La obra de Paco Ortiz, director y guionista, y José Carlos de la Isla, productor, ha sido una de las grandes revelaciones del año 2021 que está a punto de terminar. Algo salvaje. La historia de Bambino es una película documental basada en la inigualable personalidad artística del utrerano. Su paso por festivales cinematográficos y salas de cine ha sido plausible. Gatrópolis tuvo la oportunidad de conversar con sus creadores en el 18 Festival de Cine de Sevilla.
Después del trabajo que habéis realizado sobre Bambino en la película documental Algo salvaje. La historia de Bambino, ¿cómo lo definiríais?
Paco Ortiz: Hemos hecho un proceso de documentación con el que hemos descubierto la dimensión de un personaje que nadie conocía a fondo. Para nosotros ha sido un descubrimiento. Bambino es para mí una de las grandes personalidades musicales del siglo XX. No es sólo del flamenco, ni de la rumba… sino de la música en general. Sólo que no es lo mediático que lo han sido otras figuras como Peret, Manolo Escobar, Raphael…
Y eso, ¿por qué?, ¿por qué ha estado en esa zona incierta?
Paco Ortiz: Porque a él mismo le interesó. Y esa parte es casi lo que más me gusta de él. Que alguien que tiene todo el éxito y todo el poder mediático del mundo no los necesita. Esa dimensión de una persona que vive el lujo, el dinero, la fama, puede pasar rápidamente de estar en un hotel de cinco estrellas a estar en Utrera. Puede pasar de tocar ante 500 personas con entradas a precios muy caros, a hacerlo en el hogar del pensionista de Utrera. Eso me fascina. Y por otro lado, en la época en la que vive, me parece que es una persona con un sentido de la libertad muy loco. Bambino era realmente libre. Hasta el punto de decidir morir cuando quiere. Y lo hace porque lleva una vida tan intensa que llega un momento en el que considera que ya no necesita más; había vivido cuatro vidas (risas). Ya no tenía cargas familiares ni referentes. Y, bueno, el cáncer, lo trastoca definitivamente. Él decidía si iba o no la televisión; fue libre, en general, en todo lo que quiso. Por su sexualidad, en aquella época…, y viniendo de una etnia como la gitana…
José Carlos de la Isla: …y de una tradición flamenca pura… de la ortodoxia flamenca que hay en Utrera. Era repudiado por los propios flamencos.
Paco Ortiz: Claro. Todo eso es lo que hace que Bambino sea para mí “salvaje”.
El título hace referencia a ese espíritu libre que exhibió…
Paco Ortiz: Bueno, para mí, lo de salvaje del título es por su forma de actuar. Como él lo hacía en el escenario, y en esa época… Bambino en sus años ya hacía rock and roll… Él tenía toda la personalidad de los rockeros.
José Carlos de la Isla: Si hubiera nacido en esta época, probablemente hubiera hecho rock and roll (risas).
Paco Ortiz: Exactamente. Él juega con un paralelismo con Silvio. De hecho mueren casi con la misma edad.
En el documental ponéis el foco en ese estilo propio que exhibió en el escenario y al que habéis aludido. Era el sello Bambino.
José Carlos de la Isla: A él lo consideran creador. No compuso ninguna de las letras de las canciones que interpretó, pero fue considerado un artista y un creador por su peculiar estilo. Él coge algo que ya existe, lo pasa por su filtro y hace suyas esas canciones. Ello le dio el éxito que tuvo (risas), e hizo que fuera un número 1 en los 60 y los 70.
Según se cuenta en Algo salvaje. La historia de Bambino, él fue ese innovador en la música que decís, pero sin ser consciente de lo que realmente suponía.
Paco Ortiz: Casi nadie lo imaginaba. Suele ocurrir. Esas cosas llegan después. Las etiquetas aparecen luego. Bambino era un creador, como dice José Carlos. Hace algo totalmente innovador. Y ha sido ampliamente imitado. Pero nosotros sostenemos que Bambino tiene seguidores, pero nadie puede llegar a hacer lo que él hacía. Y con el tiempo me he dado cuenta que Bambino es único, inimitable; lo mismo que Lola Flores. Igual que nunca habrá una segunda Lola Flores, tampoco habrá un segundo Bambino.
En realidad, Bambino fue una persona humilde a la que no le afectó el éxito, ni quiso que éste le sacara de su zona vital, ¿verdad?
Paco Ortiz: Dice Cristina Cruces que “si le importaba poco lo mucho, también le importaba poco lo poco”. Bambino era una persona que era feliz con bastante poco. Y creo que su vida no necesitaba grandes artificios. Era feliz con estar con la gente que le apetecía estar, en la noche, siempre, y continuar la fiesta y pasarlo bien. Vivió varias vidas en una. Por eso se hace hincapié en eso. Bambino exprime la vida. Estamos acostumbrados a vivir con una rutina profesional, familiar, dejando de hacer muchas cosas que nos gustaría hacer. No somos libres para hacer todo lo que queremos. Pero Bambino sí fue feliz en ese sentido. Hizo, casi siempre, lo que quiso hacer. Y siempre era lo que le gustaba, cantar.
La película nos ofrece opiniones de expertos sobre Bambino, combinadas con imágenes de ficción y otras reales, pero realmente, de estas hay pocas, ¿no?
Paco Ortiz: Hay poquísimas.
José Carlos de la Isla: Lo que hay está en el documental. También incluimos imágenes de ficción. Bambino no tenía don de palabra. Le costaba mucho trabajo conceder entrevistas. Y aparte, que lo contamos en la peli, a él, quizás, no le interesaba hablar sobre su sexualidad o su manera de vivir la vida. Eso hace que vaya menos a los medios de comunicación. Y al ser libre, prefería no pasar por el aro de hacer videoclips, como hacían Peret, Lola Flores, El Príncipe Gitano, Manolo Escobar… Lo suyo eran las distancias cortas, las salas pequeñas, donde le cantaba las canciones al público, se las “tiraba”, y le llegaban.
Paco Ortiz: Él tenía su espectáculo. Yo envidio no haber podido vivir una de esas noches en una sala de fiesta auténtica, del Madrid de los 60. Ver a Bambino en plenitud de facultades… No al que aparecía en los vídeos, sino al Bambino que se subía a un escenario, con esa ropa tan moderna para la época, y cantando como cantaba tenía que ser algo impactante.
¿Cómo ha sido el proceso de búsqueda de documentación, fotografías, vídeos…?
José Carlos de la Isla: En este sentido, la familia ha sido vital. Ha conservado bastante fotografía. Otras personas, como sus propios músicos, han tenido la inquietud de guardar material. Y han tenido la generosidad de compartirlo con nosotros.
Paco Ortiz: Aun así, las fotografías no son de máxima calidad. Bambino actuaba en salas de fiesta con poca luz y los materiales fotográficos no eran como los de ahora. Son fotos llenas de humo, desenfocadas algunas… Hemos tenido que editar algunas para mejorarlas. Pero nos hemos podido hacer con un material útil para recuperar esa imagen joven de Bambino.
¿Se puede decir que el documental ayuda a descubrir a Bambino ante esas personas que no lo conocieron bien y, además, a rendirle un homenaje perpetuo?
Paco Ortiz: Sí. Hemos intentado tratar a Bambino como una estrella, primero eso; para nosotros es una gran estrella. No hablamos de sus inicios. No nos importan. Lo que nos importa es lo que Bambino hizo en Madrid, en los tablaos, en las salas de fiesta, cómo triunfó y lo grande que llegó a ser.
¿Vais a seguir en los próximos trabajos en la línea que habéis marcado con Algo salvaje. La historia de Bambino? Me refiero a esa recuperación y difusión de nuestra cultura que supone una obra como esta.
José Carlos de la Isla: Fuera del ámbito musical tenemos dos proyectos que queremos sacar adelante. Uno es sobre Anibal González, el arquitecto que cambia Sevilla y que construye la Plaza de España, uno de los monumentos más visitados del mundo. En otra línea, y volvemos al musical/artista/espectáculo, sería Antonio el Bailarín. Es una figura de la que se está reivindicando su centenario y queremos ponerlo en su sitio.
Paco Ortiz: Al final somos andaluces y manejamos las claves del lenguaje que hay aquí, de sus artistas. Yo trabajo sobre lo que tenemos en Andalucía. ¿Quién mejor que nosotros para dar visibilidad a estos personajes o momentos históricos? Pero, además, sin ningún complejo. Tenemos que estar orgullosos de lo que somos y de lo que hemos sido, y de las raíces que tenemos. Queremos dignificar a grandes figuras como Bambino, que se han perdido un poco en la niebla de los tiempos, o como Antonio el Bailarín, el Messi de la danza española, o Aníbal, que transforma a la ciudad de Sevilla.
Fotografía de portada de Andrea del Zapatero.