenó mis ideas. Hizo un trabajo de guionizar mi historia. Yo traía los personajes, las escenas, los conflictos, los escenarios… y ella lo ha armado todo para que estuviera bien guionizado. 

Como es normal, en la película aparecen hombres y mujeres. Pero los papeles de éstas tienen una gran fuerza. Sus personajes forman un grupo muy cohesionado. Son mujeres con distintas creencias religiosas pero que se apoyan y ayudan mucho. Parece que la mujer es quien pone el lado sensato en los conflictos. Y en este caso de la diversidad cultural, también.

En todo el proceso de documentación siempre me he encontrado con esto. Que al final hay una cosa en común. Si ves el caso de Israel y Palestina, hay todo un movimiento de madres, de mujeres, que están haciendo su propio convenio. Buscan un acercamiento. Al final, las mujeres somos las madres de esos soldados que van a luchar. Hay como una conexión a la hora de negar cualquier conflicto, cualquier guerra. No quieren que sus hijos mueran. Todas tenemos esa necesidad vital de cuidar a nuestra familia y de estar en paz.

Fotografía de portada de Andrea del Zapatero.

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