'Mara Guil: “‘La lista de los deseos’ es un canto a la vida, al amor, a la amistad, al viaje que es vivir”'

“Animo a que la gente vaya al teatro. El teatro y el cine son los lugares más seguros, llevan desinfecciones diarias, te toman la temperatura, estás sentado en tu sitio con tu mascarilla…”. Mara Guil lleva el mundo del espectáculo en la sangre. Actriz de cine, teatro, televisión, productora, guionista…, nos invita a que retomemos nuestra relación con este mundo al que tanto ama. Comprometida con la igualdad entre hombres y mujeres, apoya la educación de los jóvenes para crear una sociedad mejor. Recientemente ha tenido un papel intensísimo en La lista de los deseos, de Álvaro Díaz Lorenzo. De este filme y de otras cosas muy interesantes nos habla para Gatrópolis.

Mara Guil: “‘La lista de los deseos’ es un canto a la vida, al amor, a la amistad, al viaje que es vivir”
Fotografía de Jesús Romero de Luque

En el cine podemos ver actualmente tu último proyecto, La lista de los deseos, de Álvaro Díaz Lorenzo. Una historia que nos transmite mucho optimismo a pesar del drama que trata. Una filosofía aplicable realmente a cualquier aspecto de nuestras vidas, ¿no?

Es un canto a la vida, al amor, a la amistad, pero sobre todo al viaje que es vivir. Aprovechar el momento, a no quedarte con las ganas de nada. A que hoy estamos aquí, y mañana no sabemos dónde estaremos. Y creo además que en los tiempos que corren, es importante que la gente intente ser feliz en la medida de lo posible con lo que tiene, y que luchen por lo que quieren. La película te invita a eso, a divertirte, a ser feliz contigo misma, a pesar de todos los problemas, y de lo que cuesta seguir. También se muestran esos momentos, en los que te sientes débil y no puedes más. Donde crees que todo va a explotar, ahí están las amigas para salvarte, y darte el coraje y la fuerza que necesitas. 

En el caso de la película, nos encontramos con unos personajes que conviven con el cáncer, y que tratan de hacer frente a la enfermedad con una mentalidad positiva, ¿cuánto crees ques es de importante que se visibilice en el cine una enfermedad como ésta, tan presente (desgraciadamente) en nuestra sociedad?

Es muy importante que se muestren las ganas de vivir que tienes que tener, porque si no estamos acabados. Si no tienes ganas de vivir, de luchar, de agarrarte a algo, estamos perdidos. Por otra parte también es difícil. No me gusta que se pinte todo de color de rosa, y de que los enfermos de cáncer o de cualquier otra enfermedad son luchadores, sino también que se muestre la parte fea. En el caso de la película se refleja, está presente, pero estamos en una comedia, y hay que vivir y tener ganas de luchar. Pero lo importante es el viaje, tengas o no tengas una enfermedad, disfruta de la vida, porque no se sabe el tiempo que vamos a estar aquí. Disfruta del momento.

En La lista de los deseos interpretas a Sara, la novia de la boda a la que asisten las protagonistas. Estamos ante un personaje que aparece durante poco tiempo, ¡pero vaya torbellino! ¿Cómo ha sido interpretarla?

[Risas] Es un personaje que evidentemente no tiene nada que ver conmigo. La construí de acuerdo con el director, como una mujer con mucho dinero, bastante inculta, y donde lo más importante es aparentar, racista, un poco insolente, histérica, desagradable… Y al final, la mala de la película, la que le corta el rollo a todo el mundo. Me divertí mucho haciéndolo porque está muy alejado de mí.

Hay quien dice que no existen los papeles pequeños. En el caso de esta novia, con tal solo unos pocos minutos consigues atravesar la pantalla, ¿qué opinas al respecto?

¡Gracias! Eso es lo que dicen, que no existen papeles pequeños. Yo te digo que sí, que existen [risas]. Pero creo que todos los papeles hay que disfrutarlos como si fuera el protagonista, porque son oportunidades. Cualquier papel, por pequeño que sea, me lo tomo así porque es importante que haya verdad y compromiso con lo que estás haciendo. Aunque tengas tres frases o una, hay que darlo todo e intentar encajar en ese engranaje que es una película, donde todos los personajes, unos más y otros menos, forman parte de la historia. No hay personajes pequeños, hay muchas ganas de hacer cine, teatro y de todo.

Mara Guil: “‘La lista de los deseos’ es un canto a la vida, al amor, a la amistad, al viaje que es vivir”

Tus comienzos los encontramos en la danza. Formándote desde niña en la danza española, ¿ya sabías entonces que querías dedicarte al arte?

Sí, y si no lo sabía, mi madre ya me lo estaba diciendo [risas]. Empecé bailando desde pequeña en el cole y en el instituto. Comencé a formarme en el flamenco y la danza española en una academia, y ya después entré en el mundo de las animaciones. Y descubrí que lo que más feliz me hacía era estar encima de un escenario, ya fuera bailando o haciendo animación, que al final no deja de ser el contar historias. Me gustaba mucho el cine, el teatro, me parecía increíble que eso se pudiera hacer. Y cuando descubrí que había una carrera de Arte Dramático dije, “yo creo, madre, que voy a ser actriz. Que se puede estudiar” [risas]. Entonces mi madre me dijo: “creo que es la mejor decisión que vas a tomar en tu vida”. Cuando tienes 16, 17 años, y tienes que decidir qué hacer con tu vida, y no sabes lo que vas a querer, porque no lo sabes… Pero lo que sí sabía era lo feliz que me hacía estar encima de un escenario. Mis hermanos y yo nos aprendíamos los guiones de las pelis que más nos gustaban, nos inventábamos historias, las grabábamos… Entré en Arte Dramático y solo sacaba sobresalientes y notables de lo que me gustaba. Me apasionaba tanto que se me iba la vida. Me apuntaba a todas las prácticas. Cuando algo te gusta, hay que dedicarse a ello con todas las de la ley.   

Has desarrollado tu trayectoria en cine, televisión, pero sobre todo en teatro, ¿qué importancia tiene este último en la formación de un actor?

Se puede ser actor y actriz sin haber hecho teatro, porque ejemplos hay ahora mismo en televisión y cine, y son estupendos. Y se han formado por cursos o carreras de audiovisual o de interpretación. En mi caso, sí empecé con el teatro, y para mí es mi vida, es lo que me ha dado la base. Pero también se puede hacer una carrera solamente haciendo cine y televisión, y bienvenido sea. Pero para mí el teatro es la base. La experiencia teatral para los actores y las actrices es muy catártica. El tener al público enfrente, y lo que pasa en ese momento no va a volver a pasar nunca más. En el cine o la tele lo grabado, grabado está. Se queda ya para siempre. En el teatro cada función es diferente, está vivo. Depende del público, de cómo tengas el día, aunque tengas un texto ensayado, pueden pasar millones de cosas. El hecho de que esté vivo en el momento, es magia pura.

¿Y cómo consigues compaginar el teatro con otros proyectos en cine y televisión?

Hasta que pasó todo esto del coronavirus, pandemia y todas esas palabras que me dan entre risa y nervio, estaba en el Teatro Muñoz Seca de Madrid, haciendo la tercera temporada de la obra En ocasiones veo a Umberto. Una comedia de mucho éxito, nos lo pasábamos bomba, y estaba de miércoles a domingo. Lo que iba surgiendo de tele, cine, cortometrajes, lo iba encajando poco a poco en ese engranaje. Conseguimos también con el tiempo que nos pusieran sustitutos, ya no solo por compaginar trabajo, sino porque cuando llevas tres años, y te puedes poner mala, puedes perder un tren… y se va a suspender la función. Esto da muchísima tranquilidad a la hora de compaginar, y de ir al 100×100 a trabajar. El telón nunca se puede cerrar, con lo cual es mucha presión. Ahora estoy esperando a que en septiembre podamos volver. También tengo un rodaje muy pronto. Y adaptándome poco a poco a esta nueva normalidad que llaman, que me suena más a nueva realidad, extraña. 

Mara Guil: “‘La lista de los deseos’ es un canto a la vida, al amor, a la amistad, al viaje que es vivir”
Fotografía de Jesús Romero de Luque

En 2013 fundaste tu propia compañía de teatro y productora, junto a Salva Reina, llamada Producciones Monas. En ella lleváis a cabo espectáculos educativos, en los que habéis tratado temas como la violencia de género o mediación en las aulas. Esto dice mucho del papel tan importante que tiene la cultura en nuestra educación, ¿no?

La palabra cultura es muy grande. Tanto con el cine como con las series de televisión o las obras de teatro, literatura, pintura… se pueden contar muchas cosas y se puede reeducar, por lo menos dar tu punto de vista. Sobre todo en cosas que están haciendo mucho daño en la sociedad, e intentar aportar tu granito de arena. Por eso el espectáculo del que hablas, que es Barrio Paraíso, en el que estoy con mi compañero José Vera, hablamos de la violencia de género. Empezó a funcionar muy bien en Málaga, y se interesó Educación del Ayuntamiento de Málaga, y hemos estado siete años funcionando con ellos, haciendo funciones que después acompañábamos con un taller sobre igualdad. 

Y es increíble que gente tan joven estén acostumbrados a situaciones que para mí son antiguas, que no tienen razón de ser. Piensas en cómo una persona tan joven puede decir que le da igual si su novio le mira el móvil o que una vez le empujó, pero dice que no pasa nada… Es muy duro, pero la experiencia es muy gratificante porque ves las caras de los chicos y las chicas, y cómo reaccionan a lo que pasa en el escenario. Nos ha pasado de todo, como niñas que se han levantado llorando y se han ido, porque lo estaban viviendo en su casa. Hemos vivido cosas muy bonitas, pero también muy emocionantes, y que te tocan mucho. Y te das cuenta que estos espectáculos siguen haciendo falta, desgraciadamente. Durante la pandemia ha habido un repunte en violencia de género, y a mí es algo que me aterroriza. Esta es nuestra manera, desde pequeños, de implantar la semillita que los hombres y las mujeres deben ser iguales, que nadie puede estar por encima de nadie. 

¿Cómo surge el crear tu propia productora?

Hubo una amiga que me encargó un espectáculo sobre violencia de género, que es nuestra chica experta en género, quien nos ha formado y quien nos ha ayudado con este tema. Era un espectáculo por encargo, yo tenía muchas ganas de hacer teatro danza, y empecé a escribir, a documentarme. Y Salva me dijo: “¿y por qué no montamos una productora y movemos nuestros propios espectáculos?”. La autoproducción me pareció una idea fantástica, para tampoco estar en tu casa esperando a que te llame alguien. Es verdad que como productora me interesan los temas sociales. Después nos encargaron el otro espectáculo, que habla sobre la mediación de conflictos, y también funcionaba muy bien con chavales. Aunque los adultos también se lo pasan bomba porque se sienten identificados. Ellos también se tienen que mirar dentro, y ver que si no quieren que su hijos actúen de malas formas, ellos tienen que dar ejemplo. Estoy muy contenta y orgullosa de nuestra productora y compañía de teatro. Ahora estoy dándole vueltas, pero no termino de concentrarme con todo esto que está pasando, estoy escribiendo para el siguiente espectáculo, pero no consigo concretar nada.  Pero ahí estamos.

El Intercambio, Allí Abajo, Caronte, El Camino de los Ingleses, ahora La lista de los deseos… ¿en qué momento dirías que te encuentras ahora como actriz?

Estoy muy orgullosa y muy agradecida de toda mi trayectoria, porque he tenido muchísima suerte. He trabajado con compañeros y compañeras fabulosos, con los que no dejas de aprender. Experiencias maravillosas en todos los sentidos. Y ahora la prioridad es que en septiembre podamos volver al teatro. Animo a que la gente vaya al teatro. El teatro y el cine son los lugares más seguros, llevan desinfecciones diarias, te toman la temperatura, estás sentado en tu sitio con tu mascarilla… Se puede desarrollar la actividad sin que pase nada, sin rebrotes ni nada. Y ahora tengo un proyecto en unas semanas, es muy loco, creo que va a estar muy divertido y muy guay. Lo que quiero es que me sigan llamando para trabajar de cine, de televisión, de teatro, de nuevos proyectos. Y a ver si me consigo concentrar y escribo lo que tengo en la cabeza. Que siga habiendo trabajo para todo el mundo, y que se sigan haciendo cosas. 

Fotografía de portada de Jesús Romero de Luque.

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